Es difícil que críticos y público se pongan de acuerdo. El que para algunos puede ser el trabajo más destacable del año de un intérprete, para otros se puede convertir en la interpretación más bochornosa de los últimos tiempos. Y eso es lo que le ha pasado a Glenn Close con ‘Hillbilly: Una elegía rural’.
Hace unos días, la actriz recibió la nominación al Razzie, los famosos anti-Oscar que eligen lo peorcito del año. Sin embargo, los académicos de Hollywood no piensan igual y la han incluido, por octava vez, entre las nominadas al Oscar, esta vez a la Mejor Actriz de Reparto junto a Maria Bakalova por “Borat Subsequent Movie Film”, Olivia Colman por “El Padre”, Amanda Seyfried por “Mank” y Youn Yuh-jung por “Minari”.
En la cinta dirigida por Ron Howard y cuyo reparto completan Amy Adams, Gabriel Basso, Haley Bennett, Freida Pinto, Bo Hopkins y Owen Asztalos, Close da vida a ‘Mamaw’, la abuela y mujer que crió a J.D. Vance, ex marine del sur de Ohio y estudiante de derecho, que tiene que volver a casa cuando se desata una crisis familiar.
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No es la primera vez que se da esta contradicción, que ya han vivido intérpretes como Sandra Bullock, Melissa McCarthy, Eddie Redmayne, Sylvester Stallone, Rooney Mara, Uma Thurman, Jack Nicholson o Alec Baldwin.
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