El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció esta mañana el llamado hecho por la jerarquía católica y los jesuitas en favor de la paz, como un viraje a las recientes declaraciones de actores de la iglesia que apuntaban a que en la estrategia de seguridad resultaban insuficientes los abrazos.
Para cerrar su conferencia matutina de este martes, sin mediar pregunta, el mandatario federal se refirió al posicionamiento firmado ayer por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la Conferencia de Superiores Mayores Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, que convocaron a una jornada de oración por la paz.
“Celebro el comunicado de la iglesia católica y de los jesuitas. Están hablando de ayudar para que entre todos construyamos la paz”, planteó el titular del Ejecutivo federal, que evitó hablar de algunos otros de los puntos expuestos en el documento de los clérigos.
“Lo que ellos plantean es que se debe de tratar aún a estas personas (los delincuentes) como seres humanos y convocarlos a deponer su actitud. Esto es muy importante, porque es el perdón”, agregó López Obrador, quien volvió a descartar que exista una negociación de su gobierno con el crimen organizado, aunque el llamado a la paz, dijo, se haría también al narcotráfico.
— ¿Se trata de dialogar con el narcotráfico? -se le preguntó.
— No, es otra cosa -respondió.
Enfatizó que lo importante “es el humanismo, que es la esencia del cristianismo. Porque ya estaba yo escuchando otras voces, ya no puedo decir hitlerianas, pero (sí) fascistoides, de eliminar, de la ley del Talión, del que a hierro mata a hierro muere. Y eso no tiene que ver con el comportamiento de las iglesias ni de ninguna persona con buenos sentimientos”.
El presidente se refirió a las declaraciones de diversos actores de la jerarquía católica, como las que el fin de semana hizo el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, que se refieren a su estrategia de seguridad y que la posición de “abrazos, no balazos” sería demagogia y complicidad.
“En lo último, en comunicado o declaraciones, hablaban, en dos ocasiones que no eran suficientes los abrazos. Yo también puede decir: ‘claro que hacen falta muchas otras cosas’, pero lo esencial es no querer enfrentar la violencia contra la violencia, porque los fascios eso es lo que proponen (…) Lo bueno es que ahora el mensaje tenga otro sentido, lo celebro”, apuntó el mandatario.
Destacó que el documento emitido ayer por la CEM y los otros actores de la iglesia católica, también fue firmado por el obispo de Cuernavaca.
“Es completamente distinto (el pronunciamiento a las primeras declaraciones), es lo más cercano al pensamiento del papa Francisco. Por eso quería yo expresar mi gratitud para que entre todos ayudemos a construir la paz. Y que no sólo nos dediquemos al análisis de la realidad, sino que busquemos transformar la realidad”.
López Obrador indicó que la construcción de la paz requiere de muchas acciones, entre ellas lograr una sociedad mejor a partir del combate a la pobreza, a la desigualdad, a la corrupción, a la impunidad.
“Ayer recordaba una canción que me gustaba, es de Los Guaraguaos, eran mis tiempos de las ciencias sociales, que se decía: ‘No basta rezar’. No, no basta rezar para conseguir la paz, pero ayuda. O sea, celebro este documento (de la CEM) porque en mis tiempos de opositor hace décadas, conocí y tuve relación con sacerdotes progresistas, muy comprometidos, y cuando triunfamos en 2018, me halagó mucho que el padre, el cardenal, el poeta de Nicaragua, Ernesto Cardenal mandó una felicitación. Y era gente muy comprometida, mucho muy comprometidos. Estoy seguro que estarían con nosotros, es como se corea, se dice: ‘¡Si Zapata viviera, con nosotros estuviera! Igual el presidente (Benito) Juárez, el presidente (Francisco (I.) Madero, igual el presidente (Lázaro) Cárdenas; desde luego (Antonio López de) Santa Anna no, ni Porfirio Díaz, mucho menos (Victoriano) Huerta, (Carlos) Salinas pues ya sabemos que no está, ¿no?”.
“Nosotros consideramos que ni balazos, ni abrazos; queremos paz, pero como fruto de la justicia”, expuso el sacerdote anglicano Arturo Carrasco Gómez.
Durante una manifestación de diversas espiritualidades a favor de la vida y la paz, realizada en Paseo de la Reforma, el religioso dijo que la violencia no se combate con violencia, pues ya se vio el resultado de la denominada guerra contra el narco, que desplegó el ex presidente Felipe Calderón.
“No queremos otra guerra contra el narco; los expertos en seguridad recomiendan el trabajo de inteligencia: hay trabajos de prevención de la violencia” y reconoció que se debe cortar los flujos de dinero a estas agrupaciones criminales. “Como gente de fe coincidimos en que es importante establecer un diálogo con los perpetradores de estas calamidades. Tenemos décadas con la escalada de violencia”.
Llamó al Estado asumir “su responsabilidad”, en cuanto a hacer justicia y dijo que “saludamos las iniciativas de la Conferencia del Episcopado Mexicano”, emitida ayer, y que una de sus propuestas es rezar por la paz. Carrasco Gómez consideró que está bien orar, pero aseguró que “no es suficiente” para construir la paz y luego arrancar procesos de reconciliación.
Criticó a aquellos sectores que se montan en hechos violentos esperando sacar provecho político y llamó a “mesurar los discursos, a atemperar estos mensajes”.
Sobre los que promueven el uso de violencia, como lo han hecho religiosos de otras denominaciones y agrupaciones civiles dijo que “es una vergüenza lucrar con el dolor de la gente y lucrar políticamente con esta violencia; es un profundo problema del corazón del ser humano”.
Remarcó que la paz debe estar “cimentada en la justicia” y resaltó que también se debe “combatir la impunidad”, porque quienes delinquen saben que existen pocas posibilidades de que se haga justicia.
Tras realizar una ceremonia tradicional en la Estela de Luz, marcharon hacia la “glorieta de los desaparecidos”.
Antes, María Herrera, quien tiene cuatro hijos desaparecidos, desde 2008, criticó los dichos del presidente Andrés Manuel López Obrador. Consideró que sus palabras van en contra de los sacerdotes y llamó a defenderlos.
Carrasco Gómez, reconoció el trabajo de las comunidades eclesiales de base de diversas denominaciones religiosas, pero dijo que ha faltado trabajo institucional por parte de las jerarquías. Otra de los participantes señaló que en haber dejado crecer la violencia, todos tenemos culpa, pues cuándo todo esto empezaba nadie levantó la voz.
En la manifestación participaron integrantes de Iglesias por la Paz, anglicanos, presbiterianos y católicos. La convocatoria fue de una organización de la diócesis de San Cristóbal de las Casas denominada Pueblo Creyente.
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