Al haberse cumplido ayer un año del asesinato de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, Sierra Tarahumara, la Compañía de Jesús en México aseguró que se requiere de “un diálogo plural e incluyente con diferentes actores sociales para construir respuestas”, pues “la complejidad de la violencia requiere de la participación de todos los sectores en una reflexión que permita emprender un camino para crear condiciones de paz”.
A las 15 horas de ayer repicaron las campanas de los templos católicos del país en recuerdo de los jesuitas.
Esta acción fue promovida por la orden, en conjunto con las conferencias del Episcopado Mexicano (CEM) y la de Superiores Mayores de religiosos de México (CIRM).
A esa hora (el crimen ocurrió a las 15 horas del 20 de junio de 2022) llamaron a compartir en redes un video en el que se expresó que “nuestra patria” está “dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad” y se pidió “dar acierto en sus decisiones a quienes nos gobiernan”.
Se imploró también por la “conversión” de los perpetradores de violencia; que Dios “toque el corazón de quienes olvidan que somos hermanos, y provocan sufrimiento y muerte”, y porque todos “sepamos ser promotores de justicia y paz”.
José Méndez Alcaraz, socio del provincial de la Compañía de Jesús en México, expuso en la homilía realizada en Cerocahui que “este año transcurrido ha sido un tiempo de dolor, de lucha por conseguir justicia, de impotencia frente a la incapacidad de los gobiernos por generar un diálogo abierto que ayude a construir vías que posibiliten la seguridad real en las diferentes regiones del país”.
Destacó que a la par agraden las “muestras de solidaridad” de la Diócesis de Tarahumara y la iglesia mexicana.
“En estos días y a lo largo y ancho del país, hemos estado haciendo memoria de lo ocurrido hace un año, en este templo de San Francisco Javier y en este pueblo de Cerocahui, el homicidio de dos jesuitas (Joaquín Mora y Javier Campos) y de dos laicos (Pedro Palma y Paul Bellereza) y, al mismo tiempo, unidos en oración con todas las familias que tienen seres queridos desaparecidos”, dijo en la misa.
El religioso destacó que “hacer memoria es importante porque nos ayuda a dar cuenta de lo vivido, de lo experimentado y nos explica el para qué y las posibilidades que abre hacia adelante. En contraparte de “hacer memoria” está “olvidar”. Cuando olvidamos algo, una tradición, un relato, una experiencia, es como si borráramos parte de nuestra identidad. Es dejar de ser algo de lo que somos, pues se pierden las raíces y sin raíces no se crece, se muere”.
En redes, algunos religiosos, obispos y laicos subieron videos del repique de campanas en diversas ciudades de varios estados. El obispo de Matamoros, Eugenio Lira Rugarcía subió a su cuenta de Twitter un video que acompañó con el comentario: “en comunión con @IglesiaMexico, las campanas de las iglesias de @DiocesisMat repicaron a las 3:00 pm en memoria de las víctimas de la violencia y para pedir a Dios que nos ayude a todos a ser constructores de paz”.
Méndez Alcaraz acotó que “hacer memoria de lo ocurrido hace un año, nos lleva a mirar una realidad dolorosa a nivel nacional, una situación de violencia generalizada que afecta a miles de familias: recordamos que son ya son más de 111 mil personas desaparecidas en el país y que los homicidios siguen en aumento”.
Ayer, martes 20 de junio, se cumplió un año del asesinato en contra de los sacerdotes jesuitas: Javier Campos Morales, de 79 años y Joaquín César Mora, de 81, además de un guía de turistas identificado como Pedro Palma, todos pertenecientes a la comunidad de Cerocahui, ubicado en el municipio de Urique, Chihuahua.
En este primer aniversario luctuoso, personas de la comunidad, así como organizaciones católicas, invitaron al repique de campanas por un minuto en todas las iglesias y templos en el país a las 15:00 horas, en memoria de los párrocos.
¿Qué pasó con los sacerdotes jesuitas?
El 20 de junio de 2022, los sacerdotes jesuitas fueron asesinados a balazos dentro de su iglesia al intentar auxiliar y proteger a Pedro Palma, quien era perseguido por José “N” alias “El Chueco”, miembro del grupo delictivo Gente Nueva, luego de tener una disputa por un partido de béisbol que patrocinaba este último.
Luego de estos hechos, el 22 de marzo de este año, la fiscalía de la entidad dio a conocer que “El Chueco”, fue asesinado y habría sido encontrado el 18 de marzo en el municipio de Choix en Sinaloa.
Cabe señalar que, a un año de este caso, se han detenido en total a 23 personas quienes trabajaban bajo órdenes de “El Chueco” y se han instalado 12 mesas de trabajo para atender diversas problemáticas en la comunidad de la Sierra Tarahumara, como la tala clandestina.
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