Hugo Martoccia
El fin de semana, la nueva delegada de Morena en el estado, Liliana Castro, tuvo las primeras reuniones virtuales con diversos referentes del partido.
Lo primero que hay que decir sobre estas reuniones es que se tardaron demasiado. La delegada fue nombrada por el CEN de MORENA el 23 de mayo pasado, y recién ahora comienza a tener comunicación con el morenismo local.
Más allá de eso, estos primeros contactos de la delegada con los morenos ha dejado dos versiones muy diferentes. Hay quienes vieron a una persona interesada en darle un sentido de orden al partido en el estado, pero hay otros que sólo vieron a alguien que no tiene un conocimiento real del complejo entramado político que es MORENA Quintana Roo.
Entre estos últimos ha quedado la impresión, también, de que la nueva delegada tiene una clara cercanía con el grupo de Marybel Villegas, lo cual genera razonables preocupaciones en los demás actores políticos del estado.
Mesa Chica: MORENA ¿llegará el orden o una nueva guerra?
Entre las pocas cosas concretas que se hablaron en las reuniones, Liliana Castro les informó a los morenos que se creará una comisión de 5 integrantes, que será la encargada de conducir al partido, se supone, hasta las elecciones de 2021 al menos.
Justamente por ello, les dijo que en esa comisión no puede haber nadie que tenga intereses electorales para esa elección, lo cual ya de por si descarta a muchos de los principales actores de morena.
Pero más allá de esos puntos que se mencionaron, hay un tema que continua rondando en el morenismo local, y es cuál es el verdadero alcance y la legitimidad del nombramiento de la nueva delegada.
Y eso no es un tema solo de Quintana Roo, sino de varios estados del país.
Hay que recordar que el nombramiento de la delegada lo hizo el Comité Ejecutivo Nacional que hoy conduce Alfonso Ramírez Cuellar, que es un presidente interino de MORENA, cuyo mandato debería concluir el próximo 26 de junio, según lo que en su momento definió el TEPJF.
En aquel momento, el Tribunal ordenó que el mandato de Ramírez Cuellar sería solo por 4 meses y que su única tarea sería realizar una encuesta para definir al nuevo dirigente nacional. Y esa tarea no la ha cumplido el presidente interino.
Hasta el momento no se sabe que el Tribunal haya extendido el plazo del mandato de Ramírez Cuellar por la contingencia, y, en ese contexto, además, el dirigente, según las denuncias de muchos morenistas a lo largo del país, se ha dedicado a perseguir a algunos candidatos a la presidencia, como Yeidckol Polevnsky y Alejandro Rojas Díaz Durán, para apoyar de manera abierta a Bertha Luján, que conduce el grupo mas faccioso dentro del partido, y que quiere que saquen a los demás candidatos, porque ella no les gana en una encuesta.
Ese es el escenario nacional, que también se replica en lo local, en el cual llegará la nueva delegada Liliana Castro a Quintana Roo.
Si la delegada llega con el objetivo de sólo fortalecer al grupo de Marybel Villegas, como se sospecha, MORENA podría caer en un enfrentamiento interno de consecuencias impredecibles.
MORENA ya tiene una delegada a la distancia, pero hasta ahora no hay señales concretas para saber si el partido ya encontró un camino hacia el orden y el acuerdo, o si la guerra interna de los grupos irá creciendo a medida que se acerquen las elecciones.
Lamentablemente, las primeras señales no han sido muy alentadoras.