El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez, aseguró que México ha consolidado su política exterior de asilo como una tradición que garantiza este derecho fundamental.
Durante la 7ª Sesión Ordinaria de la Mesa Interinstitucional sobre Refugio y Protección Complementaria, el subsecretario destacó que, en los cuatro años del Gobierno actual, se obtuvo una cifra récord en las solicitudes de refugio que supera las 355 mil de 136 países.
Por su parte, el coordinador general de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), Andrés Ramírez Silva, aseguró que lo trascendente de que las personas que buscan protección internacional y que llegan a México es que tienen garantizado el acceso al procedimiento, la inclusión en la sociedad mexicana, tal cual como lo establece la ley.
Asimismo, el representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Giovanni Lepri, aseveró que México es un país de asilo e inclusión.
“Esta nación representa un modelo a nivel internacional en la atención a las personas en necesidad de protección internacional”. Giovanni Lepri
Ante ello, Encinas Rodríguez explicó que la finalidad de la mesa interinstitucional es precisamente subsanar las brechas que existen en la atención de personas solicitantes, refugiadas y beneficiarias de protección complementaria, puntualmente en los rubros de la salud, empleo, educación, documentación e identidad.
También reiteró que “el derecho de asilo, refugio y protección complementaria es un principio rector de la política exterior de México”, y resaltó que en los últimos cuatro años un total de 508 ciudadanas y ciudadanos de origen peruano han solicitado refugio en México.
Para ello, explicó que se trabaja en mesas temáticas en el orden federal, las cuales se encuentran coordinadas por las secretarías de Salud (SSA), de Educación Pública (SEP), y del Trabajo y Previsión Social (STPS), así como el Registro Nacional de Población e Identidad (Renapo).
México, a través de la figura del asilo, como muchos otros países alrededor del mundo, preserva la tradición humanitaria de otorgar protección a las personas que huyen de la violencia o son perseguidos en sus países de origen.
De acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 14, establece que “en caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él en cualquier país”.
Por ello, si una persona expresa temor de regresar a su país porque su vida, libertad o seguridad se encuentran en peligro, debe tener acceso al procedimiento para solicitar el reconocimiento de la condición de refugiado.
El Gobierno de México estableció un procedimiento específico para poder determinar cuando una persona es o no refugiada, de acuerdo con las normas internacionales de Derecho Internacional de Refugiados y la legislación nacional aplicable.
“Protección que el Estado Mexicano otorga a un extranjero considerado perseguido por motivos o delitos de carácter político o por aquellos delitos del fuero común que tengan conexión con motivos políticos, cuya vida, libertad o seguridad se encuentre en peligro, el cual podrá ser solicitado por vía diplomática o territorial”.
Desde el siglo XIX, la política de México apoya los movimientos de inmigración, particularmente a los refugiados políticos.
Para inicios del siglo XX se promulgaron las primeras leyes de migración a partir de las cuales iniciaron los registros del ingreso de los extranjeros a través de fichas migratorias, la cuales contenían información personal y lo relacionado con los motivos de la salida de su país de origen.
Con dichas fichas se formaron los expedientes del Departamento de Migración que, a su vez, concentran un censo y registro de extranjeros realizado con base en el reglamento interior de la Secretaría de Gobernación.
La función de censo y registro pasó a manos del Departamento de Demografía de la Dirección General de Población en 1938, con fundamento en el artículo 15 constitucional. Así abrieron las puertas del país a reconocidos personajes, los cuales se enlistan a partir de su ficha migratoria.
Entre los personajes más conocidos que solicitaron asilo político en México se encuentran: el director de cine, Luis Buñuel, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, junto con él México dio asiló a más de 25 mil españoles; la fotógrafa italiana Tina Moddoti en marzo de 1939; Tatsugoro Matsumoto llegó a suelo mexicano en 1896, un año antes de la primera emigración masiva japoneses a Chiapas; la pintora Remedios Varo solicitó refugio en 1941 tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la expansión del Nazismo en Europa.
Otro de los casos más conocidos de asilo político en México es el ideólogo y revolucionario ruso, León Trotsky, quien fue exiliado de la antigua Unión Soviética, junto con su esposa Natalia Sedova.
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