Durante la reciente historia de nuestro querido Quintana Roo, la división que algunos han querido dar a la entidad entre Norte y Sur ha sido muy marcada, y pese a que los años han pasado, las formas y los modos han cambiado la obstinación por esta división sigue latente.
En el Sur de la entidad siguen pensando que por mandato o derecho divino son dueños de la entidad, y que en la capital del estado pareciera se inventó la política, pese a que en la realidad y práctica la otrora clase política chetumaleña está pulverizada y solo queda para el anecdotario, y para las charlas de café con sabor a nostalgia.
Los otrora poderosos políticos que gustaban de tomar decisiones y sentirse los que movían a la entidad, hoy solamente quedan como un recuerdo, ya que los dos ex obernadores provenientes de Cozumel, Félix González y Roberto Borge, apostaron por el avance de la entidad buscando prioridades no gentilicias.
Con Carlos Joaquín los integrantes de las mal razonadas clases políticas que se sentían herederos del poder por estar incrustados durante décadas en los cargos públicos, o que pensaban que eran primordiales y una necesidad básica para el aparato gubernamental, quedaron para la historia.
Y tristemente los chetumaleños que se incorporaron al gabinete han salido por la puerta de atrás como el ex oficial mayor Manuel Alamilla Cevallos, quien tan mal papel hizo, que la dependencia que encabezaba acabó por desaparecer en el organigrama gubernamental, y bueno chetumaleños como la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sede), Rosa Elena Lozano o Martha Silva, en el SQCS, pulverizaron la de por sí dinamitada clase política del Sur.
En la secretaría de gobierno es verdad que despacha un chetumaleño como Arturo Contreras Castillo; sin embargo, su formación más ha sido en Cancún y Zona Norte y más allá de gentilicios él ha buscado unificar a la entidad en una sola, sin distinción.
No obstante, para muchos quiméricos del ayer la clase política del Sur ya no existe y los últimos clavos al ataúd del villanuevismo, fue el mediocre resultado que el representante del mismo; Carlos Mario Villanueva Tenorio obtuvo en los pasados comicios, y a poco más de 6 mil votos contra casi 70 mil de Anahí González que resultó ganadora en los comicios se traduce el otrora poderoso grupo encabezado por Mario Villanueva Madrid.
Hoy el Sur de Quintana Roo, muchos acusan de que está olvidado y abandonado; sin embargo, la mentalidad de querer a fuerza trabajar en el servicio público y no aportar más que el trabajo burocrático es lo que sume cada vez más en la omisión a Chetumal, ya que el pensar que por mandato divino o derecho de antigüedad se merece la gente las encomiendas es un craso error.
La muestra más fehaciente de que Chetumal hoy da exactamente lo mismo y que no son unas cuantas familias las que mandan en lo electoral, ni menos las voces agoreras que se desgañitan gritando de indignación por el olvido del Sur, es que una candidata de Cancún como Anahí González arrasó en las urnas ya que la gente que habita en Chetumal, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, no son los antiguos que se sienten dueños del balón.
Hoy la gente en Chetumal está en otra fase, en la del trabajo diario, sea o no en gobierno, la aspiración es a vivir mejor, gobiernos van y vienen y, sin embargo, la creatividad en lo local no se ha dado, y el hacer una atracción real de inversiones a la capital no se les ocurre, el salir y buscar que empresas importantes no solo de México sino de otros países se asienten en la capital de la grilla.
La comodidad de vivir en el erario no permite esa creatividad, los tiempos han cambiado y eso parece lo han entendido en los restantes 10 municipios de la entidad, y cuántas derrotas más ocupan ver los grillos chetumaleños para entender que sus opiniones y visiones no trascienden más allá de una mesa de café.
Chetumal no ocupa de estarse quejando ni mal mirando a quienes venimos de fuera, la capital del Estado ocupa de actitud, de sacudir viejas prácticas y rancios “filósofos y políticos” que solo se han enriquecido y son los primeros que se quejan por lo que ellas y ellos mismos ocasionaron en la capital del Estado.
Hoy habrá que ver si se unen todos esos grillos agoreros en arropar un proyecto del Sur para la gubernatura y den al traste aquella frase que alguna vez dijo un ex gobernador cozumeleño de que a un chetumaleño en política se le tenía conforme y tranquilo con un chofer y una camioneta pagada con el erario.
La capital tiene grande gente y es un semillero de talento, lo que urge es desligarse de aquellas y aquellos que han puesto un freno al progreso, ya que han abusado cuando algún cargo les tocó y al primero que patean y fastidian es al paisano chetumaleño, ojalá las nuevas generaciones traigan otro chip y sean ellos los que saquen del ostracismo a una gran cantidad de capitalinos a los que nada les parece y dijeran por ahí nada les embona.
CURVA PELIGROSA…
Y bueno siguen haciendo el ridículo los dos varones que cobran como magistrados electorales en el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo), de plano reparten “justicia” Víctor Vivas y Sergio Avilés, ya que de plano pareciera que están a las órdenes o intereses de quien solvente mejor sus intereses no el derecho.
En plena sesión para determinar temas de Solidaridad y su reciente elección Víctor Vivas como dice una cosa dice otra a la mera hora cambia su voto en plena sesión y de acuerdo a cómo se les ocurra y convenga y sin entenderse por qué favorecen a quien no se debe y perjudican a otros.
Es el caso que Marciano Toledo será regidor en el ayuntamiento que encabezará Lili Campos, pese a tener una denuncia de violencia política interpuesta por Laura Beristaín; sin embargo, esto no tuvo efecto y mayoriteando al derecho y la razón de nueva cuenta la pareja de Vivas y Avilés se ríen de la ley, no tarda la Sala Xalapa del TEPJF en enmendarles la plana, ya es necesario sancionar a estos repartidores de justicia que solo el ridículo hacen.
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Esta entrada fue modificada por última vez en martes, 27 de julio, 2021
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