Cada mañana, Doña Lupe Pacheco, habitante de la comunidad mexicana El Bosque, Tabasco, abre la ventana de su casa y a tan solo 30 metros de distancia observa la furia del mar azul que amenaza día con día con golpear las paredes de su hogar y destruir todo su patrimonio a raíz del incremento del nivel de los océanos, un fenómeno derivado del cambio climático.
Ubicado en el estado de Tabasco, El Bosque es un poblado pesquero donde hace unos años habitaban unas 130 familias; sin embargo, la mayoría de sus residentes han tenido que migrar debido a que el mar devoró sus viviendas, escuelas, iglesias, tiendas y más.
“En 2007, de mi casa a la costa había un kilómetro de distancia, pero hace cuatro años, el mar comenzó a avanzar muy rápido y a llevarse todo a su paso. El agua se llevó la costa, los pinos, todo lo que podía; fue entonces, cuando pensamos que íbamos a perderlo todo”, dijo este sábado a Xinhua la mujer que llegó a la región hace más de tres décadas.
Antes, continuó Doña Lupe, solo veíamos en la televisión algunas noticias sobre el cambio climático, “ese tema se sentía muy lejano”.
Sin embargo, dijo, hoy los de El Bosque solo quedan unas 20 familias que se han negado a abandonar el lugar a pesar de que sus casas tienen algunos daños, aunque la reubicación será inevitable.
“Nadie se quiere ir, tenemos que migrar a la fuerza. Somos ya desplazados climáticos porque aquí ya no hay dónde vivir ni dónde empezar pues el mar se lo lleva todo, así sean casas de dos plantas de material (de concreto)”, expresó.
Doña Lupe confesó que tanto ella como sus vecinos han dejado en el olvido sus sueños pues centran todos sus esfuerzos en encontrar un nuevo lugar donde vivir y alimentar a sus familias.
“Aquí en mi casa, todos los días comentamos lo mismo, pasamos de preguntarnos cuánto habíamos agarrado de pescado a cuánto tiempo nos va a dejar vivir aquí el mar o si habría un mañana”, mencionó Pacheco.
Para la madre de familia, aceptar que en un tiempo perderá su patrimonio ha sido muy complicado; sin embargo, no ha perdido las esperanzas de que la comunidad sea reubicada en un sitio cercano.
“Hay muchas casas perdidas, la casa de mi mamá se perdió un 24 de diciembre y esta fecha nos dejó marcados, pues el mar no nos dejó ni para comernos un pavo en Navidad, fue implacable”, externó.
El cambio climático nos cambió la vida, afirmó, pues las cosas más íntimas de cada familia las dejó al descubierto.
“Lo cierto es que el mar es impredecible, es furioso, es cruel, no podemos luchar contra corriente”, agregó Doña Lupe.
Para enfrentar esta crisis en esa zona costera, la población habilitó algunos refugios improvisados hechos con láminas que se pudieron rescatar cuando las casas fueron engullidas por el mar.
En opinión del experto en Energía y Cambio Climático de la organización ambientalista Greenpeace, Pablo Ramírez, lo que sucede en El Bosque es un reflejo del impacto del cambio climático en México, situación que se puede replicar en algunos otros estados mexicanos y en países centroamericanos.
“México es altamente vulnerable al cambio climático, principalmente, por su ubicación geográfica que lo sitúa entre dos océanos con mucho litoral y, también, por las condiciones de inequidad que hay en la población”, dijo Ramírez a Xinhua.
El experto señaló que este fenómeno ocurre, principalmente, cuando se presentan huracanes o eventos de norte en el país, lo que provoca que la subida del mar sea “brutal”; entonces, el agua en El Bosque se lleva líneas de casas enteras, postes de luz, árboles, palmeras, etcétera.
“Lo que vemos es el cambio climático impactando ya, aunque algunos piensen que el cambio climático todavía no llega”, agregó el representante de Greenpeace.
Más de 900 millones de personas están en peligro grave como consecuencia del incremento del nivel de los océanos, así lo alertó recientemente el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, durante una reunión ministerial del Consejo de Seguridad del organismo.
La subida del mar amenaza vidas y pone en riesgo el acceso al agua, a los alimentos y a los servicios de salud; también, amenaza la existencia de algunas comunidades e incluso de algunos países, confirmó Guterres.
Con información de agencia Xinhua
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