En los primeros 15 días de enero, la inflación general en México aumentó 0.39 por ciento, con respecto a la segunda quincena de diciembre, para ubicarse de manera interanual en 7.13 por ciento, la tasa más alta desde enero del 2001 (8.37 por ciento), según revelaron datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Pese a la desaceleración de la inflación, al reportar tres quincenas consecutivas a la baja, se mantiene en los niveles más elevados desde principios del 2001. Y es que la inflación subyacente, que excluye energía y agropecuarios, no detiene su incremento, lo que refleja deterioro en la formación de precios.
Dentro de los productos, cuyas variaciones de precios destacaron por su incidencia sobre la inflación general, fueron el limón, con un incremento de 36.84 por ciento; papa y otros tubérculos, 11.62 por ciento; plátanos, 6.75 por ciento; cigarros, gasolina de alto octanaje, automóviles y loncherías y fondas con un aumento de 3.62, 0.98, 0.99 y 0.92 por ciento, respectivamente.
Mientras que el transporte aéreo, jitomate, tomate verde, chile serrano, con descensos de 33.66, 15.21, 10.93 y 11.42 por ciento, en ese orden fueron los principales productos a la baja.
De acuerdo con el informe del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación general interanual de la primera quincena de enero bajó por efecto base de 7.26 de los últimos 15 días de diciembre a 7.13 por ciento, prácticamente en línea con el consenso de los analistas económicos.
No obstante, la inflación subyacente sigue subiendo, al registrar un aumento de 0.34 por ciento quincenal y de 6.11 por ciento anual, en donde los precios de las mercancías crecieron 0.62 por ciento, 7.78 por ciento anual; y los de los servicios 0.02 por ciento, 4.24 por ciento interanual.
“Ciertamente, la inflación general volvió a bajar, pero eso no es motivo para aplaudir, puesto que depende en mucho de los precios públicos y autorizados, así como de la volatilidad de los agropecuarios. La inflación a la que le debe poner freno el Banco de México es a la subyacente o estructural, la cual refleja deterioro en la formación de precios y amerita detenerlo”, describió Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Analytics.
Al mismo tiempo, el índice de precios no subyacente, aquella que sí incluye productos de alta volatilidad como los precios agropecuarios y energéticos, mostró un alza de 0.53 por ciento quincenal y de 10.21 por ciento anual. Los precios de los productos agropecuarios subieron 0.55 por ciento y los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno 0.51 por ciento a tasa quincenal; 15.54 y 6.28 por ciento de manera interanual.
“La inflación anual subyacente ya en 6.11 por ciento. Los precios de mercancías se disparan 0.62 por ciento en la quincena presionados por el IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios), problemas de oferta y presiones por el lado de la demanda”, aseveró Ricardo Aguilar, economista en jefe de Invex.
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