El presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a los cuatro precandidatos a la presidencia de la República y a los senadores de Morena, a mantener la unidad y no dividirse ante el proceso electoral en el que se nombrará a su sucesor.
El ejecutivo federal se reunió por primera vez con el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal Ávila, conjuntamente con los otros aspirantes a la candidatura presidencial de Morena en el 2024, los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores, Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard Casaubón, así como la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum Pardo.
Estos tres últimos fueron convidados a una reunión al a que previamente se había invitado a los senadores del partido guinda, que están a punto de concluir el periodo ordinario de sesiones en medio de una confrontación con la oposición que les impidió sesionar en la sede de Reforma e Insurgentes.
El ejecutivo federal fue el único orador en ese encuentro, en el que él y los cuatro candidatos, presidieron la encerrona en Palacio Nacional.
De acuerdo con asistentes a la reunión, el presidente de la República insistió en la necesaria unidad. Les dijo que los cuatro aspirantes son muy valiosos y no deben dividirse, independientemente del resultado de la encuesta que definirá al candidato de Morena.
La lectura final es que debido a la crisis que pretendió generar la oposición en el Senado por su supuesta defensa del INAI, derivó en un cierre de filas de la Cuarta Transformación en torno al presidente Andrés Manuel López Obrador y sus corcholatas presidenciales: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, y hasta Ricardo Monreal ocupó un sitio protagónico en Palacio Nacional.
Morena y el Presidente Andrés Manuel López Obrador encabezando la reunión, con la emblemática figura al frente de la infatigable luchadora social Ifigenia Martínez, tomada de las manos por Claudia Sheinbaum Pardo.
Así, en un bloque unido, llegaron a la sesión a enfrentar al bloque de contención que se empeñaba en evitar que se consumaran las reformas aprobadas durante la última semana en San Lázaro en el último tramo del periodo ordinario de sesiones.
El coordinador de la bancada de Morena terminó con dos años de sequía en su relación con el presidente y después de que la oposición le gritó traidor por no cumplir con su palabra de nombrar un comisionado del INAI, salió a Palacio Nacional a un encuentro con el presidente y finalmente su liderazgo en la bancada quedó fuera de duda, cuando su debilidad y el hecho de que algunos de sus compañeros obedecen a “otros”, había sido su argumento ante la oposición para justificar la falta de respaldo en la votación del jueves de Ricardo Salgado en la vacante en el Instituto de Transparencia.
Y no solo eso: fue colocado como una corcholata más.
Luego del encuentro con el presidente Andrés Manuel López Obrador y las corcholatas presidenciales, Morena y sus aliados el PT, el Verde y el PES salieron a la antigua sede del Senado en Xicoténcatl para sesionar a las 10 de la noche y sacar los pendientes que la Cámara de Diputados le aprobó esta misma semana. Ahí ya los esperaba la panista Xóchitl Gálvez encadenada a un escaño de la Mesa Directiva.
Tres horas después de la llegada de las corcholatas y los senadores a Palacio Nacional, el presidente López Obrador difundió dos fotografías: la primera con todos los legisladores y los personajes señalados para sucederlo –Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal– en las escalinatas del Patio Central frente al mural de Diego Rivera “Epopeya del Pueblo Mexicano”. La segunda: él sentado frente a una mesa junto con Adán Augusto y Marcelo a su derecha y Monreal y Claudia a su izquierda. “Nos reunimos con senadoras y senadores que representan, con mucha dignidad, a nuestro querido pueblo e impulsan el movimiento de transformación de México”, expresó el mandatario. “Una gran reunión”, respondió Claudia Sheinbaum al citar el mensaje presidencial. “Enhorabuena” agregó Ebrard en su mensaje para informar del encuentro con el presidente López Obrador “lo vi muy bien, contento, lúcido y con la claridad política que le caracteriza”, dijo.
“Se trató de un saludo cordial, un saludo cordial del grupo parlamentario y sus aliados PT, PES y Verde, venimos a desearle una pronta recuperación, y desearle también que estés muy bien de salud. No hubo línea y no se habló del INAI”, sostuvo el senador Monreal.
“Nosotros vamos a continuar nuestro trabajo, que ya en la tarde se reinició la sesión, y que más tarde estaremos en Xicohténcatl, reunidos, (se votará) lo que tenemos de agenda pendiente decir, es una agenda que ya se aprobó en comisiones y que proviene gran parte de minutas de la Cámara de Diputados”, afirmó.
El senador Ricardo Monreal dijo que no se trató de una reconciliación con el presidente. “Siempre ha habido una buena amistad, y siempre ha habido un respeto recíproco, y no sólo de mi parte, no solo respeto, sino admiración por su trabajo, y por su vocación de demócrata y de líder”, aseguró.
El senador César Cravioto, adelantaba desde su llegada a Palacio Nacional de qué se trataría el encuentro y negó que se considerara quitarle la coordinación a Monreal pues “Morena en el Senado está más unido y fuerte que nunca”.
Pijamada y fuga
Ante la pijamada de los opositores que durmieron desde el jueves frente a la tribuna del Senado, fue hasta las 5 de la tarde cuando pudo reanudarse la sesión y se declaró un quórum válido para sesionar en una sede alterna.
Entre sirenas, gritos, campanazos y con la tribuna tomada por la oposición, el presidente del Senado, Alejandro Armenta, inició la sesión y de inmediato declaró un receso, para buscar un sitio donde sesionar y desahogar la agenda. Pero antes, Morena, PT, Verde y PES harían una escala en Palacio Nacional.
En cuanto Armenta entró al recinto, los senadores del PAN, PRI, PRD, MC y grupo plural, encendieron sus megáfonos. Germán Martínez hizo sonar una campana fuertemente y el resto gritaba. “No hay quórum”, pues el tablero marcaba que solo había 64 legisladores, uno menos del necesario.
Armenta intentó llegar a su lugar en la mesa directiva, pero las senadoras de oposición no le permitieron el paso. Le colocaron los megáfonos en la cara y usó como tapones unos audífonos para aislarse del ruido. El presidente del Senado, sonriente, dio marcha atrás y en ese momento se logró el quórum con 65 integrantes del pleno.
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