Un aparente accidente laboral donde un trabajador encargado de la limpieza de un supermercado en Coahuila murió envenenado ha escalado a una investigación por posible homicidio que habría sido perpetrado por sus propios compañeros como una «broma».
El empleado, identificado como Carlos Gurrola Arguijo y conocido como “Papayita”, falleció luego de ser hospitalizado tras ingerir una sustancia tóxica, aparentemente desengrasante vertido en su bebida por compañeros de trabajo.
Los hechos ocurrieron el pasado sábado 30 de agosto, mientras Gurrola cumplía su jornada laboral en un supermercado de esta ciudad, pero la muerte, luego de varios días de dolorosa agonía, recién fue dada a conocer.
De acuerdo con el testimonio de familiares, el trabajador bebió de una botella de electrolitos que había dejado guardada, sin imaginar que su contenido había sido alterado. Poco después comenzó a experimentar un malestar intenso.
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A pesar de haber notificado su estado a otros empleados, según relatan sus seres cercanos, la atención médica llegó tarde. Fue trasladado horas después de los primeros síntomas a una unidad del IMSS, donde recibió atención de emergencia.
Allí, los médicos detectaron un daño severo en su tráquea y pulmones, por lo que fue remitido a la Clínica de especialidades 71 del mismo instituto, donde permaneció intubado.
Tras 19 días en estado crítico, Carlos Gurrola murió el pasado 18 de septiembre. Su familia sostiene que fue víctima de una supuesta broma pesada por parte de compañeros que acostumbraban hostigarlo. “Papayita”, afirman, era objeto frecuente de burlas y agresiones, y esta vez, aseguran, el juego de mal gusto le costó la vida.
Uno de los elementos más polémicos del caso es que la botella presuntamente contaminada fue desechada por la empresa Multiservicios Rocasa S.A. de C.V., para la cual trabajaba Gurrola.
Esto, denuncian los familiares, impidió el análisis del líquido ingerido y podría obstruir la investigación. Inicialmente se manejó la versión de que el contenido era desengrasante industrial, aunque otras versiones apuntan a un solvente aún no identificado.
El supermercado donde ocurrieron los hechos se desligó de toda responsabilidad al declarar que Carlos no era parte de su plantilla directa, sino un trabajador externo contratado por Rocasa.
Ante la gravedad del caso, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Coahuila informó que ya se encuentra en curso una investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte. Entre las diligencias realizadas están la revisión de las grabaciones de videovigilancia del supermercado y entrevistas a los posibles testigos.
“Tenemos datos de prueba de que probablemente se haya llenado esa botella con anterioridad”, afirmó el delegado de la Fiscalía en la región Laguna I, sin entrar en mayores detalles.
Pese a ello, las autoridades ministeriales han exhortado a la población y a los medios a esperar los resultados oficiales de los peritajes para confirmar si se trata de un hecho delictivo y, en su caso, determinar a los responsables.
Mientras tanto, la familia de Carlos exige justicia y asegura que no permitirá que el caso quede impune. “Lo mataron con una broma”, se escucha decir a uno de sus allegados. “No se merecía ese final”.
Con Información de Agencias
