Las encuestas que se han mostrado hasta este momento dicen todas más o menos lo mismo: Morena está cerca del 45% de intención de voto, y tiene hasta 20 puntos más que una alianza PAN-PRI-PRD.
Pero hay un dato que hay que tener muy en cuenta: en las encuestas, a Morena lo lleva hacia arriba la figura de Andrés Manuel López Obrador. Pero en el caso del estado, los números reales de las elecciones locales dicen que esos apoyos a AMLO no se trasladan todos a la 4T.
Veamos números reales.
En 2018, el presidente sacó el 60% de los votos, pero en la elección de Ayuntamientos, entre Morena y PT, lograron alrededor del 44.5%.
En la elección de diputados locales de 2019, Morena-PT y Verde lograron exactamente el 40% de la votación.
Y el pasado 6 de junio de este año, en la elección de Ayuntamientos esos tres partidos, a los que se sumó el MAS, alcanzaron el 41% de la votación.
Como se ve, hay un piso y un techo muy cercano en los partidos de la 4T, entre 40 y 44%, que si bien lo hacen ser la principal fuerza política, también deja en claro que hay entre 55% y un 60% de quintanarroenses que no votan por los candidatos del presidente en el estado.
La lógica diría, entonces, que una coalición amplia contra la 4T podría ganarle la gubernatura, o al menos disputarle la elección seriamente. Pero se requiere de algún tipo de alquimia electoral para que esos votos no se dispersen, porque si no van juntos y se dividen en distintos candidatos, terminan ayudando al lopezobradorismo.
Según los datos de la última elección, la alianza PAN-PRI-PRD y Confianza tuvo alrededor del 32% de los votos. El PAN tuvo el 16%, el PRI el 10.5%, el PRD el 4%, y Confianza el 1,5%. Con eso, evidentemente, no alcanza.
Entonces, donde deben buscar más votos es en el 10.7% de Fuerza por México, el 4.9% de Movimiento Ciudadano, o el 7.5% que logran entre el PES, RSP y los independientes.
Fuerza por México es un partido vinculado al senador de Morena, Ricardo Monreal. Casi seguramente será el destino electoral de Marybel Villegas si Morena no le da la candidatura a gobernadora. Si se diera el caso de que Marybel se una al bloque panista, los votos de ambos bloques alcanzarían para ganarle a la 4T, porque tendrían el 42.5%, según los números que hemos explicado.
El MC, por su parte, tiene un proyecto para duplicar su porcentaje y llegar al 10% de los votos en 2022. Para hacerlo, podría convencer a una parte de ese 7.5% que se va a quedar huérfano en 2022. Pero la cuestión es para quién va a trabajar.
El partido puede llegar al número objetivo por dos vías. La primera es un acuerdo con la 4T, para que desde ese sector se apoye al candidato del MC, quitándole votos a los otros partidos (sería fundamentalmente una cuestión de financiamiento) Así, el 41% de la 4T más el 10% del MC, harían imposible que el otro bloque gane.
La segunda vía para el MC es la contraria: un acuerdo con el bloque del panismo, e intentar poner a un candidato que sea morenista (quizá alguien que no haya logrado la candidatura por ese partido) para que los votos se los reste a la 4T. Si alguien divide al lopezobradorismo, y queda abajo de 40 puntos, se le puede pelear la elección.
En ese punto del análisis aparece el PRI. En Morena, por su puesto, quieren que el PRI vaya sólo a la elección. Creen que con un buen candidato podría superar el 10.5% que tuvo en esta elección, y así asegurar el triunfo de Morena. A cambio, el tricolor podría comenzar su refundación, si eso es acaso posible. Por supuesto, en el otro bloque quieren que el PRI sea parte de la alianza para enfrentar a la 4T.
Como se ve, la danza de números le da alguna chance a la oposición al lopezobradorismo, pero acá viene otro problema, que es quién podría ser candidato(a) de ese bloque. Hasta hoy, ninguno de los nombres que se han dado a conocer genera un gran arrastre. Ni siquiera el de Marybel.
Y sin candidato(a), no hay alquimia electoral que alcance.
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Esta entrada fue modificada por última vez en lunes, 16 de agosto, 2021
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