Ante la investigación abierta el sexenio pasado contra los empresarios Claudio X. González (padre e hijo), por defraudación fiscal, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el expediente le fue “heredado”, pero aclaró que su administración no ha interpuesto denuncias contra ellos para evitar que una acción penal se interprete como una represalia hacia sus detractores.
Los “Claudios” son nombrados a menudo en Palacio Nacional; el Presidente los considera personas que van por la vida con la bandera anticorrupción y en realidad son beneficiarios de esas prácticas.
La mañanera de ayer ha sido una de las conferencias más largas de los últimos meses; se prolongó dos horas con 40 minutos, y durante la misma se reveló que en 2006, la primera vez que contendió por la Presidencia de la República, González padre insistió al dueño de Televisa, Emilio Azcárraga, que no debían dejarlo llegar al poder.
Contó que el día de las elecciones, por ahí de las seis de la tarde, recibió una llamada de Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa, quien le recomendó defenderse: “ya ganaron o ya ganaste, nada más que defiendan el triunfo, porque no van a querer entregarles la Presidencia’”.
“Y así fue”, lamentó López Obrador, al tiempo de abonar al anecdotario: “creo que después (Felipe) Calderón, en represalia, le sugirió a Bernardo que se fuera del país, porque seguramente grabaron la llamada”.
Por versiones periodísticas se sabría días después que Bernardo Gómez se mudó a California supuestamente para ampliar los negocios de la televisora.
López Obrador siguió narrando que el empresario –dueño de una papelera trasnacional y de otros negocios– buscaba por todas partes hacerlo caer. “Ahí supe que Claudio le decía a Emilio ‘por ningún motivo hay que dejar que gane Andrés Manuel’”, y Azcárraga se resistía, “decía ‘no, ¿y la credibilidad?’, ‘n’ombre –replicaba el entonces dirigente del Consejo Coordinador Empresarial– esa en un mes la recuperas, lo que hay que hacer es que no pase’. Y ya saben ustedes lo que hicieron, se robaron la elección presidencial”, fraude en el que González estuvo muy metido, sostuvo.
El mandatario abordó el tema a pregunta expresa e incluso le dijo al reportero que hablaba “sólo porque me lo preguntas”, y aceptó que la titular del SAT, Raquel Buenrostro, informe si los González adeudan al fisco.
En el desmarque del citado expediente de mil cuartillas elaborado por la administración de Peña Nieto, López Obrador consideró que sí pudo haber sido un “acto de persecución del gobierno anterior” hacia los empresarios.
Pero no por eso dejó de criticar a los “Claudios”. Del padre dijo que fue asesor económico de Salinas de Gortari en la época en que se negociaba la entrega de los bienes de la nación a particulares y en 2006 financió la campaña de “desprestigio” en su contra.
Y del hijo repitió que la organización que encabeza en lugar de llamarse Mexicanos contra la Corrupción debería ser “Mexicanos en favor de la corrupción”; reprochó su apoyo a las reformas estructurales, pero sobre todo el ataque al magisterio.
Y hablando de esa embestida del “conservadurismo” “autoritario” y de “mala entraña”, como le llamó ayer, lamentó que periódicos nacionales e internacionales como El País y The New York Times pongan en primera plana que supuestamente su gobierno está contra el feminismo, de las mujeres, a colación de la candidatura de Félix Salgado al gobierno de Guerrero.
“¿Por qué no vienen aquí o recopilan lo que hemos dicho sobre este caso aquí?, de que tienen que resolver los ciudadanos de Guerrero; que si hay una acusación, pues una autoridad tiene que juzgar, que no puede haber linchamientos políticos.
“¿No sabrán en el New York Times que Félix hace dos años y medio fue senador electo y que es exactamente ahora que está buscando ser candidato cuando surge todo este escándalo?
“¿Qué no saben los del New York Times que el acusador principal de Félix fue el ex procurador de Guerrero del gobierno del PRI? O sea, no investigan, calumnian”; es el conservadurismo que anda buscando, de mala fe, cómo nos etiqueta de algo, lamentó.
En otro tema, dijo que en el informe de la Auditoría Superior de la Federación, acerca de los costos errados de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, pudo haberse “armado abajo” con funcionarios no revisados adecuadamente por el titular de la ASF, David Colmenares.
Dijo además que seguramente la ASF también se equivocó en el estudio sobre la construcción de la refinería Dos Bocas.
“O sea, no puedo asegurar que él actuó de mala fe, no descarto el que, como se dice coloquialmente, le hayan metido un gol”, expresó López Obrador.
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