Vicente Fox, el ex presidente más folklórico que hemos tenido los mexicanos, se burló de la Consulta Popular realizada el 1 de agosto pasado.
Haciendo uso de la app de moda que modifica una fotografía para hacer cantar a cualquiera, publicó en su Twitter un video collage incluyendo a los expresidentes Calderón y Peña Nieto cantando un éxito bailado en todas las discotecas en los años 90’s de HM Hammer, con la significativa traducción: “No puedes tocar esto”.
Para él puede ser de risa loca sentirse intocable. Para muchos la consulta popular fue un fracaso y en los pasados tres días ya lo han manifestado a los cuatro vientos.
Sin embargo, la consulta popular tiene extraordinarios highligths o puntos que destacar para México y los mexicanos.
- Es la primera vez que se realiza una consulta popular con las formalidades e implicaciones de los tres poderes y regulada por el INE a nivel país. Fue una iniciativa del Poder Ejecutivo, que fue aprobada por el Poder Legislativo y avalada por el Poder Judicial.
- Tuvieron que pasar 10 años para que la modificación al artículo 35 de la Constitución Política llegara a materializarse en una consulta popular.
- Con esto nuestro país da su primer paso formal en un ejercicio de democracia participativa, la que da poder a las personas y neutraliza un poco el poder absoluto de las clases político-empresariales, que significa mucho en el contexto internacional, donde ciudadanos de países democráticos avanzados nos llevan años de ventaja.
El argumento inmediato que posicionaron los detractores de la consulta fue que fracasó porque se necesitaba un mínimo de 40 millones de votos y solo el 7.7% del patrón acudió.
Si nos situamos bien en la realidad, la consulta popular contó con escasa publicidad y no tuvo buena prensa. No hubo movilizaciones ni los personajes políticos hicieron agenda para promoverla o mostrarse participando.
Lo extraordinario son los resultados y los paradigmas que se están rompiendo en un país como México, donde a lo largo del tiempo se han creado manuales paso a paso para conseguir votos, tabuladores para asignar su precio, casas amigas para el pago, sofisticados sistemas de acarreo, carruseles y un sinfín de etcéteras que siempre implican dinero de por medio para llegar a la meta de sufragios.
Si 7 millones de votos reales, sin utilizar ninguno de esos métodos, se les hacen pocos hay que ver las cifras por partido del pasado 6 de junio:
PAN 3’828,228 votos
PRI 2’715,123 votos
PRD 248,505 votos
Y coaligados lograron 12 millones de votos.
El otro argumento en contra fue que se gastaron 528 millones de pesos en la Consulta Popular. Son los costos de la democracia, sino podemos verificar los presupuestos de los partidos políticos, tan solo en 2021:
Movimiento Ciudadano: 523 mdp
3.5 millones de votos
Partido Verde: 542.4 mdp
2.6 millones de votos
PRD: 567.4 mdp
1.7 millones de votos
Así que el establishment, la nomenclatura, la estructura política mexicana de antaño tiene que renovar su mentalidad. Pensar que “No puedes tocar esto” como nos dijo muy simpáticamente Fox en su videocollage no es el camino hacia el futuro.
Hay una apertura, a pesar de todo, hay una transformación en curso. Ojalá interioricemos esta oportunidad, ojalá se concrete entre los ciudadanos este deseo por dejar atrás la democracia a la mexicana, por seguir participando y ser escuchados.