Los terrenos de Vulcan Materials, en Quintana Roo, donde la empresa por décadas ha extraído piedra caliza y actualmente está clausurada por la autoridad ambiental, pertenecieron a familiares del entonces gobernador Pedro Joaquín Coldwell, que compraron a precio mínimo y luego vendieron con una gran ganancia, indica un video divulgado ayer en redes sociales por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Los familiares de Joaquín Coldwell compraron en los años 80 entre 8 y mil 346 pesos la hectárea, que después vendieron hasta en medio millón de pesos por cada hectárea, según el informe.
Además, Joaquín Coldwell permitió el aprovechamiento sin permisos de cambio de uso de suelo forestal, y el 6 de agosto de 1986 los gobiernos federal y de Quintana Roo firmaron un convenio para autorizar la explotación sobre y bajo el nivel freático en los predios Punta Venado y La Rosita, menciona.
Explica que los familiares de Joaquín Coldwell, quien gobernó la entidad entre 1981 y 1987, vendieron los predios a la empresa Rancho Piedra Caliza, adquirida por Vulcan Materials Company, propietarias de Calizas Industriales del Carmen (Calica), hoy Sactun, que también cuenta con los predios La Adelita, La Rosita y Corchalito.
En los años 80, el predio La Adelita fue adquirido por mil 346 pesos la hectárea y nueve años después se vendió en 18 mil 483 pesos la unidad.
El predio La Rosita lo compraron en mil 250 pesos por hectárea y cuatro meses después se vendió en medio millón de pesos. El Corchalito fue comprado en menos de 8 pesos la hectárea y dos años después lo vendieron en 18 mil pesos, indica el reporte.
La Semarnat menciona que la explotación de roca caliza se prolongó por más de tres décadas y el material se exportaba a Estados Unidos. La operación es considerada el desastre ambiental más grande de la península de Yucatán.
Además de los permisos otorgados en los años 80, en 2000, al final del sexenio de Ernesto Zedillo, la Secretaría de Medio Ambiente dio un permiso de aprovechamiento en El Corchalito y La Adelita por 20 años, que vencieron en 2020.
Agrega que en esa zona se afectaron manglares, selvas, fauna y se destruyeron 42 millones de metros cúbicos de suelo kárstico, que requiere millones de años en formarse y equivale a mil 835 pirámides de Kukulcán en Chichén Itzá.
El informe señala que quedaron devastados al menos tres cenotes, el uso de explosivos contaminó el agua y se retuvieron más de 40 millones de metros cúbicos de agua subterránea, 20 veces más el volumen autorizado a la empresa, entre otras irregularidades.
Con información del diario La Jornada
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