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Quintana Roo

Rafael E. Melgar, amor por Quintana Roo…¡Al extremo!

Hoy, 8 de octubre de 2018 su nombre, junto con los de los héroes de la Guerra de Castas José María Barrera y Manuel Antonio Ay, ya forman parte del Congreso del Estado, pero ¿quién fue el gobernador Rafael E. Melgar? El hombre que gobernó el territorio federal de Quintana Roo entre 1935 y 1940…

El 4 de noviembre de 1936, los chetumaleños esperaban en el aeropuerto la llegada del gobernador del territorio de Quintana Roo. Había acudido a la Ciudad de México en busca de recursos económicos y como era la tradición a su regreso, se colocaba un templete y un micrófono para que tan pronto descendiera del avión diera a conocer las buenas nuevas.

El nombre de aquel mandatario era Rafael Eustacio Melgar Andrade, un general oaxaqueño enviado aquí, luego de no haber podido asumir el cargo de secretario de Economía en el gabinete del presidente Lázaro Cárdenas.

Refunfuñando, renuente y con cierta amargura, a principios de 1935 llegaría a ese mismo aeropuerto para asumir la gubernatura del territorio federal.

Melgar logró mexicanizar a Quintana Roo

Con el correr de los días el veterano revolucionario pudo darse cuenta de la pobreza y marginación que se vivía; y se alarmó cuando observó que en muchas comunidades mexicanas de la zona fronteriza se izaba la bandera británica.

A partir de ese momento Melgar decidió iniciar una de sus más célebres batallas: mexicanizar a Quintana Roo. En poco tiempo incrementó sueldos, creó cooperativas, condicionó a las cantinas, fomento el arte y la educación… En una sola frase: se enamoró de esta tierra.

A finales de octubre de 1936 debía tratar con el secretario de Hacienda el presupuesto asignado al territorio para la realización las obras, tanto las correspondientes a ese mismo año como a las de 1937.

Melgar partió optimista rumbo a la ciudad de México, paladeándose, entre otros proyectos, la conclusión del Hospital Civil de Chetumal. Sin embargo, las cosas no salieron como las planeaba; el secretario de Hacienda y Crédito Público, Eduardo Suárez Aránzolo le comunicó que tendría dinero sí, pero hasta febrero del 37, de manera que sus obras tendrían que esperar.

Rafael E. Melgar se enamoró de Quintana Roo

Rafael E. Melgar se enamoró de Quintana Roo

En Quintana Roo la gente estaba muy motivada porque se proyectaban varias obras, como la línea telegráfica para comunicar a Xcalak, Felipe Carrillo Puerto y Holbox; el servicio de radioteléfono para enlazar a Chetumal con la ciudad de México; la dotación de bombas hidráulicas y de aljibes para Felipe Carrillo Puerto, Isla Mujeres y Bacalar; la conclusión de la carretera Peto-Chetumal, y naturalmente las obras finales de hospital chetumaleño.

En cierta forma Melgar se había convertido en una especie de “salvatore” de los quintanarroenses; creador de identidad y de unidad.

Había implementado el sistema oaxaqueño del tequio, mediante el cual el gobierno pone los materiales y el pueblo la mano de obra.

Fue el primer gobernador en visualizar al territorio como una zona turística con epicentro en Tulum. Sin embargo, las palabras del secretario de Hacienda lo hicieron regresar a la realidad. ¿Volver a Chetumal con las manos vacías? Imposible ¿qué le diría al pueblo que iría a esperarlo al aeropuerto?

En la mañana de ese histórico 4 de noviembre de 1936 –micrófono en mano– el gobernador le dijo a los chetumaleños que todo había salido a pedir de boca. Le acompañaba el dinero y se procedió a canalizar los recursos, sobre todo al prioritario hospital civil. Hubo risas y felicidad por doquier; excepto en el seno de la preocupada familia del general Melgar que estaba al tanto de la gran locura que había cometido; hipotecó sus bienes personales (casa incluida) para obtener un préstamo que aplicó en obras sociales en Quintana Roo. Antes muerto que haber llegado sin ese dinero.

Rafael E. Melgar hipotecó sus bienes  para obras sociales en Quintana Roo

Rafael E. Melgar hipotecó sus bienes para obras sociales en Quintana Roo

Finalmente los recursos federales fluyeron y el buen hombre pudo recuperar su patrimonio en una operación que se mantuvo en secreto hasta septiembre de 2009 cuando su hijo, Daniel Melgar Reguero, confesó orgulloso a este reportero lo que su padre hizo en aquella ocasión.

En 1945 el general Rafael E. Melgar fue nombrado embajador de México en Holanda; y entre 1952 y 1958 se desempeñó como diputado y senador por su natal Oaxaca.

Falleció en la ciudad de México el 21 de marzo de 1959. Sus restos mortales se encuentran en el Panteón Español de la capital mexicana.

¿Otros seis años?

Cuando el general Manuel Ávila Camacho realizó su campaña presidencial por Quintana Roo, correspondió a Melgar llevarlo por todos los rincones de Chetumal.

En la cena de despedida el futuro presidente de México le hizo la pregunta directa:

“Mi general ¿le gustaría quedarse otros seis años en Quintana Roo?”

Es de imaginarse el brillo en los ojos que aquellas palabras le produjeron; un justo reconocimiento a su trabajo. Melgar habría aceptado de mil amores; pero en esos momentos se interpuso la señora Luz María Reguera de Melgar, quien respondió a nombre de su marido:

“General, mis hijos están en México y los extraño, aquí nada más vienen de vacaciones”.

Aquella intervención rescató al padre de familia, pero hizo que Quintana Roo perdiera a uno de sus mejores gobernantes.

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