El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su extrañeza por las continuas postergaciones en el juicio que enfrenta en Nueva York el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
Sin embargo, también planteó que sería útil que pudiera acordar convertirse en testigo protegido para que pudiera hacer público muchos detalles de lo que ocurrió en ese sexenio.
Durante su conferencia, recordó que García Luna fue un funcionario que llegó a tener mucho poder en el sexenio de Felipe Calderón. Sería bueno, dijo, saber que tanto sabía el expresidente sobre las actuaciones de su secretario de Seguridad Pública.
“Pienso que si no estaba enterado de la gravedad de lo que estaba pasando Felipe Calderón, si le permitió a García Luna actuar con mucho poder y si se afectó al país. Desde luego hubo pérdida de vidas humanas”. No obstante, estimó que la pena que se va aplicar corresponde solo a los jueces en Estados Unidos.
Pero sería importante que a partir de este ejercicio debería buscarse que “aporte pruebas y ayude a la purificación de la vida pública del país. Que pueda decir, pido perdón por lo que hice, pero no fui solo. No actúe solo y ayuda también mucho a que se acaben los chivos expiatorios, que no lo agarren como chivo expiatorio. Que diga todo, desde que comenzó su carrera en el Cisen”.
López Obrador declinó pronunciarse sobre cuál debería ser la pena a García Luna, “no quiero meterme en eso. Soy partidario de la no repetición. Si se deben de tocar estos temas y no guardar silencio es porque se debe de buscar que no se repitan nunca más, que el crimen organizado, tanto la delincuencia organizada como la delincuencia de cuello blanco”.
Asimismo, López Obrador declaró que él no estaría en contra de que se le dé en Estados Unidos un trato de testigo protegido y colaborador a Genaro García Luna con el propósito de que aporte pruebas contra la corrupción en México, especialmente durante el sexenio de Felipe Calderón.
Al ser cuestionado si el Gobierno mexicano descarta que el ex secretario de Seguridad Pública pudiera convertirse en un futuro testigo colaborador en Estados Unidos, López Obrador aseguró:
“Lo podría hacer, sería bueno, sería bueno que hable, independientemente si le rebajan la pena. Ayudaría mucho al país para que nunca jamás vuelvan a repetirse de esas cosas, que aporte pruebas y que además ayude a la purificación de la vida pública del país”.
De esta forma, también consideró esto podría ser una contramedida a los “chivos expiatorios”, diciendo quién dio las órdenes detrás de las acciones por las que luego se imputa a algunos acusados.
“Desde ¿quién le dio la orden de ir a buscar al segundo tirador en el asesinato de Luis Donaldo Colosio? ¿cómo fue ascendiendo con Zedillo con Fox? ¿cómo llegó con Calderón? Y sus cómplices (de García Luna) porque todavía después de estar con Calderón siguió con sus relaciones y haciendo negocios”, sentenció al respecto.
García Luna podría enfrentar una pena mínima de 20 años de cárcel o una sentencia máxima de cadena perpetua.
A García Luna, de 54 años, lo declararon culpable de cinco cargos concretamente:
Participación en la dirección de una empresa criminal (el Cártel de Sinaloa); conspiración para la distribución de 5 kilogramos o más de cocaína; conspiración para la distribución y posesión de cocaína con la intención de distribuirla en Estados Unidos; y conspiración para la importación de la misma cantidad o más.
El quinto delito era el de prestar falso testimonio a las autoridades estadounidenses cuando solicitó la nacionalidad.
García Luna trabajó en el cuerpo de inteligencia durante una década, la Agencia Federal de Investigación (AFI), cuyo objetivo principal era luchar contra organizaciones criminales, durante el gobierno de Vicente Fox, y fue secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón.
Desde 2012 vivía en Florida, desde donde, según mostró la Fiscalía durante el juicio, viajaba habitualmente a México, y detenido en diciembre de 2019 en Dallas, Estados Unidos.
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