La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en México culminó el día de ayer con un llamado a crear un auténtico partido de derecha. “Yo no sé qué partido nos representa hoy, antes sí, pero hoy no. Y yo creo que es importante pensar en un futuro en un partido que representa a la mayoría del pueblo mexicano”, dijo el actor y simpatizante peñista Eduardo Verástegui, quien preside a esta agrupación.
Su llamado no fue en solitario. Otras figuras de la política mexicana, así como jóvenes que asistieron a la cumbre de la CPAC también manifestaron la necesidad de constituir en el país una derecha real que los represente y no la “derechita cobarde” o “timorata” que ha resultado ser el Partido Acción Nacional (PAN).
Al arranque de la Conferencia —que culmina este sábado— René Bolio Hollarán, director de la CPAC en México, expuso en entrevista con SinEmbargo que frente al “mal” que representa la izquierda, el cual está difundiéndose por todo el mundo y América urge que desde la derecha se organicen y hagan lo propio.
En ese sentido, planteó, en todos los países se necesita que haya una fuerza que sea representativa. “Aquí en México no existe una fuerza representativa de lo que se le llama derecha, conservadurismo, no existe ese partido y bueno, esperemos que se pueda crear en algún momento para sumarnos o que haya líderes que compartan esto también para sumarnos a ellos”.
La idea de crear un partido de banderas claramente ultraderechistas o de “derecha dura” se materializó en 2007 cuando expanistas, encabezados precisamente por Bolio Hollarán, crearon el Movimiento de Participación Solidaria, que pretendía ser el partido Solidaridad.
Financiados presuntamente por empresarios de la talla de Lorenzo Servitje y Patricio Slim, y animados entre otros por Fernando Rivera Barroso, secretario de Educación de Vicente Fox Quesada en Guanajuato y militante de la ultraderechista Organización Nacional del Yunque, el proyecto no obtuvo el registro del órgano electoral.
No obstante, la idea de formalizar una fuerza de derecha auténtica ha persistido dentro del conservadurismo. Una de las impulsoras para llevar a buen puerto un partido con estas características es la exdiputada panista de Querétaro, Elsa Méndez, quien durante la jornada del viernes confió en que el evento de la CPAC lleve a formalizar este plan.
“Siempre lo he dicho: Yo creo que en México no tenemos una representación política de ningún partido. Han sido pocos los políticos que han tenido una postura firme y clara en estos valores que compartimos, por eso es importante que a través de este movimiento va a surgir algo muy importante para nuestro país”, dijo.
La exdiputada panista Elsa Méndez manifestó su confianza para que en 2024 se pueda formalizar este partido de derecha, el cual se dijo lista a conformar y se decantó porque, además, lo abandere el actor Eduardo Verástegui, quien preside la CPAC en México. “Es un gran referente que como ustedes saben tiene una aceptación enorme en nuestro país, es una persona congruente, es un testimonio diario de estos valores que compartimos. Yo estaría muy contenta de que él pudiera liderar este movimiento”, expuso.
No fue la única voz que presumió del liderazgo de este personaje. En la tarde noche del viernes, Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente ultraconservador brasileño, Jair Bolsonaro, inició su conferencia agradeciendo a Verástegui, a quien incluso “destapó” como posible presidenciable: “Eduardo presidente. Imagínense tener un presidente además de inteligente, que es guapo”, mientras los asistentes aplaudieron y algunos hasta gritaron “¡Eduardo, Eduardo!”.
Minutos después, el propio Verástegui, un actor mexicano convertido en un político de ultraderecha que preside la CPAC —un ala del partido republicano de Estados Unidos— explicó que la derecha está huérfana en México porque, aunque hay políticos muy valiosos trabajando de forma trasversal en todos los partidos, hoy en día no hay quien represente a los conservadores.
En ese sentido, la expanista Alice Galván expuso que ella dejó el partido blanquiazul para trabajar en una fundación encargada en la formación de “líderes con valores” y en un think tank de ideas conservadoras. El PAN, añadió, “se ha alejado de sus principios” y ha dejado escuchar a su militancia. “Son tiempos de definiciones”, sostuvo.
Rodrigo Iván Cortés, otro expanista y quien actualmente preside el Frente Nacional por la Familia, comentó también en entrevista que, en efecto, durante el encuentro de ayer muchas voces plantearon la inquietud de formalizar un partido auténtico de derecha.
“La gente ya no se siente a gusto con los partidos políticos que están presentes”, dijo. Y añadió: “Noto que aquí en México hay gente que se está decepcionando de la opción que hay de parte del PAN precisamente porque en varios lugares… no quiero descalificarlos como un equipo completo, pero sí hay elementos de declive, de identidad, de desdibujamiento, de valores, de hechos de corrupción que dejan a varias personas decepcionadas”.
Emilio Yitzhak, de la organización Sublevados —un movimiento amplio de “derecha popular” ajeno a organizaciones confesionales como El Yunque— dijo que el evento de ayer sirvió para que la “verdadera derecha” levantará la voz en México con la mira en una unificación mundial.
—En el caso de México, de manera específica, hay un partido identificado con la derecha que es el PAN —se le planteó a Yitzhak.
—Derecha timorata o derechita cobarde, sino les gusta que les llame derechita cobarde les llamo cobardes —respondió, cuestionando la dirigencia de esta fuerza política encabezada por Marko Cortés Mendoza.
“La izquierda quiere quitar libertades”
La cumbre de este viernes estuvo marcada por un discurso centrado en señalar cómo los movimientos progresistas y de izquierda quieren “quitar libertades”, “normalizar el crimen” y “tomar el control absoluto” con regímenes totalitarios y dictatoriales.
En el primer día desfilaron personalidades del conservadurismo y ultraderecha en el mundo, quienes hablaron en sus ponencias de un supuesto riesgo y peligro de que los “regímenes socialistas, de izquierdas y comunistas” se expandan por Latinoamérica y quieran tomar el poder para vulnerar las libertades de los pueblos.
Steve Bannon, por ejemplo, estratega en jefe de la Casa Blanca en la administración de Donald Trump, y Eduardo Bolsonaro, fueron dos de las figuras fuertes que hablaron en la cumbre de derechistas en México.
El aliado de Donald Trump, quien no acudió al evento y expuso por videoconferencia, centró su discurso en criticar el voto electrónico pues aseguró que a través de esa herramienta se quieren robar las elecciones.
Acusó a Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente electo de Brasil, de ser un “delincuente” trasnacional que, junto con su partido, quiere extender su poder más allá de la Amazonia. También lo acusó de robar la elección de Brasil.
Bannon aseguró que, si hay presiones en México para impulsar el voto electrónico, es porque se están organizando para robar las elecciones a los mexicanos “la tendencia es hacer el voto electrónico y es la manera en que quiere empezar a cosechar votos”.
Eduardo Verastegui fue cuestionado por medios de comunicación, si buscaría ser candidato presidencial, sin embargo, el actor lo descartó. “No, mi meta en estos momentos es acabar con el tráfico la trata de menores para la explotación sexual y defender la vida desde la concepción”, dijo Verastegui.
El diputado brasileño, Bolsonaro, les dijo a los conservadores presentes que tuvieran esperanza ya que se puede lograr un cambio en el Gobierno: “Si piensan que están en una situación mala (con un Gobierno de izquierda) hay una esperanza de cambiar siempre”, expresó.
Lo anterior lo señaló, luego de narrar que su padre, Jair Bolsonaro, ganó la Presidencia en un momento que no se esperaría. Dijo que Lula Da Silva “tuvo la suerte de estar en un momento donde China estaba abriéndose para el mundo y agarró un Gobierno con estabilidad económica, pero después entregó el gobierno a un sucesor que siguió haciendo los mismos programas sociales de Lula”.
“En México se quiere normalizar el crimen”
Figuras del movimiento conservador en México y el mundo, reunidas en el hotel Westin Santa Fe, se pronunciaron contra los movimientos de defensa de los derechos de las mujeres y de las comunidades LGBT, a quienes señalaron de pretender normalizar “el crimen”.
Guillermo Torres Quiroz de la organización Saber Votar en México, dijo que el Gobierno federal del Presidente Andrés Manuel López Obrador quiere imponer lo que es una nueva normalidad, la cual, dijo “quiere normalizar el crimen”.
“Quieren llamar nuevo derecho y normalizar la práctica de quitarle la vida de un ser humano, normalizar cualquier cantidad de desórdenes sexuales, normalizar la cancelación de quienes cuestionan estas barbaries. Hay una cultura de la muerte, una ideología muy agresiva”, dijo.
Dentro de la ponencia “Jóvenes Conservadores”, Torres Quiroz también criticó severamente la iniciativa de la Senadora Citlali Hernández en contra de las terapias de conversación. Aseguró que con esa iniciativa lo que se busca es “criminalizar a los padres que quieran ayudar a una persona que presente un trastorno de disfobia y meterle 18 años de cárcel”
Los jóvenes mexicanos Emilio Yitzhak, Frida Espinoza y Carlos Ramírez, también llamaron a no quedarse callados ante las políticas de la izquierda.
Emilio Yitzhak destacó que los movimientos progresistas y socialistas no les queda mucho tiempo. Expresó que los movimiento no binaries y de género, a diferencia del patriarcado, esos movimientos sí van a caer.
Frida Espinoza, otra joven conservadora, dijo que los gobiernos y movimientos progresistas tienen manipuladas a las masas y para ello se requieren minorías creativas.
Carlos Ramírez, también de México, expresó que no era casualidad que grupos de “izquierda radical” se hayan manifestado a las afueras del hotel donde se realiza la cumbre, pues acusó que esos grupos quieren limitar la libertad.
“Para ellos la única libertad que vale es la que ellos profesan”, dijo y abundó que la libertad debe de tener límites.
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