El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó que su plan de desarrollo para el Istmo de Tehuantepec represente un muro de contención migratoria.
Interrogado esta mañana sobre las declaraciones que hace unos meses hizo el embajador de Estados Unidos en nuestro país, Ken Salazar, en el sentido que el plan para esa región del gobierno mexicano blindaría la zona y frenaría como un “muro” el paso de migrantes, el mandatario federal respondió:
“Es la primera vez que estoy escuchado algo así (de un muro en el istmo), no sabía. Y por adelantado (les digo), si no queremos muro en la frontera (entre Estados Unidos y México), mucho menos en nuestro territorio”.
Llamó a no especular y reconoció que su homólogo estadunidense, Joe Biden, es el único mandatario del país vecino de los últimos años que decidió no construir o expandir el muro fronterizo entre las dos naciones.
López Obrador recordó que los presidentes George Bush, Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump, “todos hicieron muro. ¡Todos! Llevan como mil 200 o mil 500 kilómetros, de 3 mil 180 (de extensión fronteriza), llevan como la mitad. Y era como una manda, todos los presidentes hacían su tramo, creo que el que hizo más fue Bush y Trump, está entre ellos, pero todos, demócratas o republicanos”.
El que dijo no, destacó el mandatario mexicano, fue Biden. “Y eso se reconoce porque también es propaganda, con todo respeto, publicidad y no ayuda en nada eso. Lo que ayuda es que se apoye a los países con población pobre que no tienen empleo y que tienen como opción emigrar para buscarse la vida, para trabajar honradamente, en la mayoría de los casos”.
“No puede ser que haya 800 millones de pobres en el mundo que perciben, viven o sobreviven con un dólar diario habiendo una minoría que tiene fortunas inmensas. (…) Es un asunto de desigualdad que eso es lo que provoca —junto con la corrupción—, porque eso va a acompañado de la usura, del saqueo de recursos naturales, eso es lo que produce pobreza, migración, problemas de salud, violencia”, enfatizó.
A finales de mayo pasado, el embajador Salazar planteó en conferencia que el gobierno mexicano “tiene un plan, una agenda muy buena para la seguridad por ahí, por el istmo de Tehuantepec. Allí, en el istmo, por 300 kilómetros, 180 millas, es más fácil ver lo que está pasando en la frontera de 180 millas y no de 2 mil millas (3 mil kilómetros) en el desierto, entonces es parte de la solución de migración. También es parte de la solución de la seguridad”.
Para el representante de la Casa Blanca en México “en el sur, por el istmo, es importante que pongamos la vista allí. Ahí están las llaves para resolver los problemas que tenemos ahora sobre el flujo de la migración al norte”.
López Obrador reiteró que se debe invertir en el desarrollo de las naciones con menos índices de desarrollo y abundó en la propuesta que hace unos meses planteó en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU para combatir la pobreza que padecen 200 millones de personas en el mundo.
También expresó que a finales de septiembre, el canciller Marcelo Ebrard presentará ante el órgano multilateral su planteamiento de crear una comisión por la paz conformada por el papa Francisco; el secretario general de la ONU, António Guterres; y el primer ministro de la India, Narendra Modi, para que busquen no sólo un pacto entre Rusia y Ucrania, sino también una “tregua” de al menos cinco años para evitar conflictos bélicos en el mundo y que las naciones se avoquen en resolver los problemas de sus ciudadanos.
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