La localización de un cuerpo abandonado en un canal de aguas negras de Nextlalpan derivó en la confirmación por parte de las autoridades de la muerte del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis desaparecido desde el 27 de octubre en Coacalco, Estado de México.
A partir de este hallazgo, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) desplegó una serie de operativos que culminaron en la detención de dos personas y en la emisión de una orden de captura contra una tercera implicada.
De acuerdo con información oficial, el cadáver del párroco fue encontrado durante la madrugada del 13 de noviembre. Estaba envuelto en bolsas negras y sujeto a un sillón, en avanzado estado de descomposición, lo que obligó a realizar estudios genéticos para confirmar su identidad. Dichas pruebas arrojaron resultados positivos.
Las investigaciones condujeron a la detención de María Fernanda “N” y Brandon Jonathan “N”, señalados como probables responsables del delito de desaparición cometida por particulares.
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La Fiscalía logró reconstruir que, el 29 de octubre, el sacerdote llegó al domicilio de Brandon Jonathan “N” acompañado de una mujer; en ese lugar convivieron durante horas, “consumiendo bebidas alcohólicas y estupefacientes hasta que, en algún momento… (Brandon Jonathan) presuntamente agredió con un objeto punzocortante a E.B.H.V., provocándole heridas que le ocasionaron la muerte”.
La narrativa ministerial indica que, tras la agresión, arribó al sitio María Fernanda “N”, supuesta pareja del agresor. Entre los tres implicados habrían intentado ocultar el crimen, colocando el cuerpo en bolsas y sujetándolo a un sillón para después trasladarlo a Nextlalpan el 30 de octubre, donde lo abandonaron en un río de aguas negras con la intención de desviar las pesquisas.
Luego de la denuncia interpuesta por la familia el 31 de octubre, la Fiscalía detectó el paso del vehículo del sacerdote mediante cámaras carreteras. También identificó una motocicleta relacionada con el traslado del cuerpo. Su dueño declaró que “le prestó la moto a… Brandon Jonathan ‘N’, porque le pidió ayuda para ir a vender una camioneta a Hidalgo porque le habían salido con un fraude”.
El 9 de noviembre, un cateo en la Unidad Habitacional Morelos, Tercera Sección, en Tultitlán, permitió localizar pertenencias del sacerdote, una estola, objetos punzocortantes y rastros hemáticos visibles con la prueba “blue star”. Dos días después, peritos confirmaron el sitio donde los implicados aseguraron haber abandonado el cuerpo, lo que permitió la confronta genética definitiva.
Brandon Jonathan “N”, quien ya había purgado una sentencia de 18 años por robo con violencia, y María Fernanda “N” fueron capturados en la colonia Centro de Cuautitlán. Paralelamente, la FGJEM ubicó a la mujer que acompañó al sacerdote aquella noche; en su declaración reconoció su presencia y la Fiscalía precisó: “Esta persona cuenta con orden de aprehensión vigente por el mismo ilícito”.
Si se acredita su responsabilidad, los involucrados podrían recibir penas de hasta 50 años de prisión, conforme al artículo 34 de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada y Cometida por Particulares.

