Las organizaciones de narcotraficantes en México lucran con la migración en una cuerda que se mueve entre el tráfico “consentido” de personas y la trata, hecho que diferentes agencias del gobierno de Estados Unidos tienen identificado como una de las actividades de estas “empresas criminales”, pero que poco han hecho por calcular. Incluso advierten la colusión de funcionarios públicos de ese país que la facilitan.
“Mover seres humanos como carga deja miles de millones de dólares a las organizaciones criminales trasnacionales de contrabando”, refiere la Evaluación Nacional de Riesgos de Lavado de Dinero, publicada por el Departamento del Tesoro este año. Las cuotas por cruzar la frontera de México pueden ir a más de 10 mil dólares, pero para los migrantes chinos que viajan por el Pacífico éstas escalan a varias “decenas de miles de dólares”.
Ninguna agencia ha publicado algún cálculo amplio al respecto, el Departamento del Tesoro sólo consigna un estudio de la organización Rand, el cual refiere que en 2017 la migración del Triángulo Norte de Centroamérica generó entre 200 millones y 2 mil 300 millones de dólares para traficantes. “La amplia gama en estos montos reflejan la incertidumbre de las estimaciones relacionadas con los flujos de migrantes ilegales, el uso de traficantes y las tarifas de contrabando”, acota.
El gobierno estadounidense refiere que organizaciones de narcotráfico de todo tamaño están involucradas en el tránsito de migrantes, “mientras aumentan su negocio en el suministro de opioides, han seguido diversificándose en delitos como el contrabando de personas y el robo de petróleo. Destaca el cártel del Noreste, el cual, como escisión de Los Zetas, comparte que “su principal conjunto de habilidades no es el contrabando de drogas sino la violencia organizada”.
Una investigación del Congreso estadounidense detalla que además del robo de combustible, la piratería, el contrabando de armas y el secuestro, “se sabe que Los Zetas (cártel del Noreste y Vieja Escuela) matan a aquellos que no pueden pagar las tarifas de extorsión o que se niegan a trabajar para ellos, a menudo atacando a los migrantes”.
Cruzar personas a Estados Unidos paga una mano de obra barata con márgenes millonarios, muestra un caso de la Corte del Distrito Sur de Texas. En abril de 2019 un mexicano de 18 años fue detenido por guiar a seis migrantes desde Nuevo Laredo. Afirmó trabajar para el cártel del Noreste y recibir 400 dólares por esa tarea. Uno de los cinco migrantes chinos que iban en el grupo –el otro era brasileño– declaró que solo él pagaría hasta 30 mil dólares por el servicio.
Además de centrarse en el servicio de tránsito y cuota, la delincuencia organizada explota a niños migrantes como sicarios, vigilantes y en la producción, transporte y venta de drogas como trabajo obligado, reporta un informe anual del Departamento de Estado.
El Departamento del Tesoro reconoce que operadores independientes, redes informales y otras estructuradas que son parte de organizaciones de narcotráfico mantienen el control de territorios sobre los que pasan migrantes con el cobro de derecho de piso. En medio está el sistema financiero que tanto en México como en Estados Unidos es una coladera para los flujos ilícitos y el lavado de dinero.
Además del blanqueo de capitales a través del sistema financiero formal con empresas de comercio, “los giros postales se utilizan en una amplia variedad de actividades delictivas que van desde el fraude hasta el tráfico de narcóticos y el tráfico de personas” pues garantizan el anonimato, y a ellas se suman los criptoactivos, refiere la agencia en su evaluación nacional de riesgos de este año.
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