Hace medio siglo se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente cada 5 de junio, pero el deterioro del planeta avanza a gran velocidad. La descontrolada producción, uso y desecho de plásticos es una de las mayores amenazas para el mundo, en particular para los océanos, advirtió Gustavo Ampugnani, director de Greenpeace México.
Este 2023 el tema de la efeméride es la contaminación por este material. En el mundo cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plásticos, de los cuales la mitad son de uso de una sola vez y menos de 10 por ciento se recicla.
Cada año también, entre 19 y 23 millones de toneladas de estos desechos terminan en lagos, ríos y mares, señaló el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En México estos materiales “han llegado al estómago de varias especies de peces con valor comercial y a los rincones más alejados de las más bellas áreas naturales protegidas del país”, agregó Ampugnani.
“Es importante que reflexionemos sobre el estado del medio ambiente global y nacional y encontremos las mejores formas de hacer algo para recuperar su salud”, indicó.
A su vez, los microplásticos invaden los alimentos, el agua e incluso el aire, y los productos plásticos de un solo uso se desechan o se queman. Perjudican la salud humana y la biodiversidad y contaminan todo tipo de ecosistemas, “desde los picos de montaña hasta el lecho marino”, señaló el PNUMA.
Además de bolsas y envases de agua purificada de utilización única, que son parte del problema, el empleo de prendas de vestir elaboradas a partir de plásticos contribuyen a la contaminación por microplásticos, a causa de la generación y liberación de fibras sintéticas a los ecosistemas terrestres y acuáticos, dijo a su vez José Ontiveros, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En el país y en otros más apenas comienza la investigación sobre la contaminación por microplásticos. En reuniones entre investigadores y autoridades empezó la generación de inventarios en la materia, precisó.
“Nos hemos aventurado a analizar muestras de arena de playa, columnas de sedimentos, material acumulado en trampas de sedimento y muestras marinas de agua superficial”, agregó. “Los microplásticos, como indica la literatura, están en todos lados”.
Mencionó que el problema es grave y está relacionado con que numerosas empresas no están obligadas a reportar en los países donde llevan a cabo sus actividades cuál es su producción de plásticos, por lo cual se desconocen los volúmenes y flujos reales con los que contribuyen a este fenómeno contaminante.
Con información de La Jornada
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