La industria turística de país teme una gran crisis en la empresa debido a la baja de categoría en seguridad aérea de Estados Unidos a México.
Los presagios se cumplieron y este martes la Federal Aviation Administration (FAA) decidió degradar la calificación de México en torno a su seguridad aérea. La nota bajó de 1 a 2, lo que significa que para Estados Unidos volar en México es ahora más inseguro.
“No cumple con los estándares de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)”, sentenció el organismo en un lapidario comunicado. Se trata de una resolución que se venía esperando en el sector aeronáutico, después de dos años de fuertes recortes en el presupuesto de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), que es la encargada de hacer cumplir estos estándares internacionales.
“La AFAC tuvo un recorte de presupuesto de egresos en 2021. En 2020 recibían 519.7 millones de pesos y este año recibieron 319.7 millones. Una reducción de casi 200 millones que fueron a recortes de personal, los encargados de que estas normas se cumplan”, explicó a esta redacción la especialista del sector Irene Muñoz Treviño, asociada de Comexi.
Si bien la nueva calificación permite a las compañías aéreas mexicanas continuar el servicio existente a los EU, prohíbe cualquier servicio y/o rutas nuevas. Las aerolíneas de EU, además, ya no podrán comercializar y vender boletos con sus nombres y códigos de designación en vuelos operados por México. La FAA aumentará su escrutinio de los vuelos de las aerolíneas mexicanas a Estados Unidos.
El impacto de esta resolución es incalculable. Primero, porque uno de los tres proyectos centrales de la gestión de Andrés Manuel López Obrador es la construcción del nuevo Aeropuerto de Santa Lucía, que necesitó -antes que nada- de la suspensión en las obras del Aeropuerto de Texcoco.
La operación de un nuevo aeropuerto en una zona tan cercana a la CDMX, con la operación simultánea del actual AICM Benito Juárez, generó una discusión muy profunda sobre los peligros en despegues y aterrizajes. López Obrador consideró que era una “campaña de desprestigio” y una “defensa a la corrupción”.
Pero apenas unas semanas atrás, desde el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo se denunciaron “eventos peligrosos”. Según Alfredo Covarrubias, líder de esta organización, los nuevos procedimientos para que el Aeropuerto de Santa Lucía pueda operar, se echaron a andar “sin ser probados y sin una capacitación adecuada”, además de revelar que en más de un vuelo se habían reportados peligros de choques con otros aviones.
Las aerolíneas salieron rápido a desmentir estos eventos, al asegurar que todos los vuelos mantenían la misma seguridad de siempre.
Nueva calificación de la FAA
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos degradó de la categoría 1 a la 2 la calificación sobre la capacidad de la autoridad mexicana para garantizar la seguridad aeronáutica, con el argumento de que no cumple con los estándares internacionales y advirtió que “aumentará su escrutinio de los vuelos de las aerolíneas mexicanas a Estados Unidos”.
Con la nueva calificación, las aerolíneas mexicanas pueden seguir operando las rutas que actualmente tienen hacia y desde Estados Unidos, pero no están en posibilidad de aumentar frecuencias o rutas en ese mercado; mientras sus pares estadunidenses tienen prohibido ofrecer boletos en código compartido con ellas.
No es la primera vez que se reduce la calificación sobre la seguridad aérea, ya ocurrió en 2010, durante el mandato del entonces presidente Felipe Calderón y tomó más de cinco meses regresar a la categoría 1.
La baja actual se da en medio del proceso de recuperación de la aviación mexicana, la cual tiene una aerolínea inoperante –Interjet– y otra –Aeroméxico– en restructuración financiera baja el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
La decisión de la FAA limita la capacidad de ampliar operaciones a Estados Unidos, un destino con el que México comparte 88 por ciento de su tránsito internacional de pasajeros y 39 por ciento de carga; y que ya es dominado casi tres veces a uno por las aerolíneas estadunidenses frente a las mexicanas.
Tras el anuncio se registraron pérdidas en empresas del sector aéreo que cotizan en el mercado bursátil. Las acciones de Aeroméxico cayeron 5.86 por ciento; las de Volaris, 1.63; Grupo Aeroportuario del Sureste vio una caída de 4.22 por ciento en sus títulos; Grupo Aeroportuario del Pacífico, 3.74, y Grupo Aeroportuario del Centro Norte, 3 por ciento.
Más tarde, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, aseguró que “está garantizada la seguridad y operación” de los vuelos de aerolíneas mexicana hacia Estados Unidos y que éstas operan con “estándares internacionales de cualquier línea que vuela en el vecino país del norte”.
Sin embargo, la auditoría realizada entre octubre de 2020 y febrero de 2021 por la FAA no revisa a las aerolíneas, sino precisamente a la AFAC. Sobre ésta se identificaron varias áreas de incumplimiento de los estándares mínimos de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional.
La categoría 2 implica que las regulaciones del país no son suficientes para supervisar a las aerolíneas de acuerdo con las normas internacionales mínimas de seguridad o que la AFAC carece de una o más áreas como experiencia técnica, personal capacitado, mantenimiento, procedimientos de inspección o resolución de problemas de seguridad, detalló la FAA.
En respuesta, la AFAC expuso que pese a contar con una menor cantidad de personal debido al brote de Covid-19, atendió todas las observaciones presentadas por las autoridades estadunidenses. Agregó que debido al formato de revisión dispuesto por la FAA, “un número importante de las evidencias documentales fueron entregadas durante las últimas tres semanas”, de un proceso que inició en octubre, y “es posible que los auditores de ese organismo pudieran no haber valorado a profundidad y cabalidad dichos testimonios”.
Como ejemplo, el pasado 20 de mayo se actualizó la Ley de Aviación Civil, publicada en el Diario Oficial de la Federación.
Fernando Gómez, especialista en temas de aviación, explicó que la AFAC, a sabiendas de que debía pagar estas revisiones que se hacen cada dos años, no tuvo los recursos para cumplir en el momento.
Reprueba la AFAC, pagan las aerolíneas
Pablo Casas Lías, abogado en aviación, explicó que aun cuando la reducción se hace sobre el desempeño de la AFAC, el impacto lo tienen las aerolíneas, porque no pueden aumentar capacidad. Por ejemplo, Aeroméxico que no podrá usar su nueva flota en el verano como parte de su programa de restructuración financiera.
Por su parte, la Cámara Nacional de Aerotransportes exhortó al gobierno mexicano para que “de manera urgente se tomen las medidas técnicas, humanas y presupuestales necesarias” para revertir esta baja, misma que tendrá consecuencias graves y representa un impacto severo a la recuperación de las aerolíneas mexicanas y el comercio entre ambos países.
Volaris y Aeroméxico aseguraron que contribuirán con la autoridad para recuperar la calificación 1. Por el momento no pueden abrir rutas adicionales desde y hacia Estados Unidos ni mantener los códigos compartidos con las aerolíneas de ese país.
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