Horas antes de la investidura del presidente electo Andrés Manuel López Obrador el próximo 1 de diciembre, el Estado Mayor Presidencial (EMP) desaparecerá formalmente a partir del primer minuto de ese mismo día, será un grupo especial de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) la que esté a cargo de la seguridad durante el cambio de gobierno, incluyendo la de los mandatarios que asistan a la toma de protesta.
Fue el propio Andrés Manuel quien solicitó a la Sedena que el 1 de diciembre cuando él tome protesta ya no exista el Estado Mayor Presidencial (EMP).
Altos mandos militares confirmaron que la Secretaría de la Defensa Nacional se prepara para recibir a los que actualmente forman parte del Estado Mayor Presidencial, por lo que el viernes 30 de noviembre, el gobierno federal emitirá la normativa correspondiente para que dichos elementos se reintegren a la Sedena.
Indicaron que al desaparecer el EMP, sus elementos se integrarán a dos nuevas brigadas de Policía Militar, que se sumarán a las 10 existentes en el país, de las cuales siete fueron creadas durante la administración de Peña Nieto.
México firmó ante la ONU el acuerdo de la Convención Sobre las Misiones Especiales, que señala que el gobierno federal debe hacerse cargo de la seguridad de los mandatarios y jefes de Estado que visiten nuestro país y el Reglamento del Estado Mayor Presidencial indica que es dicho grupo quien deberá hacerse cargo de las medidas de seguridad.
Para desaparecer al EMP basta modificar sólo un artículo de la Ley Orgánica del Ejército o incluso su reglamento, el mismo que Felipe Calderón cambió por decreto dos días antes de entregar el poder para garantizar la atención médica y protección para él y su familia.
En la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos se encuentra el único sustento legal de la existencia del EMP, que en su artículo 15 establece que el Presidente de la República “dispondrá en un Estado Mayor Presidencial, órgano técnico militar que lo auxiliará en la obtención de información general; planificará sus actividades personales propias del cargo y las prevenciones para su seguridad y participará en la ejecución de actividades procedentes, así como en las de los servicios conexos, verificando su cumplimiento”.
El reglamento del EMP establece, entre sus misiones generales, desplegar actividades de inteligencia y contrainteligencia para cumplir sus funciones de garantizar la seguridad del Presidente, su familia, los mandatarios y altos funcionarios extranjeros que visiten el territorio nacional, así como de los ex presidentes o incluso de otras personas que “expresamente ordene el titular del Ejecutivo Federal”.
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