Al censurar a los adversarios que cuestionan que en el proyecto del presupuesto de egresos de 2023 se tiene contemplado la erogación de un billón de pesos, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que una parte muy importante es para pagar los intereses derivados del Fobaproa. “Ahora resulta que ya se les olvidó ese compromiso”.
Durante la conferencia, dijo que después de la presentación del presupuesto se desató mucha desinformación para cuestionar el pago por el servicio de la deuda. Afirmó que en la actualidad el adeudo asciende a 13 billones de pesos, como consecuencia del incremento paulatino del endeudamiento en los últimos gobiernos.
Mencionó que en la administración de Vicente Fox, en el cuarto año la deuda era de 2.69 billones de pesos, un incremento de 31.2 por ciento con respecto a cómo recibió el endeudamiento; con Felipe Calderón en ese mismo cuarto año era de 4.49 billones de pesos, 43.2 por ciento más que al inicio de su gobierno; con Enrique Peña Nieto eran 8.85 millones de pesos, 50 por ciento mayor con respecto a la deuda con que recibió el gobierno.
Mencionó que en este gobierno, el incremento de la deuda con respecto a cómo se recibió es de 26 por ciento.
En cualquier caso, dijo que “ya se entregó el paquete para el presupuesto de 2023 y se garantiza que no falten los recursos y no van a aumentar impuestos, ni gasolinas, ni diésel, ni la luz. Y se va a incrementar presupuesto para inversión y programas del Bienestar”.
El Fobaproa y su propósito
En 1990, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se creó el Fobaproa, el cual, básicamente hizo que la deuda privada de la banca pasara a ser pública.
El fondo surgió como una respuesta para enfrentar posibles crisis financieras -que ya se habían presentado- y el supuesto de que éstas pusieran en peligro la liquidez de los bancos. Así, en caso de emergencia, el fondo se utilizaría para comprar las deudas de los bancos y otorgarles capital.
Aunque fue creado en 1990, éste no se activó hasta 1995. La temida crisis económica prevista para su creación sí llegó, en 1994, mismo año en que Salinas salió del poder, así que fue su sucesor, Ernesto Zedillo, el encargado de poner en marcha la creación de su antecesor.
Es así como el gobierno terminó comprando la deuda de los bancos por 552,300 millones de pesos.
La polémica del Fobaproa y la crisis del PRI
Para 1995, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) llevaba arrastrando varios escándalos a los que se sumó el Fobaproa, todo ello concluyó en su derrota en una elección presidencial por primera vez en el año 2000.
En 1987, el PRI “perdió” por primera vez una gubernatura, en Baja California, contra el Partido Acción Nacional (PAN). Un año después, se llevaron a cabo los comicios en los que resultó “ganador” Carlos Salinas de Gortari; sin embargo, éstos fueron señalados como fraudulentos debido a la “caída del sistema” llevada a cabo por Manuel Bartlett Díaz, en la que hasta la madrugada de aquel día previo a la caída iba arriba en la votación el perredista Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Las controversias continuaron rumbo a las elecciones de 1994, cuando el candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado en Tijuana, Baja California durante un mitin político y sustituido por su entonces jefe de campaña, Ernesto Zedillo, quien finalmente subió a la silla presidencial.
A todo ello se le sumó la crisis económica de 1994, que causó la devaluación del peso durante los primeros días del gobierno de Zedillo.
Fobaproa, la deuda privada se vuelve pública
El uso de capital del Estado para dar liquidez a los bancos sin duda se trató de un acto de corrupción y aprovechamiento por parte de los banqueros y el Gobierno Salinista y Zedillista, quienes ingresaron las deudas de las instituciones a la cartera vencida que rescató el gobierno. Es decir que las deudas de los bancos fueron -y siguen siendo- pagadas con los impuestos de los mexicanos, capital que pudo ocuparse -pero no fue así- para otros ámbitos: salud, infraestructura, educación y cultura, principalmente.
En los siguientes años, el Fobaproa absorbió la deuda de los bancos, que para 1999, año en que se publicó la Ley de Protección al Ahorro Bancario, llegó a los 552,300 millones de pesos, es decir, el 11 % de la economía del país en ese momento.
Desde el 21 de mayo de 1999, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), es el organismo encargado de administrar el Seguro de Depósitos Bancarios en México, su objetivo es, de acuerdo con el gobierno, “determinar el método de resolución de los bancos con problemas financieros, al menor costo posible para la sociedad y buscando, en la medida de lo posible, evitar el uso de recursos públicos ante situaciones de inestabilidad financiera”.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), hasta diciembre de 2021, la deuda del Fobaproa –que se compone de los pasivos del IPAB y del programa de apoyo a deudores de la banca– alcanzó 1 billón 040,507 millones de pesos, suma que sigue cubriéndose por los contribuyentes, gracias al PRI y al PAN.
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