El partido Movimiento Ciudadano busca atraer las simpatías y desde luego el voto de las mujeres feministas al proponer prohibir uniformes que fomentan la sexualización de las mujeres.
La iniciativa clientelar fue propuesta en el Senado con una reforma al artículo 11 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que promueve tipificar la imposición de uniformes de trabajo que cosifiquen a las empleadas.
En la iniciativa, el senador Juan Zepeda señaló que la imposición de vestimentas o atuendos sexistas en espacios de trabajo “debe ser considerada como violencia laboral”.
El legislador incluso expuso que obligar a las mujeres a utilizar ese tipo de ropa puede constituir “una práctica de hostigamiento y derivar en situaciones como acoso u otro tipo de acciones”.
“Es en este entendido que se inscribe la presente propuesta, con el objetivo de combatir esa violencia normalizada contra las mujeres, la que reproduce estereotipos y sostiene un sistema que hipersexualiza los cuerpos de las mujeres para el disfrute masculino. Esta situación debe cambiar”, señaló.
El clientelismo político es un tipo de relación entre gobernantes o funcionarios y grupos civiles. Esta relación se caracteriza por un intercambio de favores entre los dos grupos, es decir que se da un mutuo beneficio.
En este tipo de relaciones, los funcionarios ocupan el rol de patrón, mientras que los grupos civiles ocupan el rol de cliente. Por eso también se denomina patronazgo.
¿Cuál es el cambio propuesto?
El artículo 11 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia expone lo que se considera violencia laboral. Zepeda propone que al texto vigente se agregue que se comete esa falta cuando se fomenta:
“La imposición de vestimentas o atuendos sexistas en espacios de trabajo que reproducen y perpetúan los estereotipos y violencia de género”.
Con esto, agregó se busca que queden prohibidas las vestimentas o atuendos sexistas en lugares de trabajo como bares, restaurantes, etc.
“Situaciones de violencia como la sexualización de los cuerpos de las mujeres con cosas que van desde publicidad, imágenes en puestos de periódico o en lugares públicos (…) son cosas normalizadas y hasta fomentadas, lo que expone todavía más a las mujeres y las niñas a otras formas de violencia como el acoso”, apuntó.
El proyecto fue turnado a las Comisiones Unidades para la Igualdad de Género y de Estudios Legislativos de la Cámara de Senadores, cuya LXV Legislatura inició su segundo año de funciones la semana pasada.
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