El gobierno mexicano no admitirá presiones de otros países para introducir el maíz amarillo, como producto transgénico, para consumo humano, aseveró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al referirse a las presiones ejercidas por senadores estadounidenses para que México abra este mercado para consumo humano, dijo que les debe quedar claro que las políticas mexicanas se definen en el país.
“Cuando venga la comisión del Senado, les vamos a decir esto, se lo planteé al secretario de Agricultura estadounidense y embajador de Estados Unidos en México y si los senadores están presionando en Estados Unidos, nada más que con todo respeto, las políticas en México las decidimos en México”. En el país, el maíz amarillo se utiliza como forraje para los animales.
En su conferencia, aludió también al proceso para legislar en torno al glifosato, sobre el cual reconoció que exista una importante polémica porque no se han encontrado alternativas de origen natural para sustituir la función de este herbicida”. La propuesta que estamos impulsando es que se vaya eliminando ese herbicida porque en efecto está demostrando que daña a la salud, pero es una situación especial no sólo de carácter mercantil o de predominio económico donde sólo está de por medio el lucro”.
Señaló que este herbicida permite la limpia de hierbas, “hay desde luego que se utilice más el machete. Como era antes, la limpia los que venimos del campo lo sabemos, a limpia se hacía con el machete, pero eso para la agricultura comercial de grandes extensiones ya no les resulta, se quejan de que no hay jornaleros suficientes, En eso estamos, pero en todo caso se pone por delante la salud. Es un asunto no concluido y si hay presiones de las empresas extranjeras, de los gobiernos extranjeros”.
López Obrador mencionó que se acordó que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología iniciara investigaciones al respecto, como parte del viraje de este organismo en su actuación, porque anteriormente “se había llegado al extremo de que el presupuesto de Conacyt se usaba para aportar a grandes empresas transnacionales en investigaciones muchas de esas dañinas a la salud. Era increíble que se usara dinero público para favorecer empresas que fabricaban productos chatarra, Trasnacionales con muchos fondos financiados en sus investigaciones por el Conacyt”.
Destacó que el Conacyt contribuyó a desarrollar, junto con una empresa, un ventilador en la etapa más compleja de la pandemia y fue la instancia para desarrollar la vacuna Patria, “pero ya los conservadores y los que manejan las farmacéuticas ya están pidiendo cuentas, pero el Conacyt está haciendo eso que antes no hacía”.
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