Como parte de las labores de resguardo y preservación de los descubrimientos arqueológicos derivados de la construcción del Tren Maya, las secretarías de Cultura y de la Defensa Nacional (Sedena) acordaron modificar el diseño original del camino de acceso a la estación Nicolás Bravo/Kohunlich del Tren Maya, en su tramo 7, para preservar las estructuras prehispánicas localizadas en el área.
En el anuncio, que dio a conocer ayer el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), refiere que con el apoyo de la Sedena se realizan trabajos generales de consolidación de cinco de las siete edificaciones localizadas a 6 kilómetros de la zona arqueológica de Kohunlich, en el sur de Quintana Roo, y que podrán ser apreciadas por la gente en ese paradero del tren.
En tanto, las otras dos estructuras fueron selladas como reserva futura de investigación, informó el responsable académico del proyecto de salvamento arqueológico del Tren Maya, Manuel Pérez Rivas.
Estos trabajos se suman a los esfuerzos que el instituto realiza en el contexto del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas, emprendido en paralelo a los trabajos del Tren Maya en el sitio de Kohunlich, que destaca por las labores de conservación de las imponentes esculturas de rostros del Templo de los Mascarones, símbolos emblemáticos de los mayas del sur de Quintana Roo, que el INAH emprendió ante el riesgo que corren las esculturas por estar a la intemperie, como publicó La Jornada a principios de 2024 (www.jornada.com.mx/2024/01/12/cultura/a02n2cul).
Este asentamiento, conformado por una serie de complejos arquitectónicos de carácter ceremonial y residencial, algunos de los cuales pudieron funcionar como barrios o agrupamientos familiares de la élite, muestra diversas etapas constructivas y estilos arquitectónicos. Los más tempranos se pueden asociar con un estilo de la región del Petén.
Además de estas estructuras, de uso habitacional, en el lugar se descubrieron materiales arqueológicos de lítica, cerámica, concha y restos óseos humanos, entre los que destaca un pectoral de caracol en forma de media luna, con cuatro personajes, dos centrales y dos secundarios, localizado en la Estructura 35027, la más cercana a la estación del tren.
Es un tipo de pectoral del cual no existen más de seis en toda el área maya de México y Centroamérica, explicó el arqueólogo Ramón Carrillo Sánchez, coordinador del tramo 7, al referir que el objeto debió pertenecer al dueño de la casa y pudo ser ofrendado a la construcción en señal de continuidad cuando se levantó un añadido.
Para su identificación las estructuras fueron denominadas con números. La Estructura 35027, formada por un basamento rectangular sobre el que desplantan dos cuartos abovedados, uno al norte y el otro al oeste. Tiene adiciones de crecimiento al sur y fue delimitado con un muro burdo, tipo albarrada, al sureste.
La Estructura 50168 consiste en un basamento sobre el que se desplanta un cuarto con acceso al sur y tiene varias etapas de crecimiento. La Estructura 50139, basamento sobre el que hay tres cuartos abovedados en forma de L, con acceso al norte y oeste, tiene en esa misma dirección un patio interno. Se observa también una extensión de basamento o adosamiento que crea un patio en el este.
Las Estructuras 50150 y 50151 integran una estructura habitacional, mientras la Estructura 39020 está formada por un basamento rectangular sobre el que desplantan al menos dos cuartos de perecederos, una escalinata de acceso amplio al sur, con huella ancha y peralte con ligero talud.
Los materiales arqueológicos hallados en el sitio están en proceso de análisis. El estudio del transecto, que es el derecho de vía del Tren Maya, ha permitido ampliar la información de un área que, en principio, la arqueología pensó que al atravesar las periferias de grandes ciudades mayas estas áreas lindantes pudieron estar destinadas a actividades agrícolas, entre otras, durante la época prehispánica.
El Tren Maya, uno de los proyectos más importantes de México, además de promover el crecimiento económico y turístico del sureste, ha impulsado los trabajos de investigación de las zonas arqueológicas para conocer más de la cultura de la península y sus aportes a la historia del país.
Por su importancia, el cuidado y conservación de estos sitios es prioridad para el gobierno federal, razón por la cual se ha modificado en más de una veintena de ocasiones el trazo del tren, al localizar durante las obras zonas de singular valor arqueológico, como expresó Pérez Rivas en una entrevista publicada en La Jornada en diciembre del año pasado (www.jornada.com.mx/noticia /2023/12/06/cultura/201cdestruccion 201d-es-un-termino-ajeno-a-los-trabajos-del-inah-manuel-perez-rivas -4834).
Con base en las edificaciones de grandes dimensiones y la oportunidad de investigación que ofreció el proyecto Tren Maya, se confirma hoy que esta zona estuvo habitada por una élite maya, lo que abre una nueva puerta de conocimiento de la cultura maya prehispánica en la región sur de Quintana Roo, finaliza el arqueólogo Ramón Carrillo Sánchez.
También te puede interesar: