Si Ildefonso Guajardo “tiene tranquila la conciencia, lo demás es lo de menos”, respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En Villahermosa, donde ofreció su conferencia matutina, recomendó al ex secretario de Economía se mantenga en calma porque él no ordenó persecución alguna, pero aclaró “el Presidente no puede ser rehén de nadie.”
No es un asunto que se decida en Presidencia, añadió, pues “hemos dado la instrucción de que no haya corrupción, que no haya impunidad. No perseguimos por situaciones políticas. El que nada debe, nada teme. No debe preocuparse si no tiene nada ilegal. Si es una gente honesta de que se puede preocupar, porque hay dos cosas, la acusación judicial, y la conciencia de cada quien”.
En su exposición ante un escaso número de reporteros de medios de la Ciudad de México y de Tabasco, recordó cómo desde el inicio de su administración “hablé con mis familiares y les dije que solo me haría cargo de Jesús Ernesto (su hijo) porque es menor de edad, del resto no, que cada quien se haga cargo de sus asuntos, y al pueblo: nosotros no vamos a fallarles”.
Se dio tiempo de reconocer su cercanía con el gobernador del estado Adán Augusto López, de quien dijo, existe posibilidad de encajar en su gabinete, no obstante en dos oportunidades reitero que le ayuda más desempeñándose como gobernante de su estado natal, “me aligera la carga”.
López Obrador reiteró que se retirará -una vez concluido su mandato- a su propiedad (rancho) en Palenque. También, insistió, se han sentado las bases de la transformación porque “hay cosas que no se van a poder echar abajo”, como son los programas de ayudas a los más pobres. “Consideramos que se está avanzando mucho en el cambio de mentalidad, eso es irreversible porque cambia todo”.
De esa forma destacó el manejo de la pandemia desde su administración para evitar la enfermedad grave y un mayor número de muertes. Volvió a repetir que la temporada de tapados se acabó, porque hay un listado considerable de candidatos a sucederle.
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