Conservar el maíz criollo no transgénico es algo obligatorio para todas y todos los mexicanos, y eso es lo que queremos que quede en la Constitución. Y nadie puede intervenir sobre eso, porque ese es un derecho y una obligación de las y los mexicanos, aseveró la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, explicó que la milpa le ha dado al mundo más de 15 por ciento de los alimentos que consume la humanidad entera.
En la mañanera de ayer en Palacio Nacional, la jefa del Ejecutivo insistió en que el propósito es proteger la especie nativa de maíz para que no se siembre el transgénico en suelo mexicano. Con esto, acentuó, además se garantizará que los campesinos no tengan que comprar la semilla a empresas trasnacionales.
“Hay que protegerlo por su diversidad genética, pero también culturalmente, porque México está ligado intrínsecamente, culturalmente, por nuestro origen, por lo que son los pueblos originarios de ayer y de hoy y la resistencia, con el maíz. El maíz es México, por eso se dice: ‘Sin maíz no hay país’”.
La bancada de Morena en la Cámara de Diputados anticipó su respaldo a una reforma a la Constitución que permita declarar a México país libre de semillas genéticamente modificadas, principalmente el maíz criollo como alimento básico y elemento de identidad nacional, y recordó que ya existe un dictamen que podría discutirse en el periodo de sesiones que se iniciará en febrero.
En un pronunciamiento de la bancada, cuyo contenido se consultó previamente, los diputados federales de la mayoría se sumaron a la defensa del maíz planteada por la presidenta Claudia Sheinbaum y señalaron que legislarán para prohibir el uso del maíz transgénico para consumo humano.
La vicepresidenta de la Mesa Directiva, Dolores Padierna Luna, refirió que la propuesta de modificación al artículo 27 institucional busca asegurar que el Estado mexicano garantice la conservación de las semillas, así como un manejo sostenible del campo y prohibir el uso de glifosato como pesticida.
También precisó que la propuesta de cambio al artículo Cuarto prevé no otorgar más concesiones de extracción de agua, poner orden en las existentes y no permitir la fractura hidráulica para extracción de hidrocarburos; la eliminación de la minería a cielo abierto y el reconocimiento de la gestión comunitaria del agua, que forma parte del Plan Nacional Hídrico.
Detalló que si Morena no aprobó el dictamen en el recién concluido periodo de sesiones fue en espera de que Estados Unidos entrara en razón y respetara el derecho de México a priorizar la sustentabilidad y la protección del maíz como el alimento fundamental en la dieta de los mexicanos, pero no fue así.
La bancada recordó que en el gobierno pasado se publicaron dos decretos, en 2020 y en 2023, y se aplicaron diversas políticas para prohibir el uso de maíz transgénico para el consumo humano.
México, centro de gramíneas
“Es muy importante reconocer que México es uno de los ocho centros de domesticación de gramíneas a nivel planetario, y esto se hizo a partir de un proceso largo de milenios, en que los grupos humanos que habitaban en esta parte del continente, en el territorio que ahora es México, fueron progresivamente seleccionando mediante un proceso de selección cultural, no natural, los granos que iban siendo crecientemente más fijos, más grandes.
“Evidentemente, de una pequeñita planta, que es el teocintle, pasamos a lo que es ahora la mazorca, y esto se da de la mano de un portentoso sistema agroalimentario que se llama milpa, que tiene tres componentes fundamentales:
“El maíz, que —como bien ha dicho la señora Presidenta— es una planta que no surge de manera espontánea, es una planta construida por el ser humano, creada por los grupos humanos que poblaban esta parte del territorio americano, que en el siglo pasado le llamaron Mesoamérica.
“Pero que va de la mano con el frijol y la calabaza que en algunos pueblos constituyen una suerte de trinidad sagrada.
“Y además, de muchas otras plantas: el chile, los quintoniles, el amaranto, los nopales, los agaves y, dependiendo de las situaciones climatológicas otras plantas que se integran a las milpas, como, por ejemplo, el cacao en la parte del sureste mexicano, y otras, otras más.
“Pero, además, junto con ello, también prevalecen animales, como es el caso del guajolote, animales que forman parte de este policultivo que se llama milpa.
“La milpa le ha dado al mundo más del 15 por ciento de los alimentos que consume la humanidad entera. ¿Que sería, por ejemplo, de la cocina italiana sin el jitomate que también es milpa?
“De manera que tenemos que defender el maíz, tenemos que defender la milpa y tenemos que defender la milpa en toda su diversidad.
“Hay una variante de la milpa que además es Patrimonio de la Humanidad, que es la milpa chinampera, que prospera en el sur de la Ciudad de México y que, como bien dijo nuestra Presidenta, desde que ella fue secretaria de Medio Ambiente en la Ciudad de México se ha defendido y que, por supuesto, está amenazada por el crecimiento urbano.
“La milpa chinampera se considera uno de los sistemas agrícolas más productivos de la historia de la humanidad. De manera que esto, además es ya reconocido como Patrimonio de la Humanidad.
“Y lo que se está haciendo cuando se habla de impedir que prospere la siembra de maíz transgénico es defender, no solo el patrimonio de México, “porque sin maíz, no hay país”, sino defender un Patrimonio de la Humanidad.
“Le estamos haciendo un bien a la humanidad, a la historia de las culturas en el mundo entero, en el planeta; y, por lo tanto, también es una contribución para evitar fenómenos catastróficos como el que llamamos el cambio climático”, señaló el titular del INAH, Diego Prieto.
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