Ningún gato ha vivido tanto como la adorable gatita británica Flossie quien este 29 de diciembre alcanzó los 30 años siendo reconocida oficialmente por Guinness World Records como la gata viva más longeva del planeta.
El felino, con tres décadas vividas tiene ya una edad excepcional para su especie que la ubica como un caso único a nivel mundial en esta especie doméstica.
A pesar del paso del tiempo, Flossie mantiene una rutina estable. Presenta dificultades de visión y pérdida total de audición, condiciones habituales en animales de edad muy avanzada, pero conserva la capacidad de desplazarse sin ayuda y continúa interactuando con su entorno.
Su actual cuidadora, Vicki Green, se hizo cargo de ella hace aproximadamente tres años y asegura que sigue siendo “juguetona y curiosa”. Sobre sus hábitos cotidianos, añadió: “Ella nunca rechaza la oportunidad de disfrutar de una buena comida», en declaraciones al sitio World Record Guinness.
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La historia de Flossie incluye varios cambios de hogar. Nació el 29 de diciembre de 1995 y fue adoptada ese mismo año por un trabajador de un hospital en Merseyside, quien la encontró en una colonia de gatos cercana al centro de salud.
Una década más tarde, tras el fallecimiento de su dueño, la gata pasó a vivir con la hermana de este, con quien permaneció durante 14 años. Nuevamente, la muerte de su cuidadora marcó un punto de inflexión en su vida.
Durante los tres años siguientes, Flossie quedó bajo el cuidado del hijo de su última dueña. Al reconocer que no podía brindarle la atención necesaria, decidió entregarla a la organización de protección animal Cats Protection.
Fue en ese contexto donde Vicki Green se postuló para hacerse cargo de la gata. La edad del animal sorprendió incluso a los especialistas. «Nos quedamos estupefactos cuando vimos que el historial veterinario de Flossie indicaba que tenía 27 años», explicó Naomi Rosling, coordinadora de la filial de Cats Protection.
Green, asistente ejecutiva con experiencia en el cuidado de gatos ancianos, relató el proceso de adaptación en su nuevo hogar. «Las primeras noches hacía mucho ruido porque no veía en la oscuridad y estaba un poco confundida en su nuevo entorno, pero ahora duerme toda la noche acurrucada en la cama conmigo», señaló.
Más adelante agregó: «Nuestra nueva vida juntos ya se siente como un hogar para Flossie, lo que me hace muy feliz (…) Sabía desde el principio que Flossie era una gata especial, pero no imaginé que compartiría mi casa con un poseedor de un récord mundial». También destacó que «siempre quiso brindarles a los gatos mayores una vida cómoda en la vejez».
En cuanto a otros récords de longevidad animal, Guinness World Records informa que el perro más longevo verificado fue Bluey, un Australian Cattle Dog que vivió 29 años y 5 meses.
La organización había reconocido previamente a Bobi, un perro que supuestamente superó los 30 años, pero tras una revisión del caso, el récord fue retirado por falta de pruebas concluyentes, devolviendo así el título histórico a Bluey.
Con Información de Agencias
