Nueva York, EU.- En una de las cartas que “El Chapo” Guzmán envió a Dámaso López, “El Licenciado”, y que fue presentada por los fiscales en la corte de Brooklyn, el capo confiesa a su operador que autoridades de Estados Unidos le avisaron al entonces presidente Enrique Peña Nieto hasta que lo tenían capturado.
El texto confirma entonces el testimonio del oficial de la DEA, Víctor Vásquez, quien contó los operativos realizados por la agencia de EU para capturar al ex líder del Cártel de Sinaloa, primero en Los Cabos y después en Culiacán, sitios donde Guzmán Loera logró escapar hasta su detención definitiva en el hotel Miramar, en Mazatlán.
En su relato, el agente Vásquez se muestra como el coordinador del equipo de élite de la Armada de México.
La tropa a su cargo lo veía como autoridad al grado de que al momento de asegurar a “El Chapo” en el estacionamiento del hotel, le llamaron para que él lo reconociera.
La carta confirma lo dicho por el agente Vásquez en el sentido de que en la operación se expuso la corrupción entre las autoridades mexicanas y el crimen organizado.
El fiscal Anthony Nardozi (i) interroga a Isaías Valdez Ríos (c) frente a Joaquín «El Chapo» Guzmán (d); último testigo cooperante, en el juicio.
Censuran respuesta sobre los asesinos de Javier Valdez
El polémico testimonio de “El Licenciado” concluyó con el cuestionamiento de Eduardo Balarezo, abogado de Guzmán, quien le preguntó a Dámaso López si conocía a “El Koala” (Heriberto “N”, según la PGR) y “El Quillo” (Juan Francisco “N”) asesinos materiales confesos del periodista Javier Valdez.
Sin embargo, la Fiscalía objetó la pregunta y el juez Cogan concedió la censura.
Balarezo pretendía involucrar de nueva cuenta a “El Licenciado” en tal crimen. Sin embargo, ya no se pudo saber qué es lo que tenía que contar al respecto.
Interés por saber si el «Chapo» testificará
El juicio por narcotráfico contra Joaquín “el Chapo” Guzmán Loera está en la recta final, pero no la curiosidad del público que acude diariamente al tribunal y de la prensa, que aguarda por conocer si finalmente el capo se sentará en la silla de los testigos.
Su abogado principal, Eduardo Balarezo, informó que no darán a conocer previamente los nombres de “ningún testigo” ni si su cliente testificará “hasta que llegue el tiempo de informar a la corte” dicha decisión.
La Fiscalía ya trajo al último testigo cooperante, Isaías Valdez Ríos, que fue parte del círculo de seguridad de Guzmán Loera, a quien el Gobierno de EU acusa de ser el líder del cartel de Sinaloa que exportó a este país más de 150 toneladas de cocaína.
Valdez Ríos concluye su testimonio el próximo lunes y como han hecho otros cooperantes antes que él, han señalado a su exjefe o exsocio, al que algunos se refieren como su “compadre”, como uno de los líderes de un cartel de drogas que se ha extendido fuera de México.
También le han señalado por haber ordenado o cometido espeluznantes asesinatos, a través de interrogatorios de la fiscalía, que pese a que no es un juicio por asesinato, busca presentarle ante el jurado como una persona violenta y despiadada.
Tiene “El Chapo” derecho a testificar
Ante ese escenario, la defensa abrió la posibilidad de que cuente su propia historia, algo a lo que por ley tiene derecho, y que ya quiso hacer con una película y un libro, proyectos que no llegó a concretar.
Esta posibilidad mantiene a medios de comunicación y los que siguen el proceso penal expectantes.
En el juicio, que comenzó el pasado noviembre ante severas medidas de seguridad y estaba previsto que se extendiera durante cuatro meses, han testificado hasta el momento 52 personas, entre ellas cooperantes, agentes de la DEA y el FBI, así como especialistas en análisis de documentos.
En la sala del juez Brian Cogan, en el tribunal federal del distrito de Brooklyn, se ha escuchado cómo operan los carteles, sus guerras, los diversos medios para transportar drogas y detalles de espeluznantes asesinatos.
Nivel de corrupción del Gobierno mexicano llama la atención
Pero una de las cosas que más ha llamado la atención es el nivel de corrupción que según testigos existe en los diversos niveles del Gobierno mexicano, que ha involucrado a presidentes y funcionarios de la Procuraduría General.
También impactó el testimonio de la exdiputada mexicana Lucero Sánchez, examante del Chapo, que contó detalles de su relación, desde la compra de marihuana que enviaba al acusado hasta de su relación sentimental, mientras estaba en la sala Emma Coronel, esposa del capo.
Con este testimonio, la única fémina entre los cooperantes, que está en prisión como la mayoría de estos testigos, la fiscalía dio a conocer hasta mensajes de amor entre Sánchez y Guzmán Loera, mientras Coronel permaneció impávida, a quien otros testigos también involucraron en diversos crímenes.
“El Memín” testifica contra “el señor”
El Gobierno de EU trajo a su último testigo cooperante, Isaías Valdez Ríos, en el juicio por narcotráfico contra el mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, otro de sus cercanos ayudantes que lo identificó en el juicio como líder del cartel de Sinaloa.
Valdez Ríos, conocido como “Memín”, que ha sido mencionado antes durante este proceso que se celebra en Nueva York, trabajó diez años para Guzmán Loera, primero en su círculo de seguridad en las montañas de Sinaloa, luego de haber pertenecido a las fuerzas especiales del Ejército mexicano.
El testigo, en su traje azul de prisionero, fue traído desde una cárcel federal donde hace cuatro años y diez meses espera por su sentencia tras declararse culpable de conspirar para traer drogas desde Centroamérica y países del sur a México, con destino final a EU.
Recordó que comenzó a trabajar en 2004 como parte de la seguridad de Guzmán Loera, a quien aún se refiere como “el señor”, y que en su primer día fue llevado en un avión Cessna por personal del alegado capo a las montañas de Sinaloa, en un campamento que llamaban “el Cielo”.
De 100 a 700 dólares a la quincena para el “Mémín”
Al llegar a una pista clandestina, vio a unos 30 hombres con ropa de camuflaje, con armas largas y cortas, AK-47, AR-15, lanza cohetes y granadas.
“Se me acercó una persona vestida de civil que me entregó un chaleco táctico con cargadores y una AK-47”, dijo el testigo, de 39 años, arrestado en 2014 en el aeropuerto de Bogotá y traído a EU para afrontar cargos por narcotráfico.
Recordó además que le entregaron ese equipo porque en ese momento entraba a sustituir a otro de los sicarios de Guzmán Loera, que tras un mes de trabajo descansaban otro mes, trabajo por el que comenzó ganando 100 dólares semanales, luego 400 y finalmente 700 quincenales.
Aseguró que aunque sabía que trabajaría para el cártel de Sinaloa, desconocía hasta ese momento que sería para Guzmán Loera, a quien no podía acercarse, por instrucciones de Fantasma, entonces asistente del acusado.
“Fantasma y los demás me dijeron que no me permitían arrimarme (a Guzmán Loera), que cuando él lo creyera conveniente, él me llamaría, porque no tenía confianza”, dijo.
El juez Brian Cogan, que preside este caso, cuestionó a la Fiscalía previo al receso del almuerzo, porque repetía las preguntas, y preguntó si iban a mostrar algo nuevo. El Gobierno aseguró que con este testigo mostrarían actos de violencia cometidos por el acusado y sus hijos.
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