Por acuerdo entre los cancilleres de México, Estados Unidos y Canadá, la controversia en el sector energético en el marco del T-MEC no formó parte de los temas de la sesión trilateral de la Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN), que encabezaron ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador; el mandatario estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
“Toda la derecha ha insistido en poner el tema de la energía en la mesa bilateral con Estados Unidos, pero el asunto de la energía está encapsulado, porque ya se inició el proceso de consulta, no tenía caso ponerlo en la cumbre como algo a resolver, sentí que era más importante el tema del fentanilo y, de nuestra parte, el de las armas”, comentó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Los socios comerciales de México abrieron el año pasado un proceso de consultas con el gobierno mexicano para dirimir lo que consideran que son vulneraciones al T-MEC por la política energética mexicana.
“Los temas de energía están en proceso de diálogo, de consulta, entre los tres países. Entonces lo que acordamos o tratamos de llevar entre los cancilleres es que no convirtiéramos la cumbre en una discusión (sobre temas energéticos). Convenimos en eso porque si no, convertimos la reunión en un panel (sobre energía)”, aseguró Ebrard en entrevista con Radio Fórmula.
El canciller señaló que es previsible que Trudeau aborde este miércoles las preocupaciones de su gobierno sobre energía en la reunión bilateral que sostendrá con López Obrador. “Yo supondría que el primer ministro Trudeau comentará algo relativo a esto. Supongo que en la bilateral le expondrá al presidente su preocupación”, declaró el canciller.
La víspera de su viaje a México, Trudeau fue insistente en que tanto Canadá como Estados Unidos serían “bastante claros” con López Obrador respecto a que resolver la disputa energética sería “una forma de ayudar a México a desarrollarse para atraer inversiones de empresas” de esos dos países.
Ebrard señaló que el acuerdo con sus pares, Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, y Melanie Joly, ministra de Asuntos Exteriores canadiense, se dio porque “hay un proceso en curso” para resolver las diferencias y porque los presidentes y el primer ministro no querían que la cumbre fuera un panel sobre energía.
Por otra parte, Ebrard, Blinken y Joly se reunieron el lunes por la noche con miembros del Consejo Coordinador Empresarial, la Cámara de Comercio de Estados Unidos y el Consejo de Negocios de Canadá, para hablar sobre la profundización de la cooperación económica trilateral, promover la inversión, acelerar el crecimiento económico de la región y reforzar la estabilidad y resiliencia de la economía en América del Norte.
A raíz de los acuerdos de la décima Cumbre de Líderes de América del Norte, una “hoja de ruta” destaca que, con organismos internacionales, el gobierno mexicano creará en Tapachula un centro de asistencia y orientación a migrantes que buscan refugio.
Desde temprano, aun antes del inicio de la reunión trilateral, un comunicado de la Casa Blanca daba por hecho la creación de ese espacio, pero por la tarde el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió a una pregunta: “No tenemos contemplado construir ningún centro”.
El fenómeno migratorio y su crecimiento sin precedente fue tema destacado en la cumbre trilateral y arrojó consensos para enfrentar sus causas y abrir las rutas a una movilidad regulada.
La relevancia de la migración acercó otras posiciones entre México y Estados Unidos. Ambos mandatarios elogiaron las acciones mutuas. “Queremos agradecerle, presidente, por recibir en México a aquellos que no están siguiendo caminos legales, que están tratando de cruzar ilegalmente la frontera entre nuestros países”, comentó Biden.
En respuesta, el mexicano le agradeció por “el respeto a nuestros paisanos que viven y trabajan honradamente en Estados Unidos y que no son acosados ni padecen de redadas, como sucedía, lamentablemente, en otros tiempos. Ya lo hemos dicho y lo repito ahora: usted es el primer presidente de Estados Unidos en mucho tiempo que no ha construido ni un metro de muro y eso se lo agradecemos, aunque no les guste a los conservadores”.
Por la noche circuló el documento ya negociado entre los tres países sobre los acuerdos. Entre ellos destaca: “Bajo los principios de la Declaración de Los Ángeles, el gobierno de México diseña un espacio de servicios de empleo, asistencia y protección para personas refugiadas, en colaboración con organismos internacionales.
“Dicho espacio ofrecería servicios y alternativas de protección, documentación y movilidad laboral, en coordinación con la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y el Servicio Nacional de Empleo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Los gobiernos de Estados Unidos y Canadá colaborarán con el de México y organismos internacionales para ofrecer servicios y asistencia para personas refugiadas en dicho espacio, mismo que no contempla tareas de control migratorio”.
Por la mañana, en un comunicado sobre “los acuerdos” –que en ese momento no se habían formalizado–, la Casa Blanca anunció “una colaboración para un nuevo centro –migratorio– en el sur de México, con un fuerte apoyo de la iniciativa privada”.
Sin embargo, durante la conferencia de prensa de los tres mandatarios hubo una pregunta directa para López Obrador: “¿En qué consiste este nuevo centro migratorio que se va a construir en el sur de México? ¿Qué funciones va a tener?”
El mandatario mexicano respondió: “No tenemos pensado construir ningún centro en el sureste para la migración. Lo que hacemos es ayudar con albergues, con atención médica, con alimentos a los migrantes”.
Apuntó además que solicitó “respetuosamente” al jefe de la Casa Blanca que insista ante el Congreso de su país para regularizar la situación migratoria de millones de mexicanos “que llevan años viviendo, trabajando y contribuyendo en el desarrollo de esa gran nación que es Estados Unidos” y volvió a reconocer el programa anunciado por su par estadunidense para abrir permisos humanitarios a migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Al respecto, Biden afirmó: “Queremos que sea más fácil que lleguen las personas, que no pasen por este proceso tan terrible. Vamos a continuar con nuestros esfuerzos de abordar las causas fundamentales de las migraciones diciéndole a las personas que se queden en sus países de origen. Le he pedido al Congreso 4 mil millones de dólares para esta iniciativa; nuestra vicepresidenta (Kamala Harris) también ha acordado 3 mil millones de dólares en donaciones privadas para asegurar”.
Y agradeció la colaboración mexicana (que consistirá en recibir a 30 mil migrantes al mes que no puedan acceder al programa estadounidense).
López Obrador también reconoció al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, “por su extraordinario y fraterno programa, que consiste en otorgar visas temporales de trabajo a jornaleros, obreros. Este programa ya beneficia a 25 mil hombres y mujeres, 25 mil mexicanos. Es un camino a seguir, el de la migración ordenada. El primer ministro Trudeau es un gran aliado de México”.
Termino diciendo, dijo López Obrador, que mi maestro, el gran poeta, Carlos Pellicer, en 1930, sostenía que: “El anhelo de la libertad es el más grande fruto que ha cuajado el corazón humano… Para ser justos es necesario ser libres…. Los sentimientos de justicia son hijos de la libertad, pues nunca, siendo esclavos, podremos ser justos”.
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