La presidenta Claudia Sheinbaum aseveró que esta tarde acudirá a la sierra Tarahumara para firmar dos decretos de resarcimiento y restitución de tierras al pueblo rarámuri en las comunidades de Guasachique y Bosques de San Elías Repechique. Dijo que es la primera vez que se aplicará la figura de propiedad comunal tradicional que se desprende de la reforma constitucional para restituir los derechos a los pueblos indígenas.
Comentó que en estas dos comunidades de la sierra Tarahumara conforman una historia de despojo y por primera vez se realizará una acción para restituir las tierras. En conferencia aseguró que se trata de, en el caso de Guasachique, de una restitución de mil 475 y en Repechique de 693 hectáreas.
Esta tarde Sheinbaum acudirá a la sierra Tarahumara como parte de su gira por el noroeste del país.
Esto de acuerdo y bajo la nueva figura de propiedad comunal tradicional derivada de la reforma al artículo segundo Constitucional. No obstante, concesiones mineras continúan vigentes abarcando una superficie de 20 millones 853 mil 927 hectáreas.
El total de hectáreas que serán restituidas a las comunidades rarámuris es de mil 475 en el caso de Guasachique y en el de Repechique de 693 hectáreas.
Sin embargo, dicha restitución no es producto de un acto de buena voluntad del gobierno federal, sino que es producto de un proceso de lucha agrarista indígena que data, cuando menos, de la década de los 60’s del siglo pasado.
La región donde se encuentran ambas comunidades ha sido dominada históricamente por caciques terratenientes y, más recientemente, por empresas mineras nacionales y transnacionales. Los tres han empleado violencia brutal para acaparar las tierras y los bienes naturales de la región.
Desde el 2007 a la fecha esas expresiones de violencia han adquirido cada vez más rasgos de paramilitarismo en el marco de la aparición de organizaciones criminales que surgen al amparo de los gobiernos estatales y federal y se ponen al servicio de intereses del gran capital en la región como estructuras coercitivas.
Mientras se le ha arrebatado al Estado Mexicano estas restituciones de tierra, hay muchísimas concesiones mineras que se mantienen vigentes. La cantidad de poco más de dos decenas de millones de hectáreas del total de las concesiones en el país equivalen a la superficie del Estado de Chihuahua.
La propia Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales reconoce que el área de estas concesiones es de un 8.59% del total del territorio nacional mediante 24 mil 066 autorizaciones mineras que están vigentes.
Según un informe hecho por investigadores de la Facultad de Economía de la UNAM, durante el primer y segundo años de vigencia, las mineras deben pagar por sus concesiones solamente $8.63 pesos por hectárea. Para el tercer y cuarto años el pago es de apenas $12.91 pesos, y en el quinto y sexto año se eleva raquíticamente a $26.68 pesos. En cuanto al séptimo y octavo año, el pago de derechos por hectárea tiene un aumento a solo $53.66 pesos; y en el noveno y décimo años llega a 1$07.32; a partir del décimo año, el monto se mantiene en $188.86 pesos por hectárea.
Es decir, lo que las empresas mineras pagan es entre $8.63 pesos a un máximo de $188.86 pesos por hectárea, dejando una estela de contaminación y violencia a su paso, a la vez que obtienen jugosas ganancias que ascienden a miles de millones de pesos.
Todo proceso de restitución y dotación de tierras que se logra no es producto de la caridad o la buena voluntad de los gobiernos, sino que son el resultado de procesos de lucha en los cuales las comunidades indígenas y el campesinado pobre logra que se impongan dichas medidas en beneficio colectivo.
Para avanzar en ello es necesario una potente organización anticapitalista de masas, políticamente independiente respecto a todos los partidos del régimen, e impulsada por sectores no solo del campo, sino también en alianza con sectores populares, pobres urbanos y movimientos ambientalistas.
Así como 2024 se denominó el año de Felipe Carrillo Puerto, en 2025 se denominará el año de las mujeres indígenas, aseveró la presidenta Claudia Sheinbaum quien consideró importante reconocer a los pueblos indígenas y en especial a sus mujeres. Recordó que en su momento, cuando se trasladó la estatua de Cristóbal Colón de Paseo de la Reforma a otro espacio de la ciudad se colocó de manera contigua al lugar donde se encontraba, la efigie de la joven de Amajac, quien fue una gobernante de la huasteca
En este marco, dijo que en 2025 se cumplen 700 años de la fundación de Tenochtitlán, por lo que se prepara muchas actividades para celebrar este acontecimiento. “Se realizarán trabajos relacionados con la fundación de tecochtitlán. Durante su conferencia comentó que cuando era la Jefa de Gobierno capitalino se realizaron diversas acciones de recuperación de la memoria histórica: ahora ya no es sólo el Zócalo, sino Zöcalo-Tenochtitlán; la plaza del árbol de la noche triste ahora ya es la plaza del Árbol de la noche victoriosa
Sobre la denominación de 2025: año de las mujeres indígenas dijo que es una acción que también busca combatir las actitudes racistas en el país.
También te puede interesar:
Esta web usa cookies.