El objeto interestelar 3I/ATLAS detectado a inicios de julio ha provocado una ola de reacciones en redes sociales luego de que el reconocido astrofísico de Harvard, Abraham «Avi» Loeb sugiriera que podría tratarse de una nave de origen alienígena.
En un artículo publicado junto a los investigadores Adam Hibberd y Adam Crowl, Loeb plantea que 3I/ATLAS muestra características que lo diferencian de cualquier objeto conocido en el sistema solar.
“Su órbita es retrógrada, lo que significa que se mueve en dirección contraria a la mayoría de los objetos del sistema solar”, explicó. Además, destaca su gran tamaño y la ausencia de una cola cometaria, lo que pone en duda su clasificación como cometa tradicional.
Aunque la idea de una nave alienígena ha encendido la imaginación del público, Loeb aclara que no busca generar alarma. Más bien, su intención es abrir un debate sobre el lugar que ocupa la humanidad ante posibles contactos con civilizaciones tecnológicamente superiores. “De haber un acercamiento extraterrestre, la raza humana se encontraría en una posición débil frente a tecnología alienígena”, advirtió.
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3I/ATLAS fue identificado oficialmente el 1 de julio por el telescopio ATLAS en Río Hurtado, Chile, aunque ya había sido detectado en junio por otros telescopios de la misma red, así como por la Instalación de Fenómenos Transitorios Zwicky en California. Se trata del tercer objeto conocido que proviene del espacio interestelar, tras los casos de Oumuamua (2017) y 21/Borisov (2019).
Según la NASA, 3I/ATLAS tiene un núcleo helado y una coma, lo que respalda su clasificación como cometa. Se presume que fue formado en otro sistema estelar y que ha vagado por el espacio durante millones de años hasta alcanzar nuestro sistema solar.
Actualmente viaja a 61 kilómetros por segundo en una trayectoria hiperbólica, lo que significa que no orbitará al Sol, sino que continuará su camino hacia el espacio profundo para no regresar jamás.
Pese a su velocidad y tamaño, la NASA aseguró que por el momento no representa una amenaza directa para los habitantes de la tierra: “No se aproximará a la Tierra más allá de unos 240 millones de kilómetros” señala el organismo.
Se espera que 3I/ATLAS sea visible para telescopios terrestres hasta septiembre de 2025. Luego desaparecerá temporalmente al pasar cerca del Sol, pero volverá a ser observable en diciembre, lo que permitirá a los científicos continuar con el estudio de este misterioso visitante del cosmos.
Con Información de Agencias