“Mataron a mi sobrina, la secuestraron, la torturaron, ya hicieron la autopsia, fue estrangulamiento. Estamos devastados”, declaró César Gómez, tío de Camila, la niña de ocho años a la que hace dos días se veía llegar feliz a la casa de su vecina y amiga, el lugar de donde ya no salió.
Con globos, flores y un féretro blanco, este Viernes Santo la menor fue sepultada entre música, porras y gritos de justicia. Su desaparición el miércoles y el hallazgo de su cuerpo con signos de ahorcamiento horas más tarde fue la gota que derramó el vaso en Taxco, Guerrero.
Ese mismo día, cámaras de seguridad privadas dieron a sus familiares y a las autoridades las pistas suficientes sobre su paradero y el presunto secuestro del que había sido víctima. Mientras, en el centro de este pueblo mágico continuaron los famosos y tradicionales rituales de Semana Santa, en los que andaba ocupada la mayor parte de los agentes de seguridad de la región. Una mujer murió linchada por los vecinos, señalada como culpable del crimen, y sus hijos golpeados. Mientras, fue detenido José “N”, supuestamente la pareja de la mujer linchada, en un caso que se investiga como feminicidio.
El secretario de seguridad del municipio, Doroteo Eugenio Vázquez, responsabilizó a la madre de Camila por omisión de cuidado.
“Hubo una responsabilidad maternal y hay una omisión, porque si yo como padre tengo un hijo, debo vigilarlo, guiarlo, orientarlo. Aquí supuestamente la señora dejó salir a su niña sin las medidas de seguridad pertinentes”, declaró en diversos noticieros, donde también defendió la inacción de los policías, dijo que fueron rociados con gasolina y nada pudieron hacer.
Camila, previo permiso de su familia, atendió la invitación de Ana Rosa Díaz, vecina y mamá de una amiga, para pasar una tarde calurosa en una alberca inflable. La ubicación del sujeto identificado como José “N”, de oficio taxista y pareja sentimental de la mujer, la misma que después negó la visita de la niña a su domicilio, fue la clave para localizar el cadáver en una carretera federal. Y la mecha que desencadenó el linchamiento de Ana Rosa y de sus hijos Alfredo y Axel. Los familiares pasaron horas a la espera de la orden de aprehensión de los dos sujetos que aparecen en la grabación cargando en un automóvil una canasta con ropa y un bulto de plástico un par de horas después de que Camila llegara a la casa dando saltos para jugar con su amiga.
Los presuntos victimarios permanecían atrincherados en una vivienda rodeada de policías para evitar una posible fuga, y los lugareños vigilaban fuera para comprobar que fueran detenidos. La turba enardecida decidió no esperar más e irrumpieron en el domicilio para sacar a la mujer y a sus dos hijos. En los videos que circulan en redes sociales se puede ver cómo suben al techo, retiran las láminas y logran sacar a los presuntos verdugos de Camila. En menos de una hora, la mujer y los dos varones fueron golpeados, apaleados, pateados y rociados con gasolina hasta quedar inconscientes. “¡Mátenla! ¡Mátenla!”, “¡Maldita perra, es lo menos que te mereces!”, se escucha a la turba gritar mientras golpean sin cesar a la mujer, a quien habían visto en los videos de seguridad metiendo en el taxi la canasta con ropa, y a su acompañante con el bulto que se presume era el cuerpo de Camila.
En una entrevista hecha por UNO TV, el tío de Camila relata que su sobrina llegó a la casa de Ana Rosa Díaz alrededor de las 13:00 horas del miércoles, para disfrutar con su hija de la alberca inflable; sin embargo, cuando su mamá fue por ella, un par de horas después, la mujer negó que la niña hubiera acudido a la casa. Después de una búsqueda desesperada y sin éxito por los alrededores, recibieron llamadas que advertían de un supuesto secuestro. 250 mil pesos (casi 14 mil euros) pedían por liberarla.
“Mi cuñada empieza a buscar a su hija en la misma área y no da con ella. Gracias a que hay unas cámaras particulares y de unos negocios, nos proporcionaron algunos videos donde se ve que la niña entra, es un callejón cerrado, ahí se mira donde entra a la hora que dice que fue a jugar, pero nunca sale”, relató el familiar. En ese mismo video se ve a Ana Rosa Díaz salir dos horas más tarde. Con una cascada de ropa en mano, baja las escaleras, cruza una vialidad, espera a que el hombre con un bulto a cuestas que la acompaña abra la cajuela, meta la bolsa para después echar encima la ropa. Se suben al carro y se van. “Después regresan y, según ellos, no había pasado nada, estaban tranquilos y todo. Pero nosotros ya teníamos toda la evidencia de que ellos habían sido los que se la habían llevado. Nosotros pensábamos que estaba viva, pero, así como la llevaban en bulto, pues ya iba muerta mi sobrina”, dice César Gómez.
La madrugada del Jueves Santo detuvieron al hombre, supuestamente pareja sentimental de Díaz, quien proporcionó el paradero del cadáver. Ya con la declaración y el hallazgo, los familiares esperaron la acción inmediata de la Fiscalía General del Estado para detener a los presuntos culpables, pero ese momento no llegaba y los pobladores decidieron actuar por su propia mano.
“Lo más malo es que la Fiscalía no hacía nada. Ya estaban todas las pruebas y los demás involucrados, era la mamá que estaba en su domicilio con sus hijos, su otra hija, que obviamente todos estaban involucrados en el secuestro, y no les hacían nada. Toda la noche y todo el día decían: ‘Ahorita, más al rato llega la orden de aprehensión’, pero nunca salía. La gente se empieza a juntar y se desespera, se hace el caos”, narra el familiar de la niña muerta.
La mujer ya había sido golpeada hasta el cansancio frente a seis elementos policiacos que poco hicieron por contener la furia de la muchedumbre. Mientras, otros lograron arrancar de las manos de la gente a uno de los varones [Axel]. En dos ocasiones, la mujer fue bajada de la unidad policiaca y, con el dorso desnudo, la tundieron una y otra vez. En los videos y las fotos se ve con claridad cómo una mujer rubia le azotó la cabeza contra el pavimento hasta el cansancio. Fue gracias a la misma Camila que cedieron los golpes y no consumaron su amago de quemarla viva: “¡Ya viene la carroza de la niña, ya quítenla por respeto!”, se escuchaba la petición de la gente para que dejaran a los policías retirar a Díaz, ya inconsciente. A un lado, su hijo Alfredo también era golpeado brutalmente. Un hombre y una mujer interceden por él. “¡Ya estuvo, ya estuvo!”. “¡A la niña no le hizo nada!”, se escucha en uno de los videos. Y detienen la golpiza.
En lugar de a un hospital, Ana Rosa Díaz fue trasladada ante el ministerio público, donde falleció. De acuerdo con el presidente municipal de Taxco, Mario Figueroa, los agentes policiales no son médicos para saber el estado de salud de nadie. “Nosotros debemos llevar los protocolos, no sabíamos la gravedad, los policías no tienen los conocimientos de un doctor, había que resguardarla en el ministerio público y que ahí se dijera qué es lo que se tenía que hacer”, señaló el funcionario en entrevista con Milenio TV.
Al momento, el estado de salud de los dos varones, extraoficialmente hijos de la mujer que murió linchada, es estable y permanecen con estricta vigilancia, ha informado el secretario de Gobierno del Estado, Francisco Rodríguez. En silencio total estuvo la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, hasta la mañana de este viernes, 24 horas después del linchamiento y casi 36 del hallazgo del cuerpo de la pequeña Camila, cuando se pronunció. Mediante un mensaje en redes sociales, informó de que la Fiscalía General del Estado giró una orden de aprehensión en contra de José “N”, el taxista amigo de Ana Rosa Díaz, por el delito de feminicidio.
El mensaje fue acompañado de un comunicado donde se dieron escasos detalles que confirman las declaraciones del tío de la víctima. El presunto feminicida, así se investiga el caso, fue detenido el jueves y puesto a disposición de un juez de control. Previo a este anuncio, en la misma red social Evelyn Salgado lamentó lo ocurrido. “Como gobernadora y mujer, pero principalmente como madre, me sensibilizo y condeno enérgicamente el artero crimen del que fue víctima Camila, un suceso indignante que no debe repetirse. La vida de cada una de nuestras niñas y niños es sagrada, mi solidaridad está con la familia de Camila”. Del linchamiento de Ana Rosa Díaz nada dijo. La niña fue sepultada la tarde de este viernes en el cementerio de Jesús del municipio guerrerense.
Con información del diario El País
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