La sensación de soledad puede ser perjudicial para nuestra salud, así lo han establecido especialistas en la salud mental; pues la naturaleza humana está arraigada en la sociabilidad y la vida en comunidad, un aspecto fundamental que nos define como especie.
Esto es importante para entender porque la soledad no se limita a ser una sensación de angustia o tristeza; cada vez hay más evidencia científica que demuestra su impacto en la salud física y mental, pudiendo desencadenar enfermedades.
Te Puede Interesar: Mujer de 108 años revela el secreto para la longevidad
Según la última encuesta nacional de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA), aproximadamente el 30% de los adultos experimenta sentimientos de soledad al menos una vez a la semana. Esta entidad ha advertido que la soledad y el aislamiento social pueden ser tan perjudiciales para la salud como la obesidad o el consumo de tabaco.
Un estudio reciente realizado por la Universidad de Glasgow reveló que las personas que no reciben visitas de amigos o familiares al menos una vez al mes tienen un 39% más de riesgo de muerte prematura. Este estudio, basado en datos de casi 460.000 personas, destaca cómo la soledad y el aislamiento afectan la longevidad.
La soledad va más allá de lo social y puede tener un impacto significativo en la salud mental y física. La falta de interacción social conlleva un riesgo equivalente, e incluso mayor, de muerte prematura que otros factores de riesgo conocidos como el tabaquismo o la obesidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La soledad, según expertos como la doctora María Montero y López Lena de la UNAM, surge de la percepción de carencias afectivas, y puede provocar ansiedad, depresión y un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Desde el punto de vista neurocientífico, la soledad se define como la insatisfacción con la frecuencia y cercanía de los contactos sociales, lo que puede desencadenar respuestas inflamatorias y aumentar el riesgo de enfermedades y muerte prematura.
Durante la pandemia de COVID-19, el aislamiento social evidenció cómo la falta de interacción afecta la salud mental. La interacción social no solo es necesaria para activar nuestro hemisferio derecho y liberar hormonas como la oxitocina, sino que también es esencial para nuestro bienestar físico y mental.
La conexión social, según estudios, puede reducir significativamente la depresión y la sensación de soledad en adultos mayores. Actividades sociales planificadas y una vida social activa pueden ser cruciales para mantener la salud mental y física a lo largo de la vida.
En resumen, la soledad no solo es una sensación, sino un factor de riesgo importante para la salud. Fomentar relaciones sociales positivas y mantener una vida social activa son aspectos fundamentales para el bienestar individual y colectivo.
La efectos de la soledad en la salud, según expertos
Con Información de Agencias