Doblega Alejandro ‘Alito’ Moreno, al llamado “brazo fuerte”, formado por exlíderes priístas, en el “torneo de vencidas” al que convocó el dirigente nacional del PRI.
Moreno Cárdenas convirtió la sede nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en un búnker, en el que se atrincheró con su grupo de incondicionales que dominan los dos órganos de dirección, el objetivo fue resistir y contener la exigencia de renuncia de cada uno de los 10 ex dirigentes del tricolor y del coordinador de los senadores de ese instituto, Miguel Ángel Osorio Chong.
“¡No me voy!”, les soltó Alito, ante la mirada de incredulidad de Manlio Fabio Beltrones, Claudia Ruiz Massieu, Roberto Madrazo, Beatriz Paredes, Dulce María Sauri, José Antonio González Fernández, Jorge de la Vega, Pedro Joaquín Coldwell, César Camacho, Carolina Monroy y Osorio Chong.
La reunión se realizó en el Salón Presidentes –donde están colocados los retratos de todos los ex dirigentes–, mientras en Campeche el fiscal general, Renato Sales Heredia, encabezaba un vistoso operativo para medir los terrenos donde se encuentra la mansión que Moreno Cárdenas posee en la exclusiva zona residencial de Lomas del Castillo.
Tras el descolón que les dio Alito, los ex dirigentes salieron por la puerta de atrás del partido. “Cada día lo veo más solo, cada vez sin menos respaldos”, lamentó uno de los ex dirigentes, mientras Moreno Cárdenas se hacía rodear de diputados, integrantes del Comité Ejecutivo Nacional y del Consejo Político Nacional, citado la tarde de este miércoles donde será ratificado por aclamación.
Alito Moreno no se guardó nada para esta semana y por ello desde el 2 de junio –antes de las elecciones– convirtió los documentos priístas en un instrumento a su favor. Aquel día su paisano y amigo Pablo Angulo, presidente del Consejo Político, firmó un documento de siete páginas en el que argumenta la defensa de su jefe, previa a la ratificación de un consejo que domina.
En la reunión de ayer, uno de los ex presidentes le recriminó a Moreno Cárdenas el hecho de haber modificado “tramposamente” los documentos básicos de su partido, para pretender extender su dirigencia hasta el año 2024, para luego hacerse de la candidatura presidencial.
Esa trampa fue expuesta hace días por José Encarnación Alfaro –uno de los primeros críticos por las derrotas del 5 de junio–, al explicar que Alito busca no convocar a la renovación de la dirigencia en 2023, y con ello en automático su Consejo Político Nacional le extendería tres meses más de gestión.
Todos los ex presidentes salieron de la reunión, según explicó uno de ellos, pensando que Alito les había tomado el pelo. Sin embargo todos –se insistió a este diario– están convencidos que al PRI le urge el cambio de dirigencia porque un proyecto personal “está llevando al precipicio” al viejo partidazo.
Todos querían hablar, pero solamente uno pudo soltar una frase reveladora: “con lo que escuchamos hoy pareciera que Alito quiere llevar a nuestro partido al cementerio, lo que no vamos a permitir”.
Al mismo tiempo, en Campeche, a partir de las siete de la mañana y hasta después de las tres y media de la tarde, casi 20 policías ministeriales, midieron los terrenos que Alito habría comprado a 19 centavos el metro y revendido en un valor por encima del comercial.
“No tiene nada que ver con política, sino con criterios técnicos jurídicos, hay acusaciones y delitos y vemos si las acusaciones corresponden con los delitos, si hay indicios suficientes como para que la fiscalía acuse como debe de acusar”, declaró el fiscal.
Explicó que algunos de los predios sí están a nombre de Moreno Cárdenas, pero otros a nombre de familiares, conocidos, amigos y su hermano.
Asimismo, el juez Gabriel Regis López, titular del juzgado décimo sexto de distrito en materia administrativa en la Ciudad de México, se declaró incompetente para conocer de una solicitud de amparo que el priísta interpuso para tratar de frenar la difusión de audios por parte de la gobernadora Layda Sansores.
Regis López turnó el asunto a un juzgado de Campeche, ya que los sucesos narrados, probablemente se cometieron en esa entidad.
‘Alito’ Moreno, se aferró al PRI y no abandonará el cargo hasta el 19 de agosto de 2023. Al concluir la reunión que sostuvo con Dulce María Sauri, Beatriz Paredes Rangel, Claudia Ruiz Massieu, Manlio Fabio Beltrones, Humberto Roque Villanueva, José Antonio González Fernández, Roberto Madrazo y el senador Miguel Ángel Osorio Chong, el campechano prometió que en el seno del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) organizará reuniones de análisis sobre la realidad de su partido.
Durante cuatro horas y media, en el Salón Presidentes de la sede nacional priísta los ex dirigentes expresaron sus preocupaciones sobre el rumbo de su partido bajo la actual dirigencia, en manos de Moreno Cárdenas.
En ese sitio se le planteó la necesidad de refundar y reorganizar la vida interna y su comunicación con sus militantes y simpatizantes, y la consecuente renuncia del campechano ante los pésimos resultados que se han obtenido en el tricolor.
A la salida de la reunión, Dulce María Sauri Riancho expuso con amplitud que la respuesta de Alejandro Moreno fue tajante ante la exigencia de su renuncia, y no abandonará -como lo establecen los estatutos de ese partido- la presidencia partidista.
Con un amplio historial político, la yucateca, respondió amable a las preguntas, pero endureció el rostro cuando se refirió a la postura del dirigente de su partido, y ella acotó: “el 18 de agosto de 2023, ni un día más”.
Del encuentro no hubo ni un solo acuerdo concreto, cada uno de los presentes aportó su visión del PRI, y al salir cada quien por su lado así lo dejaron ver. Desdeñosos, no atendieron a los reporteros que esperaron horas. La única, Dulce María Sauri, fue explícita sobre el obvio desacuerdo y la tormenta que se cierne sobre ese partido.
Por su parte, Alejandro Moreno volvió a culpar de sus males al gobierno federal “quiere al partido, e instituir una dictadura. No hay que hacer el juego al gobierno, ahora resulta que este gobierno anti democrático, que no tiene brújula, va a ser la fuente de la verdad”.
Al final de la reunión el campechano, que curiosamente convocó a reunión a los dirigentes priístas en los estados, se reunió con ellos y les dijo que no se irá del partido. Después, para festejar entre los suyos, organizó una comida privada, en una carpa a un costado del auditorio Plutarco Elías Calles.
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