En la elección del pasado domingo en el Estado de México y Coahuila hubo casillas con más votos que personas registradas para votar y otras donde casi todos los sufragios fueron para los candidatos a la gubernatura de Va por México, la alianza formada por el PRI, PAN y PRD, según las bases de datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) de los dos Estados.
Esas casillas representan una votación, por lo general, anómala. Tales urnas reciben el nombre —en el argot político mexicano— de casillas zapato, por estar como “hechas a la medida” de un partido o candidato.
Aunque también hubo urnas con votaciones atípicas que favorecieron a Morena, fueron muy menores en comparación con el caso del bloque priista, de acuerdo con los datos del PREP, el sistema informático que captura los sufragios asentados en las actas de cada centro de votación y que constituye el conteo preliminar más confiable tras una jornada electoral.
Que la coalición del PRI haya sido la más beneficiada de esta práctica podría ser un indicativo del control que ese partido ejerce sobre estructuras territoriales de movilización del voto, sobre todo si se toma en cuenta que en ambos Estados el tricolor ha gobernado de manera ininterrumpida desde hace 94 años. Las casillas zapato suelen ser objeto de impugnaciones por parte de los partidos afectados, y las autoridades electorales pueden ordenar su reapertura y recuento de votos, si es necesario. En caso extremo, si las irregularidades son graves, podrían ser anuladas. En comicios con resultados muy cerrados, la anulación de urnas puede poner en riesgo el triunfo de una de las partes y dar la vuelta al tablero. No es el caso de las elecciones del domingo, pues en una, la del Estado de México, la candidata de Va por México, Alejandra del Moral, quedó en segundo lugar, mientras que en la de Coahuila el abanderado de la alianza, Manolo Jiménez, ganó con una ventaja muy grande, de 35 puntos, respecto del segundo lugar (Morena). Restar o sumar casillas en estos casos difícilmente haría alguna diferencia.
Para el análisis se ha tomado en cuenta el total de votos por candidatura calculado por el PREP, en lugar del total de votos asentado por los funcionarios de casilla en las actas. Este recurso permite superar errores humanos de suma cometidos por los funcionarios. De igual modo, no se consideraron las urnas Especiales, instaladas en algunos puntos para que sufrague la gente que no puede acudir a su propia sección electoral el día de los comicios. Este tipo de casillas difícilmente puede ser tomado como representativo de un fenómeno.
Recuento de votos en el municipio de Huixquilucan, estado de México, factor importante.
Estado de México: el factor Huixquilucan
La candidata de Va por México, Alejandra del Moral, exdirigente del PRI estatal y exsecretaria de Desarrollo Social del Gobierno de Alfredo Del Mazo, perdió en el Edomex por más de 8 puntos respecto de la morenista Delfina Gómez, pero hubo casillas donde absolutamente todos los votos de una misma sección electoral —que puede abarcar varias calles o colonias— fueron para su causa. En dos urnas, la Contigua de la sección 6.013 de Ecatepec y la Contigua de la sección 3.035 de Naucalpan, la abanderada priista tuvo el 100% de los votos emitidos, 118 en la primera, 83 en la segunda. Lo que quiere decir que en esas secciones electorales, al parecer, no hubo una sola persona adulta que quisiera votar por la abanderada de Morena.
Los casos más graves, sin embargo, ocurrieron en el municipio de Huixquilucan, que colinda con el poniente de Ciudad de México, donde hubo decenas de casillas con entre 90% y 99% de votos a favor de la candidatura de Del Moral. En total hubo 78 urnas con ese volumen de votación atípica que dieron 30.428 sufragios a la priista, contra 1.233 para Morena. Esto significa que menos de un voto por cada diez fue para el segundo lugar.
Vistos caso por caso, los ejemplos que da ese municipio son extremos. En la casilla Contigua de la sección 2.014, Del Moral obtuvo 328 votos contra cuatro para Gómez. En la urna Especial de la sección 2.024, la priista recibió 452 sufragios contra cinco de la morenista. En la casilla Contigua de la sección 2.036, la primera obtuvo 480 votos contra seis de la segunda.
Aunque menos que en Huixquilucan, hubo urnas zapato en otros municipios donde Del Moral arrasó, como Ecatepec, Chimalhuacán, Ojo de Agua, Texcoco, Naucalpan, Tlalnepantla (Ciudad Adolfo López Mateos) y Cuautitlán Izcalli. En este último municipio, en la casilla Básica de la sección 6.195 se dio el caso de que hubo más sufragios que personas registradas en el padrón para votar. Se contaron 1.858 votos, cuando solo podían acudir a sufragar 667 personas. Del total, 1.680 votos (el 90%) fue para la candidatura de Del Moral; los restantes fueron para Gómez. Otra casilla con excedentes fue la Contigua de la sección 5.484 del municipio de Tultitlán. Allí se contaron 1.641 votos, cuando el límite de ciudadanos habilitados para sufragar era de 729. La candidatura de Del Moral se hizo con 1.456 votos, el 89% del total.
La alianza encabezada por el PRI (con el PAN y el PRD) acumula irregularidades en casillas donde hubo más votos que electores registrados o donde casi todos los sufragios fueron para sus candidatos.
También hubo urnas con entre 80% y 89% de votos a favor del bloque priista, especialmente en Naucalpan. Se trata de 130 casillas donde Del Moral ganó, en total, 41.119 sufragios, en contraste con los 6.531 obtenidos por Gómez. La proporción indica que apenas dos de cada diez votos fueron para el segundo lugar.
Los registros del PREP señalan que no hubo ninguna casilla donde Morena haya obtenido más del 90% de la votación. En la base de datos —recuérdese: sin contar las Especiales— hay registro de solo 22 urnas con entre el 80% y el 89% de sufragios favorables a ese partido, mayormente en el municipio de Tejupilco, con un total de 4.837 votos para Gómez, contra 963 para Del Moral. Es decir, uno de cada cinco sufragios fue para el segundo lugar en esas urnas (en este caso, el PRI). Esto demuestra que, incluso donde Morena ganó por mayoría, el segundo lugar nunca quedó reducido a la insignificancia, como sí sucedió en las casillas zapato del bloque priista.
Votación de el pasado domingo en Coahuila.
Coahuila: división y voto atípico
Casos parecidos pueden hallarse en Coahuila: la mayoría de las urnas con votaciones atípicas favoreció al candidato de Va por México, Manolo Jiménez. Su triunfo avasallante, sin embargo, no se explica tanto por esta circunstancia cuanto por el hecho de que sus adversarios no lograron conformar una coalición: Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde, aliados en otras elecciones, fueron por separado en los comicios del domingo. Jiménez, postulado por el PRI, PAN y PRD, ganó con 56,9% de la votación. Sus tres rivales, en solitario, obtuvieron mucho menos que eso. Incluso sumados aritméticamente sus resultados, quedan en conjunto 16 puntos debajo del candidato ganador.
Coahuila es un Estado más pequeño que el Edomex en cuanto a población. Mientras que en este último hay 12,6 millones de votantes, en Coahuila hay 2,3 millones. Por tanto, los casos de urnas zapato son menores en comparación con el Estado de México. No hubo casillas donde el bloque priista lograra el 100% de la votación. Pero hay ocho en las que obtuvo entre el 90% y el 95%, y otras 108 donde ganó entre el 80% y el 89%. En todas esas urnas, Jiménez se llevó 33.718 sufragios. En contraste, el candidato de Morena, Armando Guadiana, que quedó en segundo lugar en la elección, obtuvo 2.911 votos en las mismas casillas. Es decir, por cada nueve sufragios a favor del abanderado priista, el de Morena se quedó con uno solo en esas urnas.
La candidatura del bloque encabezado por el PRI también se benefició de casillas con votos excedentes. Por ejemplo, en la Básica de la sección 226 del municipio General Cepeda se contaron 670 sufragios, cuando únicamente podían acudir 306 electores. Jiménez se quedó con el 91% de los votos. Otro caso es el de la urna Contigua de la sección 1.011 de Saltillo, la capital, de la que se extrajeron 936 sufragios para un padrón de 563 personas. El PRI se hizo con el 84% de la votación. El patrón de casillas con votos de sobra y en las que ganó Jiménez se repitió en otros diez casos.
De hecho, siempre según los datos del PREP, Morena no tuvo casillas zapato. La urna en la que este partido obtuvo su mejor votación solo le dio el 57% de los sufragios (100 contra 64 del priista). Y de ahí de manera decreciente. En la casilla con su mejor resultado, el abanderado del PT, Ricardo Mejía, que quedó tercer lugar en la elección, se llevó el 43% de los votos.
Con información de El País
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