En la presentación de los resultados anuales, la cúpula directiva del Banco Santander, con Ana Patricia Botín y el consejero delegado, José Antonio Álvarez, confirmó que están evaluando la compra de Citibanamex en México, pero que la decisión la adoptarán cuando evalúen el mercado, los riesgos y las posibilidades de compra.
Si bien apuntaron que en ningún caso necesitan de esa operación para “seguir creciendo” (el último año incrementaron sus beneficios en el mercado mexicano en un 8 por ciento) y que tampoco prevén una ampliación de capital previa para hacer la operación, siempre bajo el supuesto de que finalmente se interesen por la compra.
“México es uno de los mercados clave. El proceso de venta de Banamex comenzará en los próximos meses y nosotros seremos parte del proceso que tenga lugar. Estamos generando mucho capital en México y queremos generar más capital y es uno de nuestros objetivos”, señaló Ana Patricia Botín, que también advirtió que “no estamos considerando emitir acciones ni para esta posible operación ni para ninguna”. Botín ha añadido que “el proceso va a durar meses y probablemente será hacia el tercer trimestre. Pero lo importante es que no contemplamos en ningún caso emitir acciones.
“Si al final ocurre, lo haremos de forma atractiva para nuestros accionistas. En los últimos dos años, realizamos operaciones en otros países como Brasil que no teníamos previsto. Dependerá, ya veremos. Es lo único que puedo decir”, añadió al respecto Álvarez a la pregunta directa sobre el interés en la operación, al tiempo que advirtió que “estamos satisfechos en México, tenemos un gran negocio y no necesitamos comprar.
Estamos generando un gran margen de beneficio en México y aumentando nuestra cuota de mercado. Hemos construido desde la nada un negocio de automóviles que ya representa el 10 por ciento del mercado. Tengo que ser muy claro: no necesitamos comprar para generar negocio en México”, advirtió.
Una enorme operación financiera como la que anunció el banco Citigroup –cerrar sus operaciones de banca comercial y vender la mayor parte del Banco Nacional de México, Banamex– tendrá enormes consecuencias en el sistema financiero. Pero, además, las tendrá también en el mundo del arte.
Desde hace varias décadas, a través de la Fundación Fomento Cultural, Citibanamex es dueño de una de las colecciones de arte mexicano más importantes del país, y de varios edificios históricos que constituyen patrimonio cultural. Todo esto, icónicas sedes arquitectónicas y amplia colección artística, estará también a la venta con la salida del Citigroup. En conferencia de prensa, el banco explicó que no pondrá a la venta las obras y los lugares por separado. Es decir, el grupo empresarial que decida comprar las sucursales del banco, su cartera de crédito familiar y empresarial, su administradora de fondos para el retiro… también deberá comprometerse a comprar y preservar el importante capital cultural de Citibanamex.
“Es parte integral e indivisible de lo que está en venta”, dijo insistentemente en una rueda de prensa Alberto Gómez Alcalá, director corporativo de Desarrollo Institucional, Estudios Económicos y Comunicación de Citibanamex. Cuando se le preguntó, repetidas veces, en cuánto dinero evaluaba todo el patrimonio cultural del banco, Gómez Alcalá reiteró que “no importa el número en pesos y centavos que podamos dar. Nosotros decimos que es invaluable, que es un sello característico de la marca [Citibanamex], y estamos seguros de que así seguirá siendo”.
En la valiosa colección de arte hay obras de Frida Kahlo, Remedios Varo y Leonora Carrington, o de los muralistas José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Son alrededor de 2 mil obras pictóricas desde el siglo XVIII hasta el XXI, que incluyen óleos, acuarelas y dibujos, entre otros.
“Un aspecto importante de la colección es su espíritu nacionalista”, explica a El País la historiadora del arte Angélica Velázquez Guadarrama, actualmente directora del Instituto de Investigaciones Estéticas, y quien ha trabajado en exposiciones y catálogos de la colección. También ha sido asesora de la Fundación para sus adquisiciones en la colección de pintura.
“Más del 90% de la colección de pintura son artistas mexicanos, o artistas extranjeros que pintaron temas mexicanos”, añade Velázquez Guadarrama. “Es la colección de pintura privada más importante que tiene el país, porque se ha caracterizado por comprar siempre la obra con temática mexicana: el paisaje, las costumbres, etcétera. Ellos tienen las obras que no encuentras en el Munal [Museo Nacional de Arte] o en el Castillo de Chapultepec. Si quieres un panorama completo de la pintura mexicana desde la época virreinal, en México, tienes que ir a conocer esta colección”. Velázquez Guadarrama menciona, por ejemplo, las obras en la colección de Eulalia Lucio, artista mexicana del siglo XIX que “no encuentras en ninguna colección pública”. O las hermanas Sanromán (Josefa y Juliana), precursoras de la pintura mexicana en el siglo XIX, que también están en la colección.
Entre otras obras del siglo XX está Desfile del 1° de mayo en Moscú de Diego Rivera (1956), Los frutos de la tierra de Khalo (1938); o Mujer con Metate de Siqueiros (1931). Entre los extranjeros que han dibujado a México están, por ejemplo, el inglés Daniel Thomas Egerton y el alemán Johann Moritz Rugendas.
La Fundación Fomento Cultural no solo ha coleccionado sino que también ha publicado decenas de catálogos e investigaciones sobre arte mexicano, y ha expuesto sus obras en exposiciones temporales en el Louvre de París, el Prado de Madrid o el Metropolitan de Nueva York. En México, además, expone gratuitamente buena parte de su colección en el icónico Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, ubicado en el centro histórico de la capital.
“Nadie relaciona a otros bancos, como el banco Santander o al Bancomer, con el patrimonio artístico”, dice Velázquez Guadarrama. “Todos los bancos tienen colecciones de arte, pero hacer un catálogo, darlo a conocer, abrir un espacio para que todo el mundo la pueda contemplar, son políticas diferentes” que sí tiene Citibanamex.
Este patrimonio cultural también está asociado a sus hermosas instalaciones, lugares históricos de arquitectura barroca en la Ciudad de México y otras partes del país. La sede principal de la Fundación es el Palacio de Iturbide, en el centro histórico de la capital, antigua residencia del ícono de la independencia Agustín de Iturbide. Además de este, la Fundación es dueña del Museo Casa Montejo en la ciudad de Mérida (Yucatán); el Palacio del Conde del Valle de Súchil en Durango; y la Casa del Mayorazgo de la Canal en San Miguel de Allende, en Guanajuato.
“Otra cosa muy importante que ha hecho Fomento Cultural Banamex es darle categoría de arte a la difusión del arte popular en México”, cuenta Kristina Velfu, consultora de arte que trabaja actualmente en una casa de subastas y quien ha asesorado al Museo de Arte Popular para el registro fotográfico de su colección. “México es capital mundial de arte popular, y Banamex tiene una colección enorme de grandes maestros de arte popular, que fue manejado en otros lugares como artesanía durante muchos años. Siempre fue menospreciado. Esta colección, en cambio, muestra su valor artístico, e incluso espiritual, en México”. En 1996, Banamex inició un reconocido Programa de Apoyo al Arte Popular donde hay obras de artistas nahuas, otomís, tzotzil, mayas y mixtecos, entre otros.
Además de esto, el banco cuenta con un gigante archivo documental que data desde la fundación del Banco en 1884. Es el archivo financiero “más importante en México” para entender los cambios en el sector económico del país durante más de un siglo, dijo Gómez Alcalá, de Citibanamex, en la conferencia de prensa.
La colección histórica, artística y arquitectónica, en realidad, viene acumulándose por más de un siglo, y por ende esta no es la primera vez que cambia de dueños. Hace 20 años, cuando Citigroup compró Banamex y por ende también su colección artística, varios artistas mexicanos exigieron públicamente que el patrimonio cultural no fuera a parar en Estados Unidos, sino que se quedara en el país. “Hubo incluso noticias falsas de que iban a poner un Burger Boy en uno de los palacios”, recuerda Velázquez Guadarrama. “Eran rumores absurdos, y nada de eso no pasó”.
La petición fue escuchada. Las obras se quedaron en México, se amplió la colección, pero ahora varios expertos en el mercado del arte se preguntan cuál será el precio de esta y cómo el INAH –Instituto Nacional de Antropología e Historia– buscará proteger el patrimonio arquitectónico y artístico del banco. Muchas de sus obras (como las de Rivera o María Izquierdo) está protegidas legalmente y no pueden salir del país. Pero muchas otras no.
“En la historia del banco han habido varios dueños, y muchas veces han surgido, cuando hay un relevo en los dueños, inquietudes y preguntas”, dijo Gómez Alcalá, de Citibanamex, en la conferencia de prensa. “La verdad lo que hemos visto es una constante: ese compromiso con la cultura por parte del Banco Nacional de México se ha mantenido. Y se ha mantenido porque es parte de su esencia, es parte de su ADN, es parte de su misma definición, no se puede distinguir. Es parte de un conjunto que no podemos dividir. Amparado en esa historia, creemos nosotros que va a pasar lo mismo”.
Ahora solo falta un elemento clave: saber quién será el comprador que se llevará, no sola buena parte del Banco de México, sino la enorme responsabilidad de proteger su patrimonio artístico en México.
Con información de La Jornada y del diario El País
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