Un reciente incidente con una granada registrado durante un ejercicio de fuego real en un campo de adiestramiento del Ejército Popular de Liberación ha vuelto a encender el debate sobre la preparación real de las fuerzas armadas chinas y la brecha entre el poderío que Pekín presume y las capacidades que demuestran algunos de sus reclutas.
El episodio, grabado y luego difundido en redes sociales asiáticas, muestra a un joven soldado que, aparentemente dominado por los nervios, comete un error crítico al momento de lanzar una granada de entrenamiento: en lugar de proyectarla hacia el objetivo designado, la arroja de manera incorrecta, dejando caer el explosivo justo frente a la barrera protectora.
La equivocación puso en riesgo inmediato tanto al propio recluta como al instructor encargado de supervisar la maniobra. En las imágenes puede verse cómo el militar veterano, al percatarse de la trayectoria fallida del artefacto, evalúa la situación en cuestión de milésimas de segundo y reacciona con una determinación que posteriormente sería elogiada por sus superiores.
Sin dudarlo, toma al joven por el chaleco y lo empuja hacia el interior de una trinchera fortificada. Apenas un instante después, la granada detona, levantando tierra y metralla en un estallido que habría tenido consecuencias fatales de no haberse producido la intervención del oficial.
Te Puede Interesar: Héroe inesperado rescata a un gato callejero de las garras de una pitón gigante
Tras el incidente, el instructor fue condecorado por su respuesta rápida y su capacidad para mantener la sangre fría en un momento de peligro extremo. No obstante, el episodio también reavivó comentarios dentro y fuera de China acerca del nivel real de entrenamiento que reciben los nuevos integrantes del ejército y sobre la aparente brecha entre el exorbitante presupuesto militar del país y la calidad efectiva de su preparación.
Analistas regionales han señalado que este tipo de situaciones alimenta la percepción de que, pese al despliegue tecnológico y al discurso oficial de fortaleza, los militares chinos podrían estar lidiando con problemas estructurales.
En especifico, desde falta de experiencia en combate real hasta equipos cuya fiabilidad es cuestionada con frecuencia, en sintonía con la fama persistente —y en ocasiones injusta, pero no infundada— de que “lo hecho en China” puede adolecer de estándares más bajos.
Un recluta chino casi se hace explotar a sí mismo y a su instructor con una granada pic.twitter.com/l9u7r30zNG
— Sepa Más (@Sepa_mass) November 22, 2025
Mientras la anécdota se viraliza, el gobierno intenta presentarla como un ejemplo de disciplina y profesionalismo. Sin embargo, muchos observadores la interpretan como una ventana involuntaria hacia las fragilidades internas de un ejército cuyo poder, más que demostrado, parece en ocasiones cuidadosamente coreografiado.
Con Información de Agencias
