Desatada la narcoguerra en el Sur de Quintana Roo. El aseguramiento del avión la semana pasada en la carretera Polyuc-José María Morelos que trasladaba droga y alianzas entre grupos delictivos ahora con presencia en el Sur de Quintana Roo, agudizaron la disputa por el control.
Por ende, ha habido intentos y ejecuciones consumadas entre sus integrantes. La que más impactó fue la de V. H. C. V. registrada la semana pasada por la saña y contexto que le envuelve, pues según estaba involucrado en trasiego de droga a alta escala.
Entre las muertes violentas registradas en Bacalar y Othón P. Blanco ya suman aproximadamente 30, hasta junio. Las cifras están por oficializarse por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
De acuerdo a reportes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), hasta el 2016 en el Sur de la entidad no había presencia de grupos delictivos. Se centraban en el Norte, principalmente Cancún y Playa del Carmen.
Ahora de 10 grupos criminales ubicados en Quintana Roo, cuatro tienen presencia en el Sur aliados en dos grupos que se enfrentan entre sí por el control del narcomenudeo, principalmente.
Sin embargo, la desincorporación de sus integrantes, consideradas traiciones entre ellos, para adherirse a otros grupos ha sido causal de desapariciones forzadas, intentos y ejecuciones.
El aseguramiento del jet tipo Gulfstream Hawker 700 XB-RCM el domingo pasado en la carretera Polyuc-José María Morelos, fue causal para se agudice la situación, pues mediante operativos en zonas aledañas se incautaron casi 510 kilogramos de droga, con valor comercial de más de 167 millones de pesos.
El grupo encargado de tal operación reaccionó y hasta ahora se ha dado una ejecución y otra fallida en Chetumal.
Las autoridades esperan haya más enfrentamientos entre las dos alianzas de grupos criminales.
La tranquilidad del Sur de Quintana Roo se interrumpió en el 2015, con la disputa de dos grupos criminales ya desaparecidos y que se asentaban en la Costa Maya y Limones, principalmente.
Las venganzas y “levantones” fueron recurrentes, en su mayoría a personas dedicadas al “recale” y venta de droga en la Costa Maya.
Aunque la etapa más álgida se vivió a partir del 2019, cuando hubo más de 60 ejecutados. Más de la mitad en Bacalar.
En el 2016 el aseguramiento de marihuana en un tráiler con destino a Chetumal fue el antecedente de la llegada de una nueva célula, que con los años se fortalecería y hoy mantiene fuerte presencia en el Sur de la Entidad.
Ese enervante, que más es accesible, le permitió fortalecerse de manera discreta.
Ahora la llegada de otras asociaciones delictivas ha irrumpido la tranquilidad.
La Frontera con Belice, que es vulnerable, es un incentivo que también atrajo a esos grupos. Según Inteligencia Militar, a través de ella ingresan productos de procedencia ilegal, droga y hasta armas.
Y es que no solo en la garita aduanal establecida en Subteniente López, sino en comunidades de la Ribera del Río Hondo, principalmente en José Narciso Rovirosa y La Unión.
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El limitado número de elementos, inclusive de las fuerzas federales, permite tales actividades.
