El ministerio público federal obtuvo sentencia condenatoria de 17 años de prisión y 375 días multa en contra de María del Pilar Narro López, alias «La Comandante Bombón», integrante de la banda criminal de «Los Zetas”.
La ahora sentenciada fue capturada en cumplimiento de una orden de aprehensión por delitos contra la salud, acopio de armas y posesión de cartuchos de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
Los elementos de prueba obtenidos por la Fiscalía General de la República (FGR), permitieron que el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en el estado de Nayarit le dictara la sentencia condenatoria.
Condenan a 17 años de prisión a ‘La Comandante Bombón’
María del Pilar Narro López, mejor conocida como «La Comandante Bombón», ex integrante del grupo de delincuencia organizada «Los Zetas», era un miembro importante cuando éste aún colaboraba con el Cártel del Golfo, bajo el mando de Osiel Cárdenas Guillén.
Fue detenida en 2009 por los delitos de delincuencia organizada (contra la salud); colaboración al fomento para posibilitar la ejecución del delito contra la salud; así como acopio de armas y posesión de cartuchos de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
Junto a ella capturaron al jefe de plaza Octavio Almanza Morales, alias «El Gori 4», un exmilitar que estuvo en el ejército de 1997 a 2004, y a Francisco Gerardo Velasco Delgado, alias «El Vikingo», quien había sido jefe de Seguridad Pública de Cancún.
Condenan a 17 años de prisión a ‘La Comandante Bombón’; María del Pilar Narro López, integrante de Los Zetas, lideraba a grupo conocido como “Las Panteras”.
En el momento de su captura, «La Comandante Bombón» era la jefa de la sección de mujeres de Los Zetas en Nuevo León. El grupo, conocido como «Las Panteras», se encargaba de corromper a las autoridades, aunque eran tan sanguinarias que también participaban en las matanzas del cártel, eran jefas de plazas y hasta escoltas de algunos de los principales capo del Cártel del Golfo.
No era tan dulce como podría suponer su sobrenombre
María del Pilar era tan cruel como cualquier Zeta, tenía la reputación de ser todo excepto dulce, como podría suponer su sobrenombre. Ella y otras mujeres miembros de «Las Panteras», era temida por cualquiera, incluso por miembros del propio cártel.
«Dichas mujeres estaban entrenadas para matar. Eso hacían cuando la persona que contactaban no se prestaba para colaborar con la organización», declaró en 2009 un testigo protegido de la PGR, identificado con el sobrenombre de «El Pitufo», quien también perteneció a Los Zetas.
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