Jan Yunis, Franja de Gaza.— El cuerpo sin vida de Ro’a Mashi, de dos años y medio, yacía sobre la mesa del Hospital Nasser de Gaza, con sus esqueléticos brazos y caja torácica, y los ojos hundidos en su cráneo. Los médicos dicen que no tenía padecimientos preexistentes y se fue debilitando durante meses mientras su familia luchaba por encontrar comida y tratamiento.
Su familia mostró a The Associated Press una foto del cuerpo de Ro’a en el hospital, la cual fue confirmada por el médico que recibió sus restos. Varios días después de su muerte, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo el domingo a los medios locales: “No hay hambre. No hubo hambre. Hubo escasez, y ciertamente no hubo una política de hambre”.
Ante la indignación internacional, el político israelí respondió diciendo que los informes de hambre son “mentiras” promovidas por Hamás.
Sin embargo, el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, advirtió esta semana que el hambre y la desnutrición en Gaza están en los niveles más altos desde el inicio de la guerra.
La ONU dice que casi 12 mil niños menores de 5 años fueron encontrados con desnutrición aguda en julio, incluidos más de 2.500 con desnutrición severa, el nivel más peligroso. La Organización Mundial de la Salud dice que es probable que las cifras sean aún mayores.
Amr al-Hams, de tres años y con lesiones cerebrales causadas por un ataque israelí en la carpa de su familia en abril, se ve en una cama en el Hospital Nasser en Jan Yunis, Franja de Gaza, el miércoles 25 de junio de 2025. (AP Foto/Mariam Dagga)
En las últimas dos semanas, Israel ha permitido la entrada a Gaza de alrededor del triple de la cantidad de alimentos que habían ingresado desde finales de mayo. Esto se produjo tras dos meses y medio en los que Israel prohibió la entrada de todos los alimentos, medicinas y otros suministros, afirmando que el objetivo era presionar a Hamás para que liberara a los rehenes capturados durante su ataque de 2023 que inició la guerra. La nueva afluencia ha puesto más alimentos al alcance de una parte de la población y ha reducido algunos precios en los mercados, aunque sigue siendo mucho más caro que los niveles previos a la guerra e inasequible para muchos.
Esta imagen sin fecha compartida por Nour al-Hams se ve su sobrino de 3 años, Amr al-Hams, sentado en la playa en Gaza. Ahora está en una cama de hospital, incapaz de moverse o hablar, tras un ataque israelí que golpeó la carpa de su familia el pasado abril. (AP Foto)
Si bien un mejor acceso a los alimentos podría favorecer a gran parte de la población de Gaza, “no ayudará a los niños que están gravemente desnutridos”, dijo Alex DeWaal, director ejecutivo de la Fundación Mundial para la Paz de la Universidad de Tufts, quien ha trabajado en temas de hambruna y humanitarios durante más de 40 años.
Cuando una persona está gravemente desnutrida, los micronutrientes vitales se agotan y las funciones corporales se deterioran. El solo hecho de alimentar a la persona puede causar un daño conocido como “síndrome de realimentación”, que puede provocar convulsiones, coma o muerte. En lugar de ello, es necesario reponer primero los micronutrientes con suplementos y leche terapéutica en un hospital.
“Hablamos de miles de niños que necesitan estar en el hospital si se quiere que tengan una oportunidad de sobrevivir”, dijo DeWaal. “Si este enfoque de aumentar el suministro de alimentos se hubiera llevado a cabo hace dos meses, probablemente muchos de esos niños no habrían llegado a esta situación”.
Toda mejora también está amenazada por una nueva ofensiva israelí que, según Netanyahu, capturará la Ciudad de Gaza y los campamentos de tiendas donde se encuentra la mayor parte de la población del territorio. Eso provocará una nueva ola masiva de desplazamiento y tendrá un impacto en la entrega de alimentos, advierten funcionarios de la ONU y de organizaciones de ayuda.
Yazan Abu Ful, un niño desnutrido de 2 años de edad, posa para una fotografía en su casa en el campamento de refugiados de Shati, en Ciudad de Gaza, el miércoles 23 de julio de 2025. (AP Foto/Jehad Alshrafi)
Padecimientos preexistentes
El Ministerio de Salud de Gaza dice que 42 niños murieron por causas relacionadas con la desnutrición desde el 1 de julio, junto con 129 adultos. Afirma que 106 niños han muerto de desnutrición durante toda la guerra. El ministerio, que forma parte del gobierno dirigido por Hamás, está compuesto por profesionales médicos y sus cifras sobre víctimas son consideradas por la ONU y otros expertos como las más confiables.
El ejército israelí señaló el martes el hecho de que algunos niños que murieron tenían padecimientos preexistentes, argumentando que sus muertes “no se relacionan con su estado nutricional”. Afirmó que, en una revisión realizada por sus expertos, se concluyó que no hay “signos de un fenómeno de desnutrición generalizada” en Gaza.
En su conferencia de prensa del domingo, Netanyahu habló frente a una pantalla que decía “Niños falsamente hambrientos” sobre fotos de menores esqueléticos con trastornos preexistentes. Acusó a Hamás de matar de hambre a los rehenes israelíes restantes y repitió afirmaciones de que el grupo armado desvía grandes cantidades de ayuda, una afirmación que la ONU niega.
Los médicos en Gaza reconocen que algunos de los menores que están muriendo o que sufren hambre tienen padecimientos crónicos, como parálisis cerebral, raquitismo o trastornos genéticos, algunos de los cuales hacen a los niños más vulnerables a la desnutrición. Sin embargo, afirman que esas condiciones son manejables cuando se dispone de alimentos y tratamientos médicos adecuados.
“La creciente escasez de alimentos provocó el rápido deterioro de estos casos”, dijo el doctor Yasser Abu Ghali, jefe de la unidad de pediatría de Nasser. “La desnutrición fue el factor principal en sus muertes”.
Islam Qudeih muestra a Shamm, su hija de dos años, gravemente desnutrida, ante los periodistas en el hospital Nasser, en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, el sábado 9 de agosto de 2025. Los médicos afirman que la niña podría tener un trastorno genético que afecta el desarrollo de músculos y huesos, pero no hay forma de realizar exámenes para detectarlo en Gaza. El martes 12 de agosto, su familia obtuvo autorización para trasladarla a un hospital de Italia. (AP Foto/Mariam Dagga)
De 13 niños demacrados cuyos casos ha visto la AP desde finales de julio, cinco no tenían padecimientos preexistentes, incluidos tres que fallecieron, según los médicos.
Abu Ghali habló junto al cuerpo de Jamal al-Najjar, un niño de cinco años que murió el martes de desnutrición y nació con raquitismo, lo que dificulta la capacidad de metabolizar vitaminas, debilitando los huesos.
En los últimos meses, el peso del niño cayó de 16 a 7 kilogramos (35 a 15 libras), dijo su padre, Fadi al-Najjar, cuyo rostro demacrado mostraba su propia desnutrición.
Al preguntarle sobre la afirmación de Netanyahu de que no había hambre en Gaza, señaló la caja torácica protuberante de Jamal. “Por supuesto que hay hambruna”, dijo. “¿Es normal que el pecho de un niño de cinco años se vea así?”
Naima Abu Ful posa para una foto con su hijo Yazan, de 2 años, quien padece desnutrición aguda, el miércoles 23 de julio de 2025, en el campamento de refugiados Shati, en Ciudad de Gaza. (AP Foto/Jehad Alshrafi)
Piel y huesos
El doctor Ahmed al-Farra, director general de pediatría de Nasser, dijo que la instalación recibe de 10 a 20 niños con desnutrición severa al día, y los números están aumentando.
El domingo, una niña de dos años gravemente desnutrida, Shamm Qudeih, lloraba de dolor en su cama de hospital. Sus brazos, piernas y costillas eran esqueléticos, y su vientre estaba extremadamente inflamado.
“Ha perdido toda la grasa y el músculo”, dijo al-Farra. Pesaba 4 kilogramos (9 libras), un tercio del peso normal de un niño de su edad.
Los médicos sospechan que Shamm sufre de un raro trastorno genético llamado enfermedad de almacenamiento de glucógeno, que cambia la forma en que el cuerpo usa y almacena el glucógeno, que es una forma de azúcar, y puede afectar el desarrollo muscular y óseo. Pero no pueden hacer pruebas para detectar ese padecimiento en Gaza, dijo al-Farra.
Normalmente, el trastorno puede manejarse a través de una dieta alta en carbohidratos.
Su familia solicitó hace un año una evacuación médica, uniéndose a una lista de miles de personas que, según la OMS, necesitan tratamiento urgente en el extranjero. Durante meses, Israel ralentizó las evacuaciones hasta casi detenerlas o las suspendió totalmente por largos períodos. Pero al parecer, está aumentando los permisos, y se ha autorizado la salida de más de 60 personas en la primera semana de agosto, según la ONU.
El permiso para que Shamm salga de Gaza finalmente llegó esta semana, y el miércoles, se dirigía a un hospital en Italia.
Mujeres palestinas cuidan a sus bebés desnutridos en el hospital Amigos del Paciente, el miércoles 23 de julio de 2025, en Ciudad de Gaza. (AP Foto/Jehad Alshrafi)
Una niña murió en la tienda de su familia
Ro’a fue uno de los cuatro menores muertos que sufrieron de desnutrición y fueron trasladados a Nasser en el transcurso de poco más de dos semanas, dicen los médicos.
Su madre, Fatma Mashi, dijo que notó por primera vez que Ro’a perdía peso el año pasado, pero pensó que era porque le estaban saliendo los dientes. Cuando la llevó al Hospital Nasser en octubre, la niña estaba gravemente desnutrida, según al-Farra, quien dijo que no tenía padecimientos preexistentes.
En ese momento, en los últimos meses de 2024, Israel había reducido la entrada de ayuda a algunos de los niveles más bajos de la guerra.
La familia también fue desplazada varias veces por operaciones militares israelíes. Cada mudanza interrumpió el tratamiento de Ro’a, ya que tomaba tiempo encontrar una clínica para obtener suplementos nutricionales, dijo Mashi. La familia se limitó a consumir una comida al día, a menudo macarrones hervidos, pero “lo que sea que comiera, no cambiaba nada en ella”, señaló su madre.
Hace dos semanas, se mudaron a los campamentos de tiendas de Muwasi, en la costa sur de Gaza. El declive de Ro’a se aceleró.
Yazan Abu Ful, un niño de 2 años que padece desnutrición, mira a su alrededor el miércoles 23 de julio de 2025 en el campamento de refugiados Shati, en Ciudad de Gaza. (AP Foto/Jehad Alshrafi)
“Podía decir que era solo cuestión de dos o tres días”, dijo Mashi el viernes, en la tienda de la familia, el día después de que la niña falleció.
Mashi y su esposo Amin ambos lucían demacrados, con las mejillas y ojos hundidos. Sus cinco hijos sobrevivientes, incluido un bebé nacido este año, están delgados, pero no tan desmejorados como Ro’a.
DeWaal dijo que no es raro en las hambrunas que un miembro de la familia esté mucho peor que otros. “La mayoría de las veces será un niño que tiene entre 18 meses y dos años” quien es más vulnerable, dijo, mientras que los hermanos mayores son “más robustos”.
Pero un gran número de factores puede llevar a un niño a una espiral de desnutrición, como una infección o problemas después del destete.
“Una cosa muy pequeña puede llevarlos al límite”.
Con información de agencia AP