El presidente Andrés Manuel López Obrador confió este miércoles en que los gobiernos de Estados Unidos y China alcanzarán acuerdos en materia de tráfico de fentanilo y se dijo seguro de que traerá buenas noticias luego de que sostenga este jueves y viernes encuentros bilaterales con sus pares de China, Xi Jinping, Canadá, Justin Trudeau, y de Estados Unidos, Joe Biden.
López Obrador se reunirá con ellos en el contexto de una visita a San Francisco, California, a donde arribará este miércoles por la noche a invitación de Biden para participar en una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Cuestionado en su conferencia de prensa mañanera sobre qué temas abordará con el presidente chino en el encuentro bilateral que sostendrá con él la mañana del jueves, López Obrador respondió: “Es una agenda abierta, los temas que consideremos” y agregó que Xi Jinping está invitado a venir a México, al igual que otros mandatarios.
Respecto a si considera que el gobierno del gigante asiático y la administración de Biden podrán tener avances en materia de combate al tráfico ilegal de fentanilo, López Obrador señaló:
“Sí, lo deseo y pienso que sí se va a avanzar, que es bueno este encuentro”.
Agregó que dado que Xi Jinping y Joe Biden se reunirán hoy, podrá informarse de qué acuerdos alcanzaron antes de encontrarse él por separado con ambos mandatarios.
“Tengo entendido que ellos se van a ver hoy, yo mañana en la mañana tengo el encuentro con el presidente de China, celebro que sea después de ese encuentro entre ellos, me va a dar tiempo de enterarme qué trataron y a qué acuerdos llegaron, deseamos que sean acuerdos buenos, de cooperación, hay varios temas interesantes qué tratar”., señaló el tabasqueño.
Agregó que en su visita a San Francisco estará acompañado por las secretarias de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, de Economía, Raquel Buenrostro, de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y los titulares de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina, Rafael Ojeda.
Hoy estarán juntos en la cumbre de la APEC en San Francisco, en una reunión muy solemne a la que presentan como una oportunidad para discutir temas polémicos —comercio, seguridad, Taiwán, etcétera— y también para estabilizar las relaciones entre los dos países. Parece que muchos directores ejecutivos importantes también se darán cita allí.
Sin duda, Joe Biden y Xi Jinping tienen muchas cosas que discutir, incluida la crisis del fentanilo en Estados Unidos y el papel de China en el comercio de este narcótico altamente adictivo, un tema que Financial Times cubrió en un maravilloso artículo gráfico, y que además abordé en mi columna de ayer. Tal vez lo más importante es que los dos países buscan restablecer las comunicaciones militares para evitar conflictos accidentales.
Pero si bien se verán muchos aspectos alegres en torno a la reunión, los temas centrales entre los dos países no se están volviendo más fáciles. Recientemente le pregunté a un funcionario de la Casa Blanca si podía imaginarse a las dos naciones colaborando en algún aspecto de la transición a la energía limpia, por ejemplo, algo en lo que todos tienen interés. Esta persona, que no tiene una posición de línea dura contra China, comenzó a hablar sobre cómo era imposible imaginar algún tipo de cooperación allí, dadas las décadas de robo de propiedad intelectual por parte de Pekín. ¿Había algún tema global en el que los dos países pudieran trabajar juntos? Respuesta: tal vez en el alivio de la deuda de los mercados emergentes, pero eso lo voy a creer cuando lo vea, ya que la nación asiática tiene que lidiar con sus propios problemas de una enorme deuda interna, así como con las amortizaciones de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Es cierto, las cosas no serán más fáciles si Donald Trump es elegido como presidente de Estados Unidos, algo que muchos analistas políticos ahora ven como una gran posibilidad (ya es un candidato seguro para la nominación republicana), pero incluso si suponemos que no habrá ningún arancel estadunidense de 10 por ciento sobre los productos chinos, ni habrá algún conflicto en torno a Taiwán, las agendas económicas centrales de las dos naciones simplemente no funcionan bien juntas en este momento.
China y Estados Unidos se están desvinculando, pero eso no significa que la economía china se esté reequilibrando lejos de la fabricación hacia un mayor gasto de consumo. De hecho, la participación del producto interno bruto (PIB) de fabricación en el país está aumentando, no disminuyendo, a medida que traslada a las fábricas el estímulo fiscal que solía distribuirse al sector inmobiliario. Eso significa que la economía china estará más impulsada por el Estado y más orientada a la inversión, en un momento en que EU y Europa también invierten más estímulo fiscal en sus propias regiones.
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