Grecia y Turquía continúan buscando supervivientes.-
La noche fue eterna en Esmirna, en el oeste de Turquía, donde los equipos de rescate trabajan sin descanso en busca de supervivientes, luego del terremoto de 7 grados en la escala de Richter que ayer sacudió la región. El último balance de víctimas habla de una veintena de fallecidos y alrededor de 800 heridos.
El presidente turco, Erdogan, anunció que se movilizaron “todos los recursos a disposición del Estado” para ayudar en las labores de rescate de posibles supervivientes. También los Gobiernos municipales enviaron a decenas de ambulancias y camiones de bomberos a la costa del Egeo para ayudar a la zona más afectada. Aunque el sismo se dejó sentir también en Grecia, Bulgaria y Macedonia, Turquía se ha llevado la peor parte. Una veintena de edificios se derrumbaron en su totalidad o parcialmente en la ciudad de Esmirna, que tiene cuatro millones de habitantes.
También ha sufrido daños importantes la cercana isla griega de Samos, situada a una decena de kilómetros de epicentro del terremoto.
En Grecia dos jóvenes murieron y nueve personas resultaran heridas. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, viajó a Samos, donde la situación «es extremadamente difícil», según Protección Civil.
La costa egea turca, densamente poblada, fue la más afectada. En Turquía, 25 personas fallecieron y 804 resultaron heridas, según la Gestión de Emergencias y Desastres (AFAD).
Desde el terremoto, un centenar de personas fueron rescatadas vivas de entre los escombros, indicó el ministro turco de Medioambiente, Murat Kurum. Dos mujeres fueron salvadas 17 horas después del temblor, según el gobierno.
En Bayrakli, distrito que cuenta con unos 300.000 habitantes, las autoridades instalaron tiendas para que las familias pudieran pasar la noche.
Turquía se sitúa en la confluencia de varias placas tectónicas y está atravesada por dos importantes fallas, por lo que los terremotos son una constante. El más grave de las últimas décadas, en 1999, fue de magnitud 7,6 y provocó más de 17.000 muertos en las cercanías de Estambul
La magnitud del sismo, que se produjo a una decena de kilómetros de profundidad, fue evaluada por el Instituto Geofísico Americano (USGS) con una magnitud de 7 y de 6,6 por las autoridades turcas. El alcalde de Esmirna, Tunç Soyer, afirmó al canal de noticias CNN-Türk que había recibido información sobre casi 20 edificios derrumbados.
“Hemos recibido informaciones según las cuales seis inmuebles se derrumbaron en Bornova y Bayrakli”, en la provincia de Esmirna, indicó el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, en Twitter.
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Otras personas con menos suerte, durmieron en bolsas de dormir sobre el césped, y algunos en sus coches.
Los rescatistas reclamaban a veces silencio, con la esperanza de oír a posibles supervivientes, antes de continuar su búsqueda.
Muchos residentes, cuyas viviendas resistieron al temblor decidieron igualmente quedarse fuera. El miedo a las réplicas es enorme: desde el sismo principal el viernes, la tierra ha registrado cerca de 500 réplicas, según las autoridades.
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