Un juez federal, con sede Toluca, estado de México, dictó una nueva sentencia condenatoria de 11 años de prisión en contra del secuestrador Andrés Caletri, quien en la década de los años 90 del Siglo XX llegó a ser considerado por el gobierno mexicano como uno de los plagiarios más violentos.
La autoridad ministerial indicó que con motivo del trabajo conjunto entre la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), y la Fiscalía Especializada de Control Regional (Fecor), en su delegación en el estado de México, obtuvo la sentencia contra de Nicolás “C”, en este caso por su responsabilidad penal en los delitos de delincuencia organizada, en la modalidad de secuestro y portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
Caletri fue detenido en febrero del año 2000 en la ciudad de Pinotepa Nacional, Oaxaca, durante un operativo conjunto que realizaron la extinta Policía Federal Preventiva y agentes del entonces denominado Grupo Yaqui (especializado en antisecuestros), así como de la también desaparecida Policía Judicial Federal.
Entre los plagios que cometió la banda de Andrés Caletri se le imputan los secuestros del hotelero Víctor Manuel Beltrán Staufert, el de Elio Margolis, representante de la empresa Chrysler en México, y del industrial en textiles José Zaga Senado.
Nicolás Andrés Caletri López fue en su tiempo el secuestrador más buscado por la extinta Procuraduría General de la República. Fue comparado por su peligrosidad con Daniel Arizmendi “El Mochaorejas”.
En 1988 se casó con Enedina “N” con quien tuvo un hijo. Tiene siete hermanos: Amada, Juan José, Rosa María, María Idalia, María Eugenia, Octavia, Vicente –fallecido– y Matilde. Apenas terminó la primaria, donde aprendió a escribir en la letra manuscrita. Bebía poco, prefería la marihuana.
Trabajó de 1973 a 1976 en Servicios Especiales de la Armada de México. Ahí aprendió a boxear y solicitó su baja voluntaria al poco tiempo de la muerte de Josefina, su madre. Con el dinero ahorrado y con el que recibió por su cese, compró máquinas de coser y abrió un pequeño taller de costura. En 1981 emprendió un pequeño negocio de confección de ropa de mujer. Surtía comercios del oriente del Estado de México.
Tras un fraude de dos empresarios yucatecos, el taller de costura quedó cerca de la quiebra. Caletri luchaba por levantarlo cuando conoció a tres amigos de su costurera. Uno de ellos, Manuel Hernández le propuso asaltar la casa del dueño de una rosticería de pollos en Los Reyes La Paz. Caletri aceptó. Hicieron tres robos más, pero decidieron que el riesgo era alto y pocas las ganancias. Ese fue el inicio de su carrera como asaltabancos.
A través de Manuel conoció a Alfredo Ríos Galeana, que entonces estaba recién fugado de la cárcel de Pachuca, Hidalgo. Después conoció a José Bernabé Cortés Méndez, “El Marino”, ex integrante de la Armada de México, y Álvaro Darío de León Valdés, “El Duby”.
Su carrera delictiva como asaltante de bancos le redituó millones de pesos. La suerte terminó para Caletri en 1982. Fue detenido por la Dirección Federal de Seguridad frente a su familia en la colonia Maravillas de Ciudad Neza.
Sin embargo, la cárcel fue el inicio de su propia carrera y el final de su relación con Ríos Galeana. Fue ingresado al Reclusorio Sur del entonces Distrito Federal donde pasó los siguientes cinco años de su vida. En 1987 fue trasladado a Santa Martha Acatitla, donde estuvo cuatro años más. En la Peni, Caletri tenía una cafetería, un restaurante, y se convirtió en prestamista. Ahorró dinero y conoció gente.
Fue detenido de nueva cuenta y en el módulo de máxima seguridad del Reclusorio Oriente se encontró con José Luis Canchola Sánchez, El Canchola, otro asaltabancos. Y, más importante, conoció a Modesto Vivas Urzúa, la Víbora y su familiar Benito Vivas, El Viborón, recluidos por secuestro.
Estaba en proceso por asociación delictuosa, daño en propiedad ajena, defraudación fiscal, evasión de presos, homicidio calificado, lesiones leves, portación y posesión de arma prohibida y robo simple.
Caletri, “El Canchola” y Héctor Cruz Nieto se fugaron el 30 de diciembre de 1995 y se ocultaron en una casa de Aragón durante 25 días.
Caletri se hizo secuestrador a mediados de 1996. Raptaron al propietario de unos establos en la carretera que va a Cuautla. Entraron al rancho y se metieron por el hombre a la habitación que tenía convertida en oficina, como si atracaran la bóveda de un banco.
“Le voy a cortar la cabeza y me lo voy a comer en pozole”, dijo Caletri a la esposa de la víctima al negociar el rescate.
Caletri López, era considerado por la PGR como de alta peligrosidad no sólo por los delitos cometidos, sino porque se fugó de varias cárceles. Comandaba una banda que se dedicaba a secuestrar empresarios como a Elio Margolis, directivo de Chrysler en México; Manuel Beltrán Stauffer, de la cadena de hoteles Presidente; José Zaga Senado y su hijo Benjamín Zaga Buzali, industriales textileros, entre otros.
También secuestró a Carlos Arizmendi, Suárez, hijo y sobrino de los secuestradores Aureliano y Daniel Arizmendi, “El Mochaorejas”, por cuyo rescate la familia de secuestradores debió pagar 1.2 millones de pesos.
En este tiempo era buscado por autoridades de distintos estados como Guerrero, Morelos y el Distrito Federal, en donde es señalado como responsable de diferentes asaltos y secuestros.
La diferencia entre la banda de Arizmendi y la de Caletri es que este último no sobresalía por mutilar a sus víctimas, sino por contratar a pequeñas células de secuestradores que se encargaban de cometer los raptos y después le entregaban o “vendían” a las víctimas para encargarse del cautiverio, contacto con los familiares, negociación y cobro del rescate.
Andrés Caletri fue capturado el 21 de febrero del año 2000 sin oponer resistencia en una comunidad del municipio de Pinotepa Nacional, Oaxaca, en donde nació, después de que la policía interceptó comunicaciones con su concubina Elena Piña e hijo que vivían en Chalco.
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