La cita estaba pactada para las 11 de la mañana. Se trataba del círculo cercano a Alejandro del Mazo Meza, entonces titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas en el país.
Era el año 2016 y la reunión se daría en Calle Venado 71 y 73, Súper manzana 20, Mza 18, Retorno 8 Lotes 2 y 4, donde se encontraban las oficinas de la CONANP en Cancún.
El objetivo era terminar de aterrizar las delimitaciones de la reserva Yum Balam, que previamente, había presentado con bombo y platillo Alejandro del Mazo, el 9 de noviembre de ese 2016.
En el escritorio de la sala de juntas se encontraba un mapa que delimitaba la Isla de Holbox y dos papeles secundarios que decían lo siguiente: “Edicto de aviso de decreto del Plan de Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna de Yum Balam, mismo que cancela en definitiva la posibilidad de construcción del megacomplejo turístico-inmobiliario La Ensenada, propuesto desde 2013 por una firma privada”.
Y agregaba “En su lugar, se permite únicamente la construcción de hasta 800 palafitos para hospedaje turístico en toda la isla, sin posibilidad de edificar ningún otro tipo estructura hotelera o de vivienda tierra adentro de la isla grande de Holbox”.
Hasta ahí, todo iba bien y parecía que no se tendrían complicaciones. Sin embargo, un pequeño detalle no fue visto por los “expertos” que en aquellos últimos días del 2016 se concentraban para darle paso a la preservación del área natural protegida.
Se trataba de la concesión de la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT), que para muchos paso desapercibido, ya que estaba inscrita dentro de los estudios topográficos del mapa presentado
El estudio topográfico hacía referencia a que algunas concesiones propiedad de la familia Ponce (dueños de la empresa Península Maya Development ) y que tiene en la actualidad 53 hectáreas en la Isla de Holbox.
Dentro de estas 53 hectáreas, se incluía parte de Isla Grande de Holbox, por lo que el riesgo era mayúsculo, pues se daba pie a que, de manera legal, la empresa demandara por ser incluida dentro del estudio topográfico.
El error no era menor. Incluso dos años después, en el 2018, un funcionario de primer nivel de la CONANP en Quintana Roo, observó el error y explicó el viernes 5 de octubre de ese mismo año en una junta previa a la publicación del Plan de Manejo de Yum Balam, que se debía corregir si no se vendría un problema de alta consideración.
Ese problema llegó. La empresa Península Maya Development demandó y se amparó usando el estudio topográfico como argumento legal. Los jueces encontraron valido ese recurso.
Y ahora la SEMARNAT tiene 20 días para introducir un recurso de amparo para dar vuelta a la situación. Mientras tanto, las versiones oficiales hacen creer que “no hay problema”.
Claro, al final del día eso ocurre comúnmente cuando se dan esos “errores de escritorio”.
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