Niños entre 6 y 11 años forman parte de la Policía Comunitaria de Guerrero. Aunque parece de película; sin embargo, no lo es, y es que más de 30 niños armados se olvidaron de los juguetes, para sumarse a la Policía Comunitaria de Guerrero.
La policía comunitaria, está formada por grupo de infantes; los cuales apenas tienen entre 6 y 11 años, y decidieron tomar las armas para proteger y tratar de atender las carencias que su comunidad padece.
Según información proporcionada, ellos radican en el poblado de Ayahualtempa de José Joaquín de Herrera; exigen justicia y seguridad a las autoridades. Hace 15 meses, relatan, asesinaron a una decena de músicos de esta comunidad.
Sin embargo, para poder integrarse a las filas de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF), tuvieron que ser aprobados por una asamblea comunitaria.
Así que los reflectores, se centraron durante este acto en los niños por portar escopetas y hablar ante medios nacionales e internacionales; para que las autoridades locales y federales, el pueblo de México y el mundo entero los escuche.
Los niños dejaron los juguetes para ser policías
“Somos niños comunitarios y apoyamos en el resguardo de nuestra comunidad nahua…Ya basta de tanta delincuencia y discriminación a los indígenas de México”, expusieron.
Asimismo, en un discurso realizado durante su presentación, los infantes exigieron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que apoye a nueve viudas, a 14 niños huérfanos y a 34 indígenas desplazados de la comunidad de Acotapaxtlán, en Guerrero, quienes fueron víctimas del grupo delictivo conocido como Los Ardillos.
En 2020 Redim expresó su preocupación por el anuncio de la incorporación de niños y adolescentes al grupo civil armado CRAC-PF en Guerrero #REDIM https://t.co/M3IrVvXnKH a través de @pajaropolitico
— Derechos Infancia (@derechoinfancia) April 11, 2021
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Asimismo, son rededor de 200 indígenas integran este grupo de defensa comunitaria y denuncian abandono ante los ataques de grupos delictivos que operan en la parte sur de Chilapa y José Joaquín de Herrera.