Dice el refrán: “De tal palo tal astilla” y eso en el mundo del espectáculo es algo muy común, aunque no todos corren con la misma suerte de sus famosos padres.
Pese a las ventajas que pudieran pensarse que tienen, ser hijos de famosos en realidad es un arma de doble filo. Y es que los hay quienes pese a la enorme fama de alguno de sus padres (o ambos), nunca alcanzan a “despegar”; otros logran tener éxito y se pudiera pensar que igualaron lo hecho por sus progenitores, y también los hay quienes no solo igualaron el éxito de sus padres sino que lograron superarlos ¡y con creces!
En los 60 y 70, Rocío Dúrcal fue una de las grandes consentidas en el mundo hispano; en los 80, se consolidó como la más grande vendedora de discos y sus conciertos siempre fueron abarrotados. Cuando su hija Shaila Dúrcal se lanzó como cantante, muchos le auguraban un futuro prometedor; tiene belleza y talento, pero hay algo que aún no acaba de “cuajar” en ella.
Caso similar a Ana Victoria, hija de dos monstruos de la canción hispana como son Diego Verdaguer y Amanda Miguel. La chica no canta mal, en realidad es bien entonada y ya ha grabado varios discos, pero… ahí está el pero… aún le falta ese hit por el que todos digan cuando la escuchen: “Ah, es Ana Victoria”.
José José y Emmanuel fueron hace 30 años referencias obligadas cuando se hablaba de la música más popular en español y sus éxitos se escuchaban desde Estados Unidos hasta la Patagonia. Tres décadas después, vemos que José Joel y Alexander Acha, hijos de los primeros mencionados, allí andan haciendo su luchita pero con el estigma de llevar a sus espaldas el peso enorme de sus famosos padres, lo que comparado con lo que ellos han logrado, simplemente quedan muy, pero muy por debajo de las expectativas.
Entre los timbiriches había algunos que eran hijos de famosos como Diego Shoening (Martha Zavaleta), Mariana (Ana Silvia Garza), Eduardo Capetillo (Manuel Capetillo) o incluso Erick Rubín, cuya tía era la compositora Amparo Rubín.
La fama del grupo es de sobra conocida, pero cuando salieron de éste e iniciaron sus carreras de solistas, solo Eduardo tuvo su momento de gloria como galán de telenovelas, ya que los otros tres, si bien actuaron en algunos teledramas no llegaron a consolidarse como grandes solistas, aunque hay que reconocer que con su famoso reencuentro, sí volvieron a saborear las mieles del triunfo.
Alejandro Fernández, hijo de Vicente Fernández, es un caso aparte. Aunque ha llevado una carrera ascendente desde hace poco más de 20 años y hoy es una gran figura que no necesita ser comparado con nadie, la verdad es que aún está muy, pero muy lejos de igualar lo logrado por su padre, pues éste, además de cantante, fue actor y a diferencia de Alejandro, su carrera pocas veces se vio envuelta en los escándalos, algo que el “Potrillo”, simplemente no ha podido lograr.
Un caso similar es Pepe Aguilar y Jorge Muñiz, hijos de Antonio Aguilar y Marco Antonio Muñiz, respectivamente. Pepe heredó el gusto por los caballos y la música mexicana (aunque de chamaco fue rockero) que tanto distinguió a su famoso padre y hoy ya es sumamente respetado y aplaudido en los escenarios en donde por cierto, ya presentó a sus hijos que también le han entrado al mundillo del espectáculo.
Jorge, en cambio, tuvo su momento en los 80, con algunas canciones exitosas que lo llevaron a ser uno de los grandes de Siempre en Domingo… pero en realidad nunca llegó a alcanzar, ni de lejos, la fama que sí tuvo quien fuera conocido en su momento como “El lujo de México”.
Vayamos ahora a quienes sí lograron consolidarse. En este momento se me vienen a la mente tres nombres: Paulina Rubio, Alejandra Guzmán y Luis Miguel. Aunque inició su carrera con la banda Timbiriche, es bien conocido que solo Paulina logró llegar mucho más allá de lo logrado por el resto del grupo, a excepción claro, de Thalía, quien también hoy es una figura internacional, aunque en su caso, su madre no era famosa cuando ella inició, sino su hermana, Laura Zapata.
Alejandra, por su parte, se ha consolidado en buena parte del continente como una gran intérprete, aunque desafortunadamente no ha estado alejada de los escándalos y eso la ha llevado a tener sus altas y bajas. En este caso, compararla con sus famosos padres (Enrique Guzmán y Silvia Pinal) podría ser algo complicado, pues cada uno fue una megaestrella en su momento, aunque en el caso de su madre, es más difícil aún, pues sus carreras son diametralmente opuestas, ya que Silvia se consolidó como la gran actriz que es, pero nunca le hizo a la cantada.
Aquí el único que “se cuece aparte”, sin duda alguna, es Luis Miguel. Si bien Luisito Rey, su padre, gozó de cierta fama como cantante y guitarrista en España en los años 70, lo que logró su hijo ha sido infinitamente superior, pues de Luis Miguel no hay mucho que decir, todos sabemos quién es y lo que ha logrado a lo largo de 38 años de carrera profesional. “Al César lo que es del César”.
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