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Las secuelas del atentado terrorista el 22 de mayo de 2017 en el Estadio del Manchester Arena, persiguen a la cantante estadounidense Ariana Grande, quien sufre de trastorno por estrés postraumático desde el hecho sangriento durante uno de sus conciertos en el norte de Inglaterra, declaró la artista a la edición británica de la revista Vogue.
Grande asegura, en una entrevista que se publicará el viernes y de la que se han adelantado algunos extractos, que no puede hablar del acontecimiento sin romper a llorar, puesto que “muchas personas han sufrido graves y tremendas pérdidas”.
Aseveró la bella cantante al compararlo con su propia experiencia que “sé que esas familias, mis fans y todo el mundo experimentaron una tremenda pérdida”, afirmó sobre un drama del que siente que “ni siquiera debería hablar”.
Según la definición científica del síndrome por estrés postraumático: es un trastorno mental causado por el trauma de un acontecimiento estresante de naturaleza amenazadora para la persona, que, en muchos casos, se asociaba a los soldados que regresan de enfrentamientos armados en cualquier parte del mundo.
El ataque terrorista en la ciudad británica se produjo el 22 de mayo de 2017 al término de un concierto de la artista en el estadio Manchester Arena y provocó 22 víctimas mortales, así como decenas de heridos.
Hace dos semanas, con ocasión del primer aniversario, la cantante reveló en redes sociales su nuevo tatuaje detrás de la oreja, una pequeña abeja, símbolo del pasado industrial de la ciudad de Manchester, como tributo a las víctimas.
